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Testimonio de Rolón en el Senado

19 de Octubre 1994




SENADOR JUAN CARLOS ROMERO:Como es de práctica en esta Comisión, habiendo usted solicitado visitar y luego haber el Presidente confirmado su invitación, es que después de que terminen los fotógrafos escucharemos sus palabras y posteriormente le haríamos algunas preguntas.

CAPITAN DE FRAGATA JUAN CARLOS ROLON: Quiero expresar que para mí y para mi espíritu republicano es un honor y un privilegio que ustedes me hayan recibido. Es decir, la deferencia particular de la Comisión de Acuerdos es para mi espíritu republicano un honor. Creo que es una situación inédita en la historia argentina. Y si todo esto contribuye a afianzar las relaciones cívico-militares, a mejorar esa búsqueda en que está empeñado el pueblo, bienvenido sea.

Como ya le expresé al señor senador Bittel, yo en algún momento —y si estoy aquí es porque la Marina me ha propuesto para el ascenso a oficial superior— creo que he cumplido con los deberes de la Armada, y cumpliendo con esos deberes en algún momento tuve que integrar los grupos de tareas que tuvieron a cargo la represión del terrorismo.

Lo cumplí como un acto de servicio, convencido de lo que hacía y, sobre todo, de que de esa manera podríamos lograr restablecer el estilo de vida democrático de la Argentina.

Si hoy las instituciones de la República, representadas por ustedes, señores senadores, consideran que yo no puedo ser oficial superior, lo voy a aceptar, porque tengo que ser coherente conmigo mismo.

Si algún día pele para restablecer la democracia y si hoy la democracia considera que no puedo ser oficial superior lo voy a aceptar, no digo con gusto, pero si con una comprensión racional de los hechos. Quizás no lo entiendan así mis familiares y mis amigos, habida cuenta de que superiores míos, dado que estoy en una jerarquía muy baja, hoy son oficiales superiores o incluso almirantes. Ese es un poco mi sentimiento en este momento.

ROMERO: ¿Usted dice que sus ascensos fueron demorados?

ROLON: No, no.

ROMERO: Entonces, ¿cómo es que compañeros suyos tienen un grado superior?

BRANDA: No compañeros de promoción, sino camaradas.

ROLON: Claro, camaradas y superiores míos hoy son oficiales superiores e, incluso, oficiales almirantes, y han tenido los acuerdos correspondientes del Senado. Pero hay imponderables que uno no maneja, y si hoy me toca estar acá, insisto en que para mí es un honor y un privilegio, yo voy a entender todo lo que se decida en el Senado con espíritu republicano, y lo voy a respetar y seguiré creyendo en la democracia.

ROMERO: Nos puede indicar lo que usted llama las operaciones en qué año las ejerció y cuándo estuvo en la Escuela de Mecánica de la Armada.

ROLON: Yo era oficial de un destructor, del Storni, en 1976 y la Armada tenía como metodología que todos los oficiales, en forma rotativa, pasaran por los grupos de tareas que estaban abocados a lo que se llamó la lucha antisubversiva.

En ese contexto integré el grupo de tareas de la Escuela de Mecánica. Es decir, salí de un destructor un día siendo oficial artillero y al otro día me encontré en algo que creo fue una situación muy traumática para la República. Yo se lo explicaba al señor senador Bittel: la Argentina vivió un hecho muy traumático y tuvo una solución traumática no querida por nadie y mucho menos por los que tuvimos que actuar. Eran circunstancias de la historia. Discúlpenme un poco la analogía, pero es como analizar las carreras del domingo los días lunes. Creo que se han cometido muchos errores y muchos aciertos.

En lo que a mí compete en todo momento he tratado de hacerlo siguiendo el estilo de vida y el espíritu que siempre tuvo la Armada, que es el respeto tanto de los hombres propios como los del otro lado.

Así lo viví en Malvinas, en donde estuve a bordo del destructor que estuvo al lado del crucero Belgrano al momento del hundimiento. Así lo viví en el Golfo Pérsico, en donde fui comandante de un buque —la corbeta Rosales— y estuve participando en esa zona. Y así lo viví el año pasado cuando fui segundo comandante de la fragata Libertad. El hombre es la razón de ser de nuestra existencia como conductores porque, además, el éxito de una operación militar depende de los hombres. Y ese mismo tratamiento personalmente lo he puesto en práctica con mis enemigos y oponentes, como ha quedado constancia en algunas de las descripciones que han hecho algunos de los que me han acompañado en la Escuela de Mecánica.

ROMERO: Si me permite, señor presidente, quisiera aclarar que obviamente no está en nosotros hacer un juicio desde el punto de vista tipicamente jurídico, sino un análisis valorativo en su mayor parte hacia el futuro, y en base al pasado puesto que lo que nos preocupa es cómo el país va a ir formando su cuerpo armado. Cuando usted quiso decir que se encontró en una situación, obviamente era porque no estaba a su alcance decidir o no ese tipo de participación. ¿Cree usted que hubiera podido optar en ese momento?

