El Banco

 

El 31 de marzo y el 2 de junio de 1984, esta Comisión realizó sendos procedimientos de constatación en la actual Brigada Femenina XIV de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, a unos doscientos metros de la intersección de la Autopista General Ricchieri y el Camino de Cintura (Puente 12) partido de La Matanza, Provincia de Buenos Aires.

El objeto era verificar si ese edificio había sido efectivamente utilizado para el funcionamiento de un C.C.D., tal como lo afirmaban numerosas denuncias registradas en esta Comisión.

Dice la Sra. Fernández Meijide en un informe sobre el primero de estos procedimientos:

«Viajábamos junto con las testigos Susana Caribe, Norma Lato y Nora Bernal, y en el momento de llegar, el automóvil desvió y tomó un camino que conducía directamente a la derecha y subió un pequeñio terraplén que esta al lado del camino. Lo mismo hicieron los otros automóviles que nos seguían con los demas funcionarios de la CONADEP y el resto de los testigos. Al unísono, Caride, Leto y Bernal expresaron que el mismo movimiento que había hecho ahora el auto, lo habían sentido en ocasión de ser transportadas inmediatamente después de su secuestro, cuando viajaban ya tabicadas, en el piso del coche que las conducía desde el "Club Atlético" hasta el nuevo campo».

«...éste es el lugar: por aquí es por donde pasábamos a los calabozos» (Benítez, Miguel Angel, Legajo N° 436).

«...el patio de baldosas blancas y negras es el mismo en donde nos desnudaba y revisaba, sólo que ahora está dividido por haberse levantado dos o tres paredes, pero no me cabe ninguna duda de que éste es el lugar donde estuve detenida en dos oportunidades». (Nora Bernal, Legajo N° 1583).

«...éste es el pasillo que conduce al último «tubo» de la mano derecha, donde estuve presa...» (Elsa Lombardo. Legajo N° 3890).

 

La tensión y el nerviosismo fueron evidentes al ingresar el grupo al local donde, entre fines de 1977 y mediados de 1978, había funcionado «El Banco». El grupo inició el reconocimiento en forma ordenada, pero muy pronto los testigos se dispersaron y con verdadera excitación corrían a reconocer los distintos lugares, la cocina, los quirófanos, la enfermería, los pasillos, los tubos, los baños, etc., donde habían vivido en medio del «salvajismo y terror que imperaban, ya que el grito de los compañeros torturados y golpeados, era constante día y noche» (Norma Leto. Legajo N° 3764).

Tanto el arquitecto como el fotógrafo de la Comisión eran requeridos constantemente por los liberados, a fin de registrar los detalles y elementos de importancia que acreditasen que allí habían permsnecido en csutiverio, ellos, y muchas personas más.

«Las puertas son las mismas, con la diferencia de que la pequeña mirilla que antes tenían ha sido soldada y ahora tienen una más grande... éste es el tubo donde estuve prisionera con Elsa Lombardo... acá estaba la cocina en donde nos vacunaron contra la hepatitis... no tengo ninguna duda de que este es el lugar en donde estaba secuestrada y en donde fui torturada y encerrada, primero en una celda que estaba permanentemente llena de agua, y luego trasladada a otra celda que se encuentra sobre la mano derecha del sector 2» (Susana Caride. Legajo N° 4152)

Por su parte, él testigo Casalli Urrutia reconoce el lugar ubicado en el sector I, al fondo del pasillo, donde estuvo tirado - en el piso durante ocho dias junto con diez personas más, y agrega que para esa época - junio de 1978 - ,la capacidad del campo estaba totalmente colmada, ya que había entre tres y cuatro personas por tubo.

Y Marina Patricia Arcondo manifiesta mientras recorre el lugar con funcionarios de la Comisión:

«Hay cosas que nos orientaban y los indicios de entonces se repiten ahora, idénticos a los que percibíamos por debajo de la venda. En esta habitación estaba el arquitccto Hernán Ramírez, en la de al lado mi marido Rafael Arnaldo Tello y su hermano, ambos daaparecidos. Me sentaron en un lugar próximo a las oficinas que hacían de quirófano y pude sentir los alaridos de la gente que estaba siendo torturada, incluso los de mi marido».

Añade que la llevaron a un habitación en donde le dijeron que todo cuanto habían sustraído de los domicilios de los secuestrados era una donación para la repartición. Por otra parte, todo el mobiliario de «El Banco» estaba marcado con la inscripción «DIPA» (Dirección de Inteligencia de la Policía Federal).

Cuando las obras de la Autopista hicieron necesaria la demolición del «Club Atlético», los oficiales y suboficiales que operaban en él se trasladaron junto con parte de los prisioneros al nuevo centro clandestino.

Otros testimonios señalan la presencia en el Banco del General Suárez Mason (Legajos N° 2529, 4124 y 4151).

Como en el caso del «Club», operaban en este Centro Clandestino de Detención varias fuerzas: Inteligencia de la Policía Federal, GTI, GT2, GT3, GT4 y FTE.

Al concluir el procedimiento, y una vez que el arquitecto de la Comisión confecciónó los planos, pudo constatarse que concordaban con mucha exactitud con varios croquis que ya estaban en poder de la CONADEP. Habían sido dibujados por los propios testigos a partir de sus recuerdos más desgarrantes, y ya figuraban en los legajos de los sobrevivientes.

 

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