desaparecidos


Viaje en subte






24 de agosto de 1971

	     	-1 Sí, todo parece tan fácil, Che
                                -2 Desde aquí da lo mismo, viste
                                -1 Tenés razón, con solo asomarse a la ventana no basta, hay que
                                    caminar, conversar, palpatelo de cerca, viejo.
                                -2 Esto me hace acordar a una cosa que me ocurrió el lunes, cuando
                                    venia de la oficina. El subte, claro, a esa hora viene repleto de gente, 
                                    de personas que traen  el peso de un día de trabajo, un día más,
                                    que vas a hacer.
                                -1 Perdoname, viejo, yo diría un día menos, ¿o te miento ?
                                -2 Espera, dejalo así, total ya lo sabemos, lo importante es que
                                    estaba leyendo el diario como podía, claro está, y en el mismo
                                    instante en que iba a rajar una puteada de desahogo, por esto de 
                                    lo de Bolivia, un tipo me dice:- ¿Que le va a hacer, hay yanquis 
                                    para rato?-¿Te das cuenta?, lo adivinó, lo leyó en mis labios, lo
                                    dijo, es increíble, no supe que contestar, únicamente atiné a 
                                    contemplarlo sin decirle una sola palabra, el resto fue fácil, al 
                                    llegar a la estación Independencia, me bajo, lo miro pausadamente
                                    desde afuera, como tratando de retener para siempre su imagen, y adiós.
                                 -1 ¿Y que me querés decir ¿Que era Libertad Lamarque?
                                 -2 No entendés, me habló y no le contesté, y ¿Por qué fue así? Porque nunca
                                     pasan esas cosas en un subte, ¿o me vas a decir que todos los días encontrás
                                     a un tipo que te adivina tus pensamientos más profundos?
                                 -1 ¿Y a dónde querés llegar?, viejo.
                                 -2 Ya llegue, para que más, el resto se adivina. Yo, justamente yo, me callé, y 
                                     todo porque las circunstancias eran distintas.
                                 -1 Las circunstancias no lo eran, el distinto eras vos, que tenías bronca.
                                 -2 Por eso, que mejor que desahogarse sobre el pucho  con alguien que piensa
                                     como vos, y ya ves, sin embargo no lo hice.
                                 -1 Creo que voy entendiendo, la gente no se comunica porque no es común.
                                 -2  Ya llegaste, una palabra más y te pasás. Las personas están cargadas de 
                                     cosas, de porquerías, de estafas, deudas, frustraciones, de horas de oficina
                                     y sólo piensan en llegar a su casa  para ver el programa de música que está
                                     fenómeno,
                                -1  No es verdad, no hay sí a la verdad. ¿Alguna vez le dijiste al peluquero que era
                                    un gran tipo, aún cuando lo creías así?-
                                -1  No, pero le tiré la bronca varias veces.
                                -2  ¿Y por qué seguís yendo, entonces?
                                -1  Porque es un tipo fenómeno.
                                -2  Ahí tenés, esa es la mejor prueba de lo que digo,
                                -1  Por qué no vas y le cantás la verdad?, Porque te parece raro, ¿No es cierto?, es 
                                    difícil, además, no es común, y ¿Hasta cuando vamos a seguir con este no es común?,
                                    saquémonos la careta, y vas a ver que fenómeno se va a viajar en el subte. No sigamos 
                                    pensando decir nada, hay que decirlo, hay que jugar a la verdad, viejo, si no queremos
                                    que las cosas  sigan como hasta ahora, Che.-
                                                                                                    
 

Eduardo Luis Vicente