desaparecidos

No te olvidamos


Aníbal Eduardo Gadea

Aníbal Eduardo Gadea

Desaparecido el 8/6/77


Aníbal tenía 26 años. Era seminarista católico, había egresado del Instituto Calasanz y estudiaba historia en la Facultad de Filosofía (UBA). Fue secuestrado de su domicilio ubicado en Castro 1408 en Buenos Aires. No hay testimonio de su paso por un C.C.D.

En el 2008, se colocó una baldosa en su honor en Castro 1408, Boedo.

Baldosa en honor a Anibal Gadea

Palabras sobre Anibal en el acto de colocación de la baldosa

Anibal Gadea "Pedí hablar primero, porque fui el último que vio con vida a "El Gordo Gadea"

Ahora se puede decir, andábamos como novios; cine, teatro, vacaciones; aquella noche, en esta misma esquina, nos quedamos conversando en el auto, no sé hasta que hora, posiblemente tarde porque éramos trasnochadores, quedé con él en sacar entradas para ver el partido Argentina Inglaterra; yo empezaba la cola y él me reemplazaba a las 9 de la mañana.

El Gordo, entre otras de sus virtudes, era un relojito. Se hicieron las 9.15., .... 9,30 horas y a las 10 menos cuarto lo llamé por teléfono; nunca supe cual de sus hermanas me atendió, lo que sí quedó grabado hasta el día de hoy en mi memoria, fue su tono de voz: firme sin vacilaciones y con un doble mensaje, y la frase: "A Aníbal lo vinieron a buscar anoche".

Él militaba en la JUP y yo en la JP, inmediatamente hice los llamados pertinentes y a borrarse, el resto de la historia ya es conocida.

Mis padres andan mal de salud y nos les avisé de esta convocatoria. Hoy mi papá, justo antes de venirme me llamó llorando, me asusté, tardó en hablarme ¡¡¡¡!!!! Leíste, salió Gadea en Página 12.

Por supuesto que ellos lo conocían, es más, fueron en su momento a consultar a un vidente. Este dijo que estaba vivo, y en prueba de ello exhibió la misma sonrisa que la del Gordo: sincera, cordial, contagiosa, recuerdo que siempre acotaba algo y le sumaba su humor fino, sutil y culto. Les obsequió a ellos dos botellas de vino, que por más de 25 años estuvieron guardadas, las que se abrirían cuando Aníbal apareciese.

Gracias a él, todos pudimos continuar con nuestras vidas, estudiamos, nos casamos, tuvimos hijos, en fin, cada uno trazó su camino.

Uno de los slogan del proceso fue "el silencio es salud".

Gracias al silencio de Eduardo Aníbal Gadea, estamos vivos.

En lo que a mí respecta, seguramente su alma brillará y perdurará más en el espacio que la mía... "

Gabriel Aníbal Cataldi


" Una pregunta de siempre

"… Ando a lo ancho en busca de noticias sobre mi padre -por si las oigo en algún sitio-, del sufridor de quien dicen que en otro tiempo […] luchó a tu lado […] Su muerte la ha hecho desconocida el hijo de Cronos, pues nadie es capaz de decirme claramente donde está muerto, si ha sucumbido en tierra firme a manos de hombres enemigos o en el mar entre las olas de Anfitrite. Por esto me llego ahora a tus rodillas, por si quieres contarme su luctuosa muerte -la hayas visto con tus propios ojos o hayas escuchado el relato de algún caminante-; ¡digno de lástima lo parió su madre! Y no endulces tus palabras por respeto ni piedad, antes bien cuéntame…" Telémaco ...Odisea III, 80-100

Una respuesta para siempre

Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que aún ahora Dios te concederá todo lo que le pidas. Jesús le dijo: tu hermano resucitará. Marta le respondió: sé que resucitará en la resurrección del último día. Jesús le dijo: Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto? Jn. 11,21-26."

