Abril 18, 2007

La ex detenida desaparecida encarcelada durante un año y medio en democracia

El caso de Susana L. Auad merece discutirse sin prejuicios y en profundidad
Por: Marcos Taire (especial para ARGENPRESS.info)
Fecha publicación: 16/04/2007


Susana Leoni Auad, la ex detenida desaparecida encarcelada durante un año y medio a raíz de acusaciones en su contra por su comportamiento dentro de un campo de concentración hace 30 años, fue liberada el jueves pasado. Su detención y procesamiento fue ampliamente difundido en los medios de comunicación tucumanos y nacionales. Su liberación, informada por ARGENPRESS, fue ignorada por todos.

La detención de Auad motivó pronunciamientos a favor de la medida judicial por parte de los organismos de derechos humanos de Tucumán y de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre. En cambio, el Servicio de Paz y Justicia, que preside el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, no sólo expresó una posición contraria, sino que formuló una grave advertencia sobre el comportamiento de la justicia y el peligroso precedente que podría sentarse en caso de confirmarse la persecución legal contra algunos sobrevivientes de los campos de concentración.

Se trata del primer y único caso de un ex detenido desaparecido procesado y encarcelado por su comportamiento dentro de un campo de concentración. Si bien es cierto en los últimos años se han publicado algunos trabajos en torno a las acusaciones que pesan sobre los sobrevivientes de esos campos, todavía resta la discusión amplia, sin prejuicios y en profundidad sobre la cuestión. Que los medios de comunicación de la burguesía no lo hagan es comprensible. Lo que no se entiende y no se puede justificar es que esa discusión no se de en las organizaciones del campo popular y todo se reduzca a lecturas simplistas que solo hablan de héroes y traidores, de resistentes y quebrados, de buenos y malos. Pareciera que no son pocos los que se niegan a la autocrítica, los que se escudan en la mistificación para analizar la derrota del campo popular.

El Caso Auad

Susana Auad era estudiante de arquitectura. Integraba, junto a dos compañeras, una célula de superficie del PRT-ERP. El 14 de abril de 1976 fue detenida, secuestrada, llevada al campo de concentración que funcionaba en la Escuela Universitaria de Educación Física de la Universidad Nacional de Tucumán. Pocos días después fue trasladada a otro campo, que funcionaba en la Colonia de Menores, conocido como El Reformatorio. Allí, después de varias sesiones de tortura, brindó a sus captores la identidad y el domicilio de quien era en ese momento su novio, Osvaldo Pérez. Este era estudiante de Ciencias Económicas y militaba en el Grupo de Base Independiente, una organización estrechamente vinculada al PRT-ERP. También integraba la Comisión del Comedor Universitario y era compañero y discípulo de uno de los más importantes dirigentes estudiantiles del Tucumán de esos años, José “El Macho” Luna. Pérez logró eludir a los represores por pocos días. Fue capturado en el Chaco, su provincia de residencia. Fue salvajemente torturado en la Jefatura de Policía de Resistencia y después llevado a Tucumán por una patota militar que viajó expresamente para conducirlo al Reformatorio.

Auad y Pérez integraron el primer contingente de prisioneros conducidos al campo de concentración y exterminio que funcionó en el Arsenal Miguel de Azcuénaga, en las afueras de San Miguel de Tucumán. Allí fueron alojados en un galpón y recibieron el mismo trato que todos los prisioneros que pasaron por ese campo. Reducidos a la esclavitud y la servidumbre, realizaron todas las tareas que sus captores les obligaron a hacer. Fueron liberados un año después, aunque los militares los mantuvieron vigilados y amenazados hasta mucho tiempo después de reinstaurada la democracia en el país.

La acusación

Susana Auad fue acusada por la madre de un desaparecido. Después recayeron sobre ella varias graves acusaciones, realizadas por algunos sobrevivientes del campo de concentración del Arsenal y por dos ex gendarmes que integraron las guardias de ese lugar.

Uno de esos ex detenidos dijo ante la justicia que escuchó comentarios acerca de la colaboración de la mujer en la aplicación de picana eléctrica. Otro dijo que Auad presenciaba las torturas y que se reía de las vejaciones a las que eran sometidos los prisioneros. Uno de los gendarmes la acusó de haber participado en la aplicación de tormentos a los detenidos, mientras él y sus colegas de los escuadrones móviles especialmente adiestrados para la represión, la tortura y el asesinato, solo miraban lo que ocurría en los infiernos que eran los campos de concentración del Operativo Independencia.

