Julio 2, 2007

Paraguay - Víctima de la dictadura comenta sus tormentos

Una mujer que conoció sinsabores en 13 años de prisión, torturas y humillaciones por parte del stronismo, por ser militante del comunismo, vive en Acahay. Idalina Gaona Caballero experimentó las ingratitudes de amigos y de parientes, ya que ni siquiera vio el rostro de la madre, quien falleció dos años antes de su liberación.

ACAHAY (Aldo Lezcano, corresponsal). No estuve lejos de la muerte, pero nunca pedí clemencia a los cobardes, refiere Anastacia Idalina Gaona Caballero (84), de carácter fuerte y tinte varonil, que bien se define como la mujer de hierro.

“Estuve cerca de la muerte, pero nunca me arrodillé antes, ni pedí clemencia a los cobardes que violaron mis derechos”. expresa con rabia. Comentó que estaba vinculada con el grupo de Agapito Valiente, militante del Partido Comunista, y que mientras trabajaba de empleada doméstica en Asunción, participaba en la organización de los explotados carreros y cañicultores de Guarambaré y Carapeguá que pedían un poco de aumento.
Explicó que en una fría noche del 4 de julio de 1965 fue apresada en su casa de Acahay, sumándose a otros 40 presos, entre ellos sus hermanos menores Pablino y Saturnino, que fueron salvajemente torturados, ya que no pudieron dar informes sobre la tal “Alicia”, que Idalina utilizaba como seudónimo dentro de la organización.
Comentó que en Investigaciones no hubo contemplaciones para las garroteadas y pileteadas a cargo de Lucilo Benítez (Cururú Piré), quien según su concepto se creía un “dios” de la investigación, junto a otro de apellido Martínez: “Nos decían nda pehechavéima pendesy (ya no verán su madre), si no nos cuentan la verdad. Nos trataban como animales y, en varias circunstancias, en las piloteadas entré en estado inconsciente”, acotó.
Recuerda que el comunismo solamente buscaba la equidad social y el mejoramiento de la calidad de vida. “Ayudar a uno según su necesidad, para que produzca según su capacidad”, era el lema.

Expresó que sus padres Rosa Isabel Caballero y De la Esperanza Gaona intentaron enterarse de su situación y fueron informados por los “especialistas” policiales y de la milicia que se trababa de una represalia contra el comunismo.

No vio a ningún familiar

Dijo que deambuló por varias comisarías del país para no ser descubierta por organismos internacionales; luego fue a parar en Emboscada donde a casi tres años de prisión injustificada protagonizó una larga huelga de hambre. “Logramos como resultado que el 1 de agosto de 1968 saliera una partida de 27 compañeros. Me puse contenta por ellos y pensé que también recibiría beneficio similar, sin saber que me esperaban diez años más de penurias e injusticias”, aseveró nuestra entrevistada.

Señaló que en 13 años y 27 días de prisión nunca pudo ver el rostro de un familiar. Tergiversaron hasta las enseñanzas de Jesús, sin tener en cuenta que El luchó contra la injusticia. A mi propia madre, que era muy católica, la mentalizaron que el comunismo era lo peor, por lo que ni siquiera me acercó a mi hijo Carlos Alberto, que tenía 8 años cuando me apresaron.
Apuntó que sus familiares recibieron una falsa noticia que ella ya estaba muerta y su madre falleció 2 años antes que lograra su libertad.

Por otra parte, sus familiares y amigos la negaron, temiendo la doctrina del general Patricio Colmán Martínez, de Alfredo Stroessner y otros subalternos. Actualmente vive prácticamente en la soledad reclamando una paga por las torturas sufridas.

http://www.abc.com.py/articulos.php?pid=340698&ABCDIGITAL=1f53a3a59f0b7847e0d4ee8ca382b883

Posted by marga at Julio 2, 2007 7:35 PM | TrackBack
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