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Horacio Rodolfo Speratti
Desaparecido el 6/6/76

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Horacio Rodolfo Speratti


Tenía 41 años

Horacio era periodista y trabajaba para Ciencia Nueva, una revista que se hacía para la Universidad. Su gran pasión eran los autos antiguos y había montado un taller donde los restauraba. Fue secuestrado de su taller el 6 de junio de 1976, por lo que parece, por fuerzas de la Gendarmería Nacional y nunca más se lo vió con vida.

Horacio nació en Buenos Aires el 25 de enero de 1936, hijo de Rodolfo Speratti y Maria Rosa Bozzano. Vivió sus primeros anos en una casa situada en la calle Pichincha, Capital Federal. Alrededor de 1940 se mudó con su familia a una casa en la calle Bolivar 1260, en el barrio de San Telmo. En 1942, nació su hermano Alberto Mario, fallecido a fines de los años 80. Horacio comenzó sus estudios primarios en la Escuela Guillermo Rawson, calle Humberto Primero 343. Sus padres se mudaron a una casa en la localidad de Florida, General Paz 795 y por 2 años fué alumno de la Escuela General San Martin, Guemes y Juan B Justo, Florida. Terminó sus estudios primarios en la Escuela de los Hermanos Maristas que estaba en el barrio de Belgrano. En 1948, ingresó en el Colegio Nacional de Buenos Aires en donde se graduara como Bachiller en 1953.

En 1954, ingreso a la Facultad de Ingenieria, Universidad de Buenos Aires donde cursó 2 años, estuvo asociado con la Asociación de Estudiantes de Ingenieria, La Línea Recta. Debido a su actividad en política Universitaria fué detenido en agosto de 1954 hasta noviembre de ese año en el Cuadro Quinto de la Carcel de Villa Devoto juntamente con muchos otros Universitarios. Horacio era muy inteligente, pero su espiritu inquieto no se adaptó a ls rigurosos requerimientos de los studios universitarios y no terminó su carrera.

Por los años 60, se casó con Leopolda (Poldi) de la cual se separó unos años después. En 1968, se casó con Maria Inés y tuvieron 3 hijos (Mariano de 3 años y Diego de uno y medio y un tercero que estaba en camino cuando Horacio fue secuestrado). Desde su juventud estuvo interesado por la mecánica automovilística y actvidades relacionadas. Por años publicó artículos sobre automovilismo en el diario La Prensa y en otras publicaciones especializadas. Tambien por esa epoca adquirió una Bugatti problemente modelo 1928 que mantuvo durante toda su vida.

Fue secuestrado en su taller, donde se había quedado para trabajar toda la noche. La familia se enteró de su desaparición cuando a la mañana siguiente la llamó un chico que trabajaba con él (y que también "desapareció" a los dos días) para preguntar por qué el taller estaba cerrado.

El secuestro de Horacio fue un operativo bestial. Rodearon toda la manzana, entraron por atrás, les prohibieron a los vecinos que salieran a la calle y que miraran lo que estaban haciendo.

Un primo recuerda a Horacio por la convicción, sinceridad e integridad que demostró en sus diversas actividades.

Conocí muy bien a Horacio, ya que ambos éramos alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires, él ingresó en 1948, yo en 1949. Viajábamos todos los días juntos en el tren, desde la estación Aristóbulo del Valle, del Ferrocarril Belgrano hasta Retiro, y luego en colectivo desde Retiro hasta Plaza de Mayo y luego caminando hasta el Colegio, en Bolívar 263, y al finalizar las clases todos los días volvíamos caminando desde el Colegio hasta Retiro, siempre por la calle Florida que no era peatonal en aquella época y luego en tren hasta volver a casa.

Compartimos, durante la secundaria, 5 años de nuestra juventud y muchos más hasta 1963 en que me mudé de Buenos Aires al interior del país.

Fuimos muy amigos, tanto que compartimos pasiones comunes, habilidades y amigos, amén de sus primos y otros familiares. Era apasionado del tango, cuya música ejecutaba admirablemente al piano. Otra de sus grandes habilidades era la fotografía, que heredaba de su padre, Rodolfo Speratti, y tenía dos excelentes máquinas, una Exacta y una Rolleiflex.

Cuando conocí a Horacio vivía en la esquina de Güemes y General Paz, en Florida y luego la familia se mudó a la calle Amenábar casi esquina Manuela Pedraza, en Núñez, mientra era soltero. Ya casado , vivió creo, en Haedo y Ayacucho, también en Florida. En una oportunidad recuerdo haberlo visitado con mi esposa en esta casa. Allí conocí a su mujer María Inés.