El juez federal Jorge Parache, quien está a punto de ser destituido por acusaciones de corrupción, ignoró hasta el hábeas corpus presentado por la madre de Auad a raíz de su secuestro y resolvió procesarla, haciendo lugar a los endebles argumentos esgrimidos en su contra. Es más: consideró que, siendo detenida desaparecida, se había transformado en una “funcionaria pública asimilada” figura que no existe en la normativa legal argentina.

Parache procesó a Susana Auad “por resultar presunta autora responsable de partícipe necesaria de privación ilegítima de la libertad, apremios ilegales y torturas en perjuicio de N.A.C.; de la aplicación de apremios ilegales, vejaciones y torturas como partícipe necesaria en perjuicio de M.A.M. y A.R.R.; partícipe necesaria del delito de torturas y lesiones gravísimas en perjuicio de un menor de 15 años a quien le cortaron el miembro; partícipe necesaria en el delito de torturas seguidas de muerte en perjuicio de un muchacho detenido del sur de la provincia… y del delito de asociación ilícita agravada…”

Susana Auad fue detenida en los Tribunales Federales de Tucumán cuando se aprestaba a cobrar la indemnización que le corresponde como ex detenida desaparecida y cuyo trámite ya había aprobado la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Fue alojada durante varios meses en la Comisaría de la Mujer y posteriormente trasladada a la Cárcel de Mujeres que funciona en la Banda del Río Salí. Curiosamente, se transformó en la única persona detenida en una cárcel por motivos vinculados al genocidio ocurrido en Tucumán hace 30 años, mientras Bussi está alojado en el Arsenal Miguel de Azcuénaga, Roberto “”El Tuerto” Albornoz está “preso” en su casa de la Banda del Río Salí y Adel Vilas, Antonio Arrechea, González Naya y cientos de represores del Operativo Independencia están libres y sin peligro de ser molestados por la Justicia.

La liberación

A principios de este mes la Cámara Federal de Tucumán revocó el procesamiento de Auad en cuatro de las cinco acusaciones en su contra y ordenó al juez Parache revisar en forma urgente la privación de la libertad que padecía la mujer. La Cámara confirmó el procesamiento de Auad sólo como “posible partícipe secundaria” en un delito menor y exhortó al juez a “ahondar la investigación para identificar la cadena de mandos del aparato represivo responsable de los crímenes cometidos en Tucumán durante la vigencia del terrorismo de estado”.

La Cámara, en un extenso fallo, consideró que “no se encuentra corroborado que (Auad) haya detentado cargos policiales o militares, ni existe prueba alguna que la indique como integrante del aparato organizado de poder que funcionó durante la vigencia del Terrorismo de Estado en la Argentina”. En el mismo sentido, los camaristas puntualizaron que no se probó que la mujer “haya intervenido en la comisión de los ilícitos perpetrados en perjuicio de las personas secuestradas” en el campo de concentración del Arsenal. La Cámara afirmó también que está “demostrado en autos que (Auad) habría ingresado como detenida desaparecida” en el Arsenal y “por miedo al dolor habría decidido cooperar con el personal militar y policial a cargo de dicho centro clandestino, a cambio de su libertad”. Los camaristas ordenaron “disponer que el señor Juez proceda a agregar en la causa el Hábeas Corpus interpuesto a favor de Susana Auad” cuando fue secuestrada por una patota militar policial el 14 de abril de 1976 y “recomendar que convoque a Amicus Curiae, aplicando en lo pertinente la reglamentación de la Corte Suprema de justicia de la Nación”.

El juez Parache dilató la liberación de Auad lo máximo que pudo. La defensa de la mujer le exigió la liberación y lo denunció ante la Cámara. Parache remitió el expediente a la fiscalía, que fue reprendida por la Cámara por no opinar “sobre cosas concretas” y le ordenó al juez decidir sobre la injusta privación de la libertad que padecía Auad desde hacía un año y medio. Finalmente, el jueves 12 de abril el juez Parache se subordinó a la legalidad y ordenó la libertad inmediata de Susana Auad.

Posted by marga at Abril 18, 2007 5:49 PM | TrackBack
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