Domingo era estudiante de medicina. Fue secuestrado el 18 de diciembre de 1976 en las inmediaciones de la estación de trenes de La Plata. Fue llevado a un CCD que no pudo determinar donde permaneció por once días donde fue torturado y luego trasladado al CCD Brigada de Investigaciones de La Plata Robos y Hurtos.

La familia recibió noticias del secuestro cuatro meses después, por una llamada anónima que preguntó si querían ver a Domingo. La semana siguiente, el comisario Juan Nogara se presentó ante el padre del desaparecido para llevarlo hasta la Brigada. Al poco tiempo Domingo fue visitado por su mujer y por su hermana Adelina, e incluso se le permitió ir hasta su casa con custodia.

Formó parte de un grupo de siete detenidos quebadros (Cecilia Idiart, Liliana Amalia Galarza, María Magdalena Mainer, Pablo Joaquín Mainer, María del Carmen Morettini y Nilda Susana Salomone) que prestaba colaboración a los represores a cambio de una especie de indemnidad personal; mejores condiciones de detención; la posibilidad de obtener salidas transitorias y visitas familiares y una promesa de futura libertad. Entre sus funciones estaba la de efectuar curaciones a los otros desaparecidos y la de alcanzarles el agua. Pero también partició en el interrogamiento de otros detenidos.

Allí eran visitados diariamente por el padre Von Wernich y quien actuaba como intermediario con sus familias. Esto terminó el 30 de noviembre de 1977, cuando al concurrir las familias a las dependencias policiales, les dijeron que los detenidos habían partido del lugar.

Aparentemente las autoridades policiales les habían dado una opción a los detenidos: ir al a cárcel por cinco años o salir del país. Los detenidos eligieron la opción de salir. La familia recolectó dinero para pagar los costos, los que le pagaron a Von Wernich. Antes de irse, Von Wernich les hizo una despedida y los bendijo.

Según la declaración del ex-agente de la policía de la provincia de Buenos Aires, Julio Alberto Emmed, frente a la CONADEP, antes del "traslado" el jefe de la Policía, Ramón Camps, y el director de Investigaciones, Miguel Etchecolatz, le preguntaron a él, en presencia de Christian Von Wernich, si tenía fuerza para desmayar a una persona con un golpe, refiriéndose a Domingo.

Domingo fue trasladado en un auto junto a Carmen Morettini y Cecilia Idiart. Durante el camino, Emmed le dio un golpe de judo a Domingo tratando de hacérle desmayar. Le pegó mal y Domingo siguió lúcido por lo que el otro policía sacó su pistola, Domingo se la trató de sacar así Emmed le empezó a dar golpes con la culata del revolver, hiriéndolo y dejando a todos manchados de sangre.

Llegaron a un descampado donde los aguardaba el médico Bergés. Allí tiraron a los tres desaparecidos al pasto, y Bergés les aplicó dos inyecciones de veneno en el corazón a cada uno. Luego los cargaron en una camioneta y los llevaron a Avellaneda. Supuestamente uno de ellos seguía vivo. Posteriormente los cuerpos fueron quemados.