Saúl Martínez fue ‘levantado’ por un comando frente a las oficinas de la policía de Agua Prieta
Gardenia Mendoza Aguilar
Corresponsal de La Opinión
18 de abril de 2007
MÉXICO, D.F.— La última vez que Erick Martínez vio a su hermano Saúl éste le confesó durante una cena que hacía una investigación para el periódico El Centenario, en Agua Prieta, Sonora, sobre el "levantamiento" (secuestro sin pedir rescate) del empresario Carlos "El Tico" Sanchez, a petición de su esposa quien le dio una lista de nombres y direcciones de los posibles plagiarios.
A la mañana siguiente, Saúl, de 36 años, corrió con la misma suerte: un grupo armado con "cuernos de chivo" y escuadras de grueso calibre secuestró al reportero, uno de los cuatro hijos periodistas de Lorenzo Martínez un conocido comunicador de la zona, dueño de los semanarios El Centenario (conocido como Interdiario) y Escorpión, sobre información general.
Saúl Martínez se suma a la lista de los 23 periodistas desaparecidos o asesinados en México, de acuerdo con la organización Reporteros sin Fronteras. En 2007 añadieron tres: Amando Ramírez, corresponsal de la cadena de televisión Televisa en Acapulco, al sur del país y Rodolfo Rincón, del diario Tabasco Hoy, en Villahermosa, Tabasco, al sureste.
"Sabemos de los riesgos de esta profesión y estamos esperando el parte policiaco, aunque casi estamos seguros de que fue un asunto de narcotráfico, relacionado con la investigación de mi hermano", revela Erick, "la familia está deshecha".
Saúl —quien cubría información policiaca— transitaba por las calles de Agua Prieta, a bordo de una camioneta Suburban negra cuando fue amenazado desde otro vehículo. Presuroso, huyó hasta a las oficinas de la Policía Preventiva y Tránsito Municipal, en donde se bajó corriendo, ingresó por la puerta principal y encontró a un solo agente, quien atemorizado corrió en busca de ayuda.
Testigos narraron que el periodista fue capturado por un grupo de cinco desconocidos que lo obligó subir a un automóvil sin placas. Desde entonces no se ha sabido de él.
"Nunca lo habían amenazado, era un hombre tranquilo, de familia. La mañana del domingo antes de ser secuestrado estuvo en la casa con sus tres hijos —de 16, 15 y 11 años— porque era un día dedicado a ellos", recuerda la esposa de Saúl, Sandra Luz Ramírez.
Erick Martínez señala que su hermano tenía problemas desde hace dos años con el jefe de la policía municipal, Martín Olivares, por el reportaje sobre una golpiza que el agente propinó a los hijos de un político de Agua Prieta, un municipio fronterizo con Estados Unidos , conocido como "la cuna de los coyotes" (traficantes de indocumentados).
"Pero sería injusto culparlo sin pruebas", cuenta, "estamos haciendo todo lo posible para esclarecerlo y que no sea otro crimen más que queda impune en esta zona".
En Agua Prieta los asesinatos están a la orden del día: el 26 de febrero de este año, fue asesinado el director de la policía del municipio, Ramón Tacho Verdugo, al salir de sus oficinas; hace una semana, también asesinaron a tres personas, dos de ellas mujeres de 42 y 65 años de edad.
La región tiene también su cuenta contra asesinatos y desapariciones de comunicadores: hace 10 años asesinaron de siete balazos al director general del diario local La Prensa, Benjamín Flores González.
Desde 2 de abril de 2005, está desaparecido Alfredo Jiménez Mota, reportero del diario El Imparcial, cuyo trabajo periodístico hablaba tanto del crimen organizado como de supuestas corrupciones del gobernador de Sonora, Eduardo Bours. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos pidió a la Procuraduría General de la República resultados concretos en las investigaciones.
"Matan a mucha gente por acá y muchas veces da miedo publicarlo", asegura un editor del periódico Nuevo Día, en Agua Prieta, quien pidió el anonimato, reconociendo la autocensura, "más vale prevenir", dice.
http://www.laopinion.com/latinoamerica/?rkey=00000000000001524470