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Primer homenaje de toda la Iglesia al obispo Angelelli
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Sergio Rubin. Por primera vez, toda la Iglesia argentina rendirá un
homenaje al obispo de La Rioja, monseñor Enrique Angelelli, emblema de
la lucha por los derechos humanos y la oposición a la dictadura. Será
el 4 de agosto, en esa provincia, con motivo de cumplirse 30 años de
su muerte durante un episodio presentado como un accidente
automovilístico, pero que muchos consideran que se trató de un
asesinato.
En una decisión inédita, el centenar de obispos del país decidió
adherir en conjunto a la recordación de Angelelli, enviar a los actos
a una delegación encabezada por el propio presidente del Episcopado,
cardenal Jorge Bergoglio, y alentar a una amplia participación de los
religiosos en la recordación. Se cree que irán una treintena de
obispos.
Hasta ahora, la participación de los obispos en los homenajes a
Angelelli había acotada a unos pocos —los más progresistas—, que
asistían a título personal. El giro obedece, según explicaron a Clarín
fuentes eclesiásticas, a "la creciente impresión de que el obispo fue
asesinado".
La decisión se interpretó como un síntoma del cambio de perfil operado
en los últimos años en el Episcopado, al nombrarse —a raíz del
recambio generacional— a muchos obispos moderados que reemplazaron a
otros tantos conservadores que en los años 70 eran mayoría.
Sin embargo, las fuentes insistieron en que el cambio debe buscarse
centralmente en la cada vez más extendida sospecha de que a Angelelli
lo asesinaron. Más aún: el Episcopado se sumó en mayo al pedido del
Gobierno nacional para que se reabriera la investigación judicial.
La Justicia hasta ahora tuvo definiciones disímiles. Un juez consideró
que se trató de un asesinato. Pero una Cámara Federal dijo no contar
con elementos como para considerarlo así.
Las diferencias entre la percepción de los obispos y los
pronunciamientos de la Justicia se planteó en el último plenario de
obispos, en mayo, en Pilar. Allí se decidió no atar los pasos de la
Iglesia a los de la Justicia. El argumento que saldó la cuestión fue:
"En la época de las persecuciones a los cristianos, la Iglesia no
esperaba que Julio César reconociera que había matado a un creyente
para reconocer su martirio".
De esto se infiere que los obispos consideran seriamente la
posibilidad de impulsar un proceso de canonización —declaración de
santo— de Angelelli con el argumento de que fue víctima de un
martirio. Por las mismas razones, Bergoglio dio luz verde el año
pasado a un proceso similar por los cinco religiosos palotinos
acribillados también hace tres décadas en una iglesia del barrio
porteño de Belgrano R.
Angelelli apareció tirado junto a su auto en el paraje Punta de los
Llanos cuando regresaba del funeral de los sacerdotes Carlos de Dios
Murias y Gabriel Longeville, que habían sido asesinados. También lo
fue el laico Wenceslao Pedernera.