Julio fue un reportero gráfico para la revista Siete Días y otras publicaciones. Desde joven se
comprometió con las causas populares y sociales y con todas aquellas otras luchas guiadas por el ideario de que
democracia y libertad deben conjugarse con justicia social. Sus fotos reflejaban los rostros ocultos del país,
especialmente, de aquellos sectores sociales sometidos por el poder económico. Luego montó su propio estudio
de fotografía publicitaria, en pleno centro porteño. Fue dirigente de la entonces Asociación de
Periodistas.
Fue secuestrado de su estudio por la Triple A el 5 de febrero de 1974. Su cadáver, con signos de haber sido
sometido a torturas y acribillado a balazos, fue hallado a la mañana siguiente en los bosques de Ezeiza.
Hoy existe una placita con su nombre en el barrio de Balvanera; el había nacido y vivido en una casa de la calle 24
de Noviembre al 100 del barrio.
Enero del 74, la irracionalidad, el miedo, el terror en nuestra
patria generaba pesadumbre e incertidumbre; ser joven era un pecado capital, con crueldad se inició la caza de aquellos
que proponíamos un país diferente, con equidad, respeto a la condición humana a través del
trabajo, la educación, la salud; no queríamos ningún excluido, pretendíamos la igualdad de
oportunidades, simplemente eso .
Se desató la persecución , muchos compañeros la pifiaron, creyeron en regreso de su líder,
llegó con la caja de pandora , que no era precisamente la esperanza, si no la muerte, su conspicuo compañero y
hombre de confianza conocido con el apodo "el brujo" formó un grupo parapolicial conocido como las AAA (Alianza
Anticomunista Argentina), no tenían experiencia pero era necesario sembrar el terror, tenían que comenzar.
Recuerdo que por esa época teníamos la precaución de estar los amigos en contacto , cualquier ausentismo
salíamos a la palestra, era el periodo de vacaciones de verano, nadie sospechaba de que recibiríamos como un
revés la desaparición de uno de nosotros, jóvenes intelectuales con o sin militancia política,
pero con el compromiso en nuestro quehacer cotidiano de construir una patria más justa, libre y soberana (poetas ,
músicos, pintores, trabajadores, periodistas, estudiantes universitarios, profesionales). Todo lo que sucedía
no nos resbalaba, es así que en los medios periodísticos El Mundo, Clarín, La Nación, la
Razón, La Prensa, comenzó a salir la información de un fusilamiento en los bosques de Ezeiza, desde ya
que era una noticia aterradora, el clima que se estaba desarrollando generaba un prurito muy movilizante, cometarios radiales
sobre el caso; recuerdo a Santo Biasatti, un joven periodista, al turco Jozami, presidente del sindicato de prensa, realizar
comentarios sobre lo ocurrido, quien sería el fusilado?, mil habladurías que no vienen al caso narrar. En el
mes de febrero, el día 6 precisamente, estando en el Hospital, un grupo de colegas me informan sobre una llamada
telefónica que había realizado el flaco Fernando Mendoza el poeta de las Barreras y los días; que Julio
Cesar Fumarola era el fusilado, un escalofrío cursó sobre mi cuerpo, quedé paralizado, no lo
podía aceptar, recordaba que había concurrido al hospital en el mes de diciembre para saludarme e informar que
se iba a Copahue a filmar un corto publicitario, no podía ser el flaco Julio Cesar, hermano del alma, no
podía ser, nos conocíamos desde los 6 años de edad, en el barrio del Once su viejo era un tano
maravilloso, de profesión sastre, su hermano el gordo Fumarola cronista y fotógrafo deportivo del
Gráfico, cuantos ideales, que pasó, me preguntaba al andar, nadie pudo dar una explicación, comentan que
existió una confusión, o algo así : su socio con quien compartía una óptica y venta de
material fotográfico en la Av Leandro Alem , y Sarmiento entregó una foto a la revista Tía Vicenta de
Landrú, sobre un personaje que bailaba en un cabaret en Panamá, días mas tarde iba ser presidenta de
los Argentinos ..
En aquel dia
Los secretos de los angeles
Sonaban a través de sus trompetas.
Mi caminar por la gris ciudad
golpeaba en el empedrado azul
de la media noche.
Taciturno, solo, impavido ,
Repetia su nombre,
Era una terrible alucinación.
Para Julio Cesar Fumarola ( Fotógrafo)
Pretendia fotografiar la utopia.
In Memoria
Juan Jorge
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