ROLON: No. No teníamos opción. La opción era pedir la baja en ese momento.

ROMERO: ¿Usted tampoco sabía por qué el alto mando optó en ese momento por ese tipo de rotación que fue una especie de intento de que tuvieran igual tipo de entrenamiento muchos oficiales? ¿Se sabía a qué se debía?

ROLON: En ese momento nadie me dio explicaciones. Hoy puedo, con treinta años de Marina, inferir lo que se decidió en aquel momento. Se trataba de una situación traumática y se quería que ese trauma fuera vivido el menor tiempo posible y que, de alguna manera, involucrar o que participara toda la Armada. De hecho participó casi toda la Armada.

ROMERO: ¿En qué fecha ingresó usted a la Escuela?

ROLON: En 1965.

ROMERO: Perdón, me refería a la Escuela de Mecánica.

ROLON: En diciembre de 1976.

ROMERO: ¿En qué época cumplió sus tareas?

ROLON: Terminé en marzo de 1977, y volví a estar allí en marzo de 1978. Es decir, tuve un destino de la Armada, específicamente en una base, en 1977, y vuelvo a la Escuela de Mecánica en 1978. Estuve tres meses en la primera parte, y un año en la segunda.

ROMERO: ¿Cuánto tiempo transcurrió entre los primeros tres meses y el segundo período?

ROLON: Un año.

ROMERO: Es decir, tres meses, un año y un año.

ROLON: Un año estuve en la Base Aeronaval Comandante Espora.

ROMERO: ¿Con otro tipo de operación?

ROLON: No. Dedicado a lo específico de la Armada.

ROMERO: Cuando usted recibió una condecoración en el año 1978 por valor en combate, ¿a qué combate entendió usted que se refería?

ROLON: A las actividades antisubversivas. Esa condecoración la recibí por mi participación en esos tres meses.

ROMERO: ¿Usted conoce si se otorgaron muchas condecoraciones de ese tipo?

ROLON: Creo que deben estar en el orden de las veinte o veinticinco en ese período.

SENADOR REMO COSTANZO: ¿En qué consiste el mérito para recibir una distinción de esa naturaleza?

ROLON: No sé cuáles fueron los méritos que la superioridad evaluó. Supongo que habrán sido que he cumplido bien las órdenes que me impartieron mis superiores en una situación que, insisto, era sumamente atípica. Yo soy un oficial de buque; no soy un infante de Marina que, quizás, podría haber tenido alguna relación. Fue realmente algo inédito y no estábamos preparados. Recibimos un entrenamiento muy escaso y después fuimos a participar en estas operaciones urbanas.

ROMERO: ¿Qué edad tenía usted en ese momento?

ROLON: Nací en 1948. Tendría veintiocho años.

ROMERO: ¿A usted le consta que el señor Massera haya hecho gestiones en favor de este acuerdo?

ROLON: No. Para nada. Hay algo que quisiera aclarar, si es que se me permite. En las imputaciones que se hacen sobre el capitán Rolón se dice que estuve a cargo de los detenidos para trabajos políticos del almirante Massera. Lo quiero desmentir absolutamente y negar mi participación en actividades políticas para el almirante Massera. Quiero dejar en claro que cuando se me insinuó alguna posibilidad, yo me negué categóricamente a eso.

ROMERO: ¿Es decir que usted estaba en condiciones de resistir esa orden?

ROLON: Se me insinuó.

ROMERO: En los casos operacionales, ¿no eran insinuaciones? ¿Eran órdenes a cumplir?

ROLON: Sí.

ROMERO: ¿Hay diferencia técnica para ustedes?

ROLON: La diferencia está en que una orden era una orden militar para operaciones militares, mientras que lo otro tenía una connotación política que alguien, tomando café, me podría haber insinuado y yo fui sumamente claro al respecto.

ROMERO: Las órdenes de operaciones eran verbales, obviamente.

ROLON: Sí, señor.

ROMERO: ¿Usted tiene un posgrado en una universidad civil, en la Universidad de Belgrano?

ROLON: Soy Master en Relaciones Internacionales. Tuve una vida dedicada a la lectura de los problemas internacionales y a la filosofía política.

ROMERO: ¿Dónde encuentra comparación con esa etapa? Siendo un estudioso de las relaciones internacionales, ¿encuentra situaciones parecidas de llamadas "guerras sucias" desde la Segunda Guerra a esta parte?

ROLON: Lo más parecido ha sido Argelia, y todo el resto de Latinoamérica. Pero no nos olvidemos que la Argentina tuvo la mayor guerrilla urbana de la historia del mundo.

ROMERO: ¿Eso está medido así?

ROLON: Sí. La guerrilla urbana; no rural, urbana.

ROMERO: En Malvinas usted también recibió otra medalla.