Palabras de su hermano Fernando Gadea


Anibal Gadea"Buscando entre los libros la trascripción manual del Himno a la alegría que Aníbal me había regalado, cuando estudiaba alemán, encontré una carta que me mandaba desde alta mar, desde el Crucero La Argentina el 8 de Agosto de 1972. No quisiera suponer intervenciones providenciales -a las que muchos de Uds. me saben inclinado- sino contar, para este homenaje, con el testimonio vivo de Aníbal. En esas dos hojas, escritas con su letra perfecta, cuenta de su viaje por el archipiélago austral chileno, de las indescriptibles montañas clavadas en el mar; de la identidad esencial que subyace en la embriaguez de lo alcohólico-femenino, del compañero presidente a quien saludó a bordo. También recordé de ese viaje de instrucción (Aníbal fue conscripto en la Armada) un amor en Colombia, con el que paseaba en moto por la playa y a quien le había costado dejar. En el comedor diario de la casa de la calle Portela, escuchábamos y, aún más, cantábamos: I Should Have Known Better; en el momento en que John canta solo (en realidad con nosotros) nos sentíamos -vaya a saber porqué- liberados de toda conciencia estética, mirándonos -una vez terminada la canción- con cierta suficiencia, sobriamente sorprendidos en nuestro inesperado progreso. Recordé, también, el poema de Gabriel Celaya, que recitábamos con el tono de lo definitivo-castizo en la voz: La poesía es un arma cargada de futuro. Los rostros fieros, desafiantes; éramos España elemental, intemporal, transfigurada en la epifanía de un dios radical. Aníbal era, también, Platón Arakchaiev, el sabio de La guerra y la paz, River, su expresión de orden kantiano, frente a una milanesa completa ¡Qué rapsodia de sensaciones! Aníbal son mis hijos, que fueron criados con su memoria, Aníbal es quien nos une en esta mañana, en este lugar, donde tendremos un signo visible de la barbarie que nos lo arrebató aunque también un lugar donde dirigir la mirada en su conmemoración, en su homenaje.."

. Eduardo Pastor Osswald


"Fui, como muchos de los que estamos aquí, compañero de colegio. Compartimos primaria y secundaria en el Calasanz. Lo recuerdo pensante, poco hábil para el futbol, inteligente y siempre "al acecho" de los que acababan de comprar un sandwich en el quiosco de Vicente. Le decíamos, tal vez con poca creatividad: el Gordo. Jamás lo vi entreverarse en alguna pelea. Sí, mantener firmeza en resaltar las virtudes de Nietzsche o en justificar los merecimientos de una victoria de River. No voy a hablar de los perversos. De los que violentaron a patadas la puerta de su casa paterna. Que paradoja!!!, paterna, pater, patria...., en representación de qué patria se pudo ser tan ruin! Es posible que dentro de muchos años,un chiquilín de la mano de sus padres, repare en la baldosa que hoy colocamos. Su curiosidad le hará pronunciar tu nombre, en ese instante volverás Aníbal..., en ese instante volverás. Nosotros estaremos definitivamente muertos..."

Enrique Font


En el acto de colocación de la baldosa, se leyó un párrafo del Himno a la Alegría, que Aníbal recitaba de memoria y representa el sentido de la hermandad.

¡Ebrios de ardor penetramos,
diosa celeste, en tu santuario!
Tu hechizo vuelve a unir
lo que el mundo había separado,
todos los hombres se vuelven hermanos
allí donde se posa tu ala suave

Algunos párrafos de "La Poesía es un Arma cargada de Futuro" de Gabriel Celaya que sus amigos recuerdan como su preferida

Poesía para el pobre,
poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes,
porque apenas si nos dejan decir que somos quienes somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural
por los neutrales que,
lavándose las manos,
se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas.
Siento en mí a cuantos sufren y canto respirando.
Canto, y canto,
y cantando más allá de mis penas personales,
me ensancho.




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