Seguí viendo esporádicamente a Horacio, desde 1963 cuando me fuí de Buenos Aires hasta poco antes de que fuera secuestrado en su taller de Florida, ya que periódicamente yo viajaba a la Capital por razones de negocios.

Tenía un hermano menor, Alberto Mario, que creo está radicado desde hace muchos años en Méjico, y en alguna oportunidad supe que se dedicaba a escribir libros.

Supimos veranear juntos en una oportunidad, con su hermano Alberto y otros amigos de Florida y Olivos, a Mar del Plata y Mar de Ajó.

Tengo inmumerables anécdotas y recuerdos de Horacio, familiares, comerciales y profesionales, ya que compartimos miles de horas juntos, durante 14 años en forma continuada y luego en forma más espaciada por razones de la distancia geográfica.

Fuimos compañeros en la Facultad de Ingeniería, él ingresó en 1954, yo en 1955. Era miembro activo del CEI, Centro de Estudiantes de Ingeniería "La Línea Recta".

Ya en 1954, cuando cursaba sexto año del Nacional, demostró su pensamiento político con una actitud personal en la clase de inglés, que le valió un disgusto personal y la citación de su padre llamado por el Regente del Colegio.

En 1955, volvió a mostrar su combatividad política, antes de la revolución de septiembre de 1955, y eso le valió ser detenido y alojado en la cárcel de Villa Devoto, donde los amigos y familiares lo visitábamos hasta que fué liberado. Indudablemente, Horacio no era persona de quedarse callado, sino que manifestaba abiertamente su pensamiento político, manifiestamente radical en aquella época.

Incluso me invitó en más de una oportunidad a las reuniones que se hacían en un comité radical de Florida Oeste con la intención que yo me afiliara, cosa que a mí no me interesaba.

Con el correr del tiempo, su forma de pensar cambió notablemente, De haber combatido acérrimamente al peronismo, y de haber purgado cárcel por esto, su pensamiento se volcó no sólo al peronismo sino que militó como Montonero, reconocido abiertamente por él cuando se produjo el secuestro extorsivo de un amigo común, el que sufrió a manos del Ejército Revolucionario del Pueblo, la fracción roja del mismo.

Aún conservo recuerdos fotográficos de la reunión famosa que se efectuó en Florida cuando liberaron a este industrial amigo común, y allí aparece Horacio, probablemente una de las últimas fotos suyas con vida.

Trabajó en la Revista Velocidad, luego en Corsa, en la Editorial Abril, como periodista dedicado al automovilismo. Poseía en forma par ticular un archivo de información técnica extranjera y nacional probablemente único en el país.

Tuvo una Bugatti, tipo 44, bacquet, del año 1929, que desarmamos y armamos íntegramente, en la calle Amenábar. Nos divertimos de una forma increíble con esta vehículo, con capapcidad para 4 personas. En su casa de Florida, alcancé a conocer, recién adquirido un automóvil Amilcar, que iba a entrar en proceso de restauración.

Era un fanático empedernido de Bugatti, al extremo de pedirme que le pintara en su dormitorio, en una de las paredes, el logotipo en colores de Bugatti, de más de un metro de longitud, y se hizo tejer a mano un sweater azul Francia con el logo Bugatti cerca de la cintura en la parte frontal.

Tendría para relatar las mil y una anécdotas de lo que compartimos juntos durante tantos años, pero recuerdo que ya desaparecido Horacio, en uno de los viajes que hice a Buenos Aires, y en casa del común amigo secuestrado, me encontré con su esposa y su hijo, no sé si Mariano o Diego y me quedé petrificado al abrir una puerta, tal era el parecido físico del hijo con el padre.

Luego de ese encuentro, ya no supe más nada de la familia Speratti, sólo que nuestro común amigo, en un gesto que lo ennoblecía continuó ayudando a la viuda y sus hijos por un largo tiempo. Este amigo común, a quien yo apreciaba enormemente, tenía la misma extracción estudiantil, el Colegio Nacional de Buenos Aires, aunque había nacido en 1930, de una familia alemana de industriaes textiles.

Es el día de hoy, que recuerdo a Horacio como si estuvier a vivo al lado mío, tan fuertes eran las vivencias entonces.

Me gustaría en alguna oportunidad saber de su familia. Sé si, que Diego siguió los pasos de su padre en relación con su pasión por el automovilismo, la que yo también compartí.

Córdoba, 7 de Febrero de 2010




¿Conociste a Horacio Speratti?


Si conociste a Horacio Speratti y querés compartir tus memorias o cualquier información sobre él - o si sabés que le pasó luego de su desaparición -, por favor escribinos.




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