desaparecidos


Hasta Encontrarlos
Año XV - No.77
FEDEFAM
Mayo/Junio, 1997

Honduras:
auge de la movilización popular frente al recrudecimiento de la violencia

Hay varias situaciones de la actualidad hondureña que lucen como contrastantes y que además mueven a preguntarse sobre la suerte de ese pueblo hermano de Centroamérica. Por una parte las informaciones sobre el estado de la economía justifican que el Gobierno se muestre tranquilo y hasta optimista. Hay cierto control de la espiral inflacionaria, gracias a los buenos precios del café, la estabilidad de los precios del petróleo y el descenso de la devaluación, el lempira se depreció 1,4% hasta el mes de mayo. Se registra una disminución del monto de la deuda externa gracias a lo cual el servicio de la misma ha mejorado un poco. Con la expectativa de tener una inflación acumulada, al final del año, de 16%. (Boletín Informativo del Centro de Documentación de Honduras, CEDOH).

Por la otra, en los últimos meses se han producido un importante cantidad movilizaciones de protesta, reclamando justicia por el asesinato de dos dirigentes indígenas Chortís, mejores salarios y en rechazo a la política económica de gobierno de Reina y en demanda de solución para el problema de la seguridad ciudadana. La más reciente encuesta de la firma Cid Gallup, revela que, por primera vez, la problemática de la seguridad ciudadana ocupa el primerísimo lugar entre las preocupaciones de los hondureños, desplazando los temas costo de la vida, desempleo y corrupción.

En la marcha del 1º de mayo, recién pasado, además de censurar la política económica del gobierno y de demandar las tradicionales mejoras salariales, incorporaron una petición novedosa: solicitaron traspaso urgente de la fuerza policial a autoridades civiles, en vista de la gravísima situación de inseguridad que vive el país.

Como ejemplo dramático podemos mencionar que entre julio de 1996 y abril de 1997, se desató una ola de secuestros en la zona noroccidental del país, básicamente en el Valle del Sula. Lo más curioso de todo es que el General Luis Alonso Discua, antes de dejar la jefatura de las Fuerzas Armadas y salir a su exilio forzado, advirtió que tras su partida sobrevendrían secuestros.

Como fue anunciado, una cadena de diez secuestros ocurrieron en ese período de tiempo. Entre las víctimas hubo empresarios, terratenientes y sus hijos, con la particularidad de que en la mayoría de los casos los secuestros fueron realizados con gran destreza, con profesionalismo; el objetivo fundamental fueron los rescates millonarios solicitados a cambio de la liberación de los plagiados. En los ocho primeros, las víctimas fueron liberadas prácticamente ilesas pero en los casos de Ricardo Saybe y Ricardo Maduro, terminaron en muertes horrendas. El caso de Maduro conmovió a la sociedad hondureña, especialmente la de San Pedro Sula, provocando su indignación dando lugar a una Marcha Cívica por La Paz (6 de mayo). Este joven era hijo de Ricardo Maduro Joest, destacado empresario, banquero y ex-presidente del Banco Central de Honduras, durante la administración del presidente Callejas.

Por grave que sean, de por sí, los secuestros, hay que hacer notar que además hay todo un conjunto de delitos: asaltos a bancos, a gasolineras, empresas, robo de vehículos y actos delictivos diversos propiciados por bandas criminales organizadas y por delincuencia común. Alarman declaraciones de altos jefes policiales que declaran ser impotentes para hacer frente a la ola delictiva sufrida.

Las movilizaciones apuntadas arriba han sido diversas, planