desaparecidos

Benjamín Isaac Dricas (Pato Fellini)


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Benjamin Isaac Dricas Detenido-Desaparecido el 30/10/76
en Ramos Mejía

a los 20 años


Relato de su hermana Débora Dricas:

Mi hermano fue alumno de la promoción 1973 del Nacional Buenos Aires. Él convivió -  hasta pocas horas antes de su desaparición - con Marta Elina Libenson, su compañera,  también desaparecida  a su regreso a la Argentina a fines de febrero de 1980.

Marta retornó a Buenos Aires junto a  Ricardo Marcos Zucker  ("Pato Varieté"), quien fue su nuevo compañero durante su exilio en España. 

Marta y mi hermano Isaac tuvieron una hija, Ana Libenson, nacida en Río de Janeiro en diciembre de 1976, cuando Marta acababa de abandonar la Argentina.

Ana, mi sobrina, falleció a la edad de 19 años, en Buenos Aires, a causa de cáncer.  

Las circunstancias que rodearon a la desaparición y muerte de Isaac me fueron referidas por mi madre. Otros datos provienen del relato efectuado en 1977 por los padres de Marta  Libenson a mi madre, apenas un año después de la desaparición de mi hermano.

Mi madre estaba advertida de los frecuentes viajes de mi hermano a zona oeste de la Pvcia. de Bs.As. a lo largo de los meses previos a su desaparición, por los boletos que frecuentemente encontraba en su ropa, la que él solía dejar en la casa paterna para su limpieza. Aún en estos días,  mi madre recuerda así mismo  los casuales y reiterados encuentros que ella tuvo en ese período con Isaac en el colectivo 68. De dichos encuentros en ese colectivo, también recuerda mamá el comentario habitual de mi hermano, en el sentido de que él se dirigía hacia la terminal del Once para tomar el tren.

El 3 de noviembre de 1976, llegó a mi casa un telegrama de despido, diciendo que como mi hermano no se presentaba a trabajar desde el 30 de octubre, lo consideraba despedido.

El 7 de noviembre de 1976 apareció en los diarios de Buenos Aires una noticia en forma de comunicado oficial de las "fuerzas conjuntas" que  hacía referencia a un enfrentamiento armado, del 30 de octubre de 1976, con integrantes de Montoneros en la zona de Ramos Mejía, donde habían sido abatidos Patricio Rivero, alias el "Gordo Luis" y un militante identificado únicamente con el seudónimo de "Pato". Tengo en mi poder un original del diario "La Razón" y fotocopias de otros ("Crónica", etc.), con la información que refiero.  

Un año después de su desaparición (1977), los padres de Marta visitaron a mi madre,  en nuestra casa en Buenos Aires, le mostraron una carta que Marta les había enviado desde el exterior, donde les comunicaba, entre otras cosas que mi hermano había muerto en Ramos Mejía, en  una casa ubicada cerca del cruce de las avenidas de Mayo y 25 de Mayo  (Av de Mayo altura 1000).

Los padres de Marta le contaron asimismo a mi mamá que, al no poder localizarlo a mi hermano, la madre había decidido por entonces sacar a  Marta del país, ya que ella estaba embarazada de 8 meses. Exilio que concretó, estableciéndose ambas temporariamente en el Uruguay.  

En un momento posterior al encuentro de los padres de Marta con mi mamá (me cuesta ahora recordar la fecha exacta de este hecho), se recibió un llamado anónimo en nuestra casa en el barrio de Palermo, que indicaba que la muerte de mi hermano se había producido en el mismo sitio de Ramos Mejía indicado por la carta de Marta, precisando que había ocurrido en una casa,  a las 19:30 hs del día 30 de octubre de 1976.

  Hace un par de años, a través de investigaciones que hice,  constaté a través de diversas fuentes,  que el "Gordo Luis", o "Patricio Rivero" era en realidad Pablo Bernardo Szir. Y que aquella información publicada en los diarios del 1976 era intencionadamente mentirosa, ya que es conocido que Pablo Szir siguió con vida después del 30 de octubre 1976.  

Si alguna persona que leyera este breve relato,  conociera algún dato sobre las circunstancias que rodearon la muerte de mi hermano, de la cual tengo hasta ahora información insuficiente y a veces contradictoria, le agradeceré mucho que me lo haga saber.

Débora Dricas, Buenos Aires, Junio 2010.

Isaac

De Débora Dricas

Según Nancy, se orientaba en la playa como si tuviera una brújula. Jugaba a la pelota durante horas con amigos que conocía del balneario y nunca se perdía. Andaba en bici "hasta que la plaza se cerraba con él" y se reía a carcajadas al leer las historietas de Patoruzú. Era un varón incansable.

Hasta los tres años aproximadamente no habló. Se comunicaba por señas mientras se chupaba el dedo. Lo llevaron al psicólogo, que dijo que cuando empezara a hablar no lo iban a poder parar. Y así fue: una especie de locomotora.

Siempre el mejor alumno, abanderado, llegó a dar 7º grado libre. Aunque era muy desprolijo en sus cuadernos, tenía fea letra de zurdo.

Comía mucho pero selectivamente, bife, tomate y hasta ¡seis bananas en un día!

-Señora ¿tiene un mono en su casa? --­preguntaba el verdulero por la cantidad que compraba cada día Nancy, mi mamá. No sólo por las bananas que comía podía ser un mono, sino también porque de bebé saltaba de la cuna al sillón y del sillón al piso, se agarraba de los barrotes e intentaba arrastrarla como un auto sorteando muebles por la pieza.

No quería quedarse petiso como Nancy, así que a los trece años gracias a un tratamiento con un endocrinólogo creció siete centímetros. Desde siempre su pasión fue, el fútbol, Boca Juniors y personajes históricos. La tía Perla le contaba historias de los próceres para entretenerlo desde los cinco años. Las que más le gustaban eran las vidas de Moreno y Luis Pasteur. Así era mi hermano, la persona más admirada de mi infancia.

Para mí, que nací cinco años después, era mi compañero de juegos. Por las tardes, yo hacía de arquero en el zaguán y el pateaba mientras yo atajaba, a cambio de que después jugáramos a las visitas. Pacto que por lo general no se cumplía. En otras ocasiones las protagonistas eran las figus contra el zócalo del comedor grande. También recuerdo que nos hamacábamos muy alto en el jardín. A veces me empujaba muy fuerte para darme susto. Éramos titanes en el ring en la cama grande. Yo siempre quería ser la Momia, luchador sordomudo y de movimientos congelados; y él, un Martín Karadagian amenazante.

Sus amigos y compañeros de militancia lo llamaban "Pato Fellini", por su manera de caminar y su admiración por el cineasta. Hoy, todavía es un Pato que navega sin olvido, una sombra, un espectro de la memoria insepulto. Un desaparecido.

Finalmente, me gustaría recibir un acuse de recibo la data que les envié y - si fuera posible - alrededor de qué fecha estiman puede estar ya subida la información de mi hermano en el sitio.

Además: si a futuro yo quisiera modificar algún dato de la información subida o bien aumentarla con info nueva ¿es posible enviarles nuevos materiales (foto, poema, etc.) para que se agreguen o cambien?

Testimonio de Nancy Federovsky de Dricas




¿Conociste a Benjamín Dricas, alias "Pato Fellini"?


Si conociste a Benjamin Dricas y querés compartir tus memorias o cualquier información sobre él - o si sabés que le pasó luego de su desaparición -, por favor escribinos.



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