ROLON: Tengo una condecoración del Congreso. Yo era jefe de armamentos del destructor Piedrabuena que fue torpedeado junto con el crucero Belgrano. Estaba al lado de éste y tuvimos la tarea de rescate de las víctimas del Belgrano. En mi cama murió quemado un cabo principal, por el torpedo, que estaba en la parte de máquinas del Belgrano. Estaba totalmente quemado y lo llevé a mi cama. Es decir que tuve la desagradable tarea del rescate de los náufragos del Belgrano.

ROMERO: ¿Cumplió alguna otra operación durante la guerra, después del hundimiento del Belgrano?

ROLON: Después del hundimiento del Belgrano, el grupo de tareas que integraba mi destructor Piedra-buena y el Bouchard fueron apostados en Ushuaia y tuvieron la tarea de patrullaje de la costa de Tierra del Fuego para evitar las incursiones aéreas que realizaban los ingleses, y para la contención del frente occidental.

LAFFERRIERE: Capitán, ¿usted conoce las reglas de la guerra, las leyes de la guerra?

ROLON: Sí.

LAFFERRIERE: ¿Usted cree en la existencia del derecho natural?

ROLON: Sí.

LAFFERRIERE: ¿Su lectura y su capacitación ha sido posterior o anterior a su participación?

ROLON: Antes, durante y después.

LAFFERRIERE: ¿Ha cambiado, entre aquella época dura y difícil para todos, y ésta, su visión de lo que debe ser la convivencia, las obligaciones del mando y los límites a la acción violenta, en cualquier circunstancia en las relaciones entre personas?

ROLON: Obviamente que he evolucionado por la experiencia personal y por los años. Evidentemente creo que hoy las instituciones castrenses se manejan de una forma mucho más racional.

LAFFERRIERE: Mi pregunta es personal. Si usted cree; no las instituciones castrenses. Y va dirigida al hecho de que nuestra valoración como senadores no es tanto una valoración jurídica de su relación personal con un hecho u otro, sino una valoración que nos permita estar convencidos de que esa persona a la que le habilitamos el camino para su designación como oficial superior está en condiciones de dar órdenes que estén de acuerdo con nuestra visión de lo que debe ser la convivencia en el país.

Para nosotros mucho más importante que saber si usted se excedió o no en el cumplimiento de una orden, es estar absolutamente convencidos de que en ningún caso y bajo ninguna circunstancia, por más difícil que sea, usted como oficial superior de la Marina de nuestro país, daría una orden parecida a aquellas que tuvo que cumplir al inicio de su carrera.

ROLON: Le doy la plena seguridad de que no la daría. No la daría porque —insisto— hay una evolución personal, producto de la experiencia que me ha tocado vivir y de lo traumática que ha sido. Creo que también en un contexto integral hay una evolución que dice que las cosas no son así. Además, existe un convencimiento personal de algo que me ha tocado vivir, no deseado y que no deseo vivirlo nunca más, y si me toca vivirlo será como mercenario en otro país, que no iría.

COSTANZO: ¿Implica decir esto que las órdenes impartidas fueron equivocadas?

ROLON: Le vuelvo a decir, senador. Creo que desde la visión de hoy de las cosas yo digo, fueron equivocadas. Pero ésto es un poco como decía Ortega y Gasset aunque es lamentable porque había en juego vidas humanas, "yo y las circunstancias". Creo que fueron equivocadas.

BRANDA: ¿Usted en esa época era casado. ¿Cómo se constituye su familia?

ROLON: Sí, señor, mi primer hijo nació durante 1978, cuando yo estaba en la Escuela de Mecánica. Tengo tres hijos, de 16, 15 y 11 años: Juan Martín, Macarena y Bautista.

BRANDA: En el futuro usted puede llegar a ser comandante en jefe de la Armada, puede ser jefe del estado Mayor Conjunto y llegar a conducir a todas las Fuerzas Armadas, por lo tanto nosotros estamos habilitando el pase hacia eso, razón por la cual nuestra decisión no es fácil, sobre todo en la personalidad y en su desenvolvimiento dentro de lo que fue la Fuerza. Quisiera saber dentro de lo que es la ley de Defensa y en ésta reestructuración de las Fuerzas Armadas cuál es su opinión con respecto a cuál es el rol que desempeñan las Fuerzas Armadas y en convivencia con lo que es la actitud democrática en la época que está viviendo la República.

ROLON: Yo creo, señor senador, que con la actual condición de las Fuerzas Armadas es absolutamente imposible romper el estilo democrático de vida. Y no porque no tengan capacidad material, sino porque no hay una capacidad o un acto volitivo racional para que eso ocurra. Hoy las Fuerzas Armadas argentinas están absolutamente convencidas de que deben transitar por el camino de la democracia. Así lo entiende particularmente la Armada, que es la que yo conozco. No tengo ninguna duda de eso, pero ninguna duda.

BITTEL: Bien. Muchas gracias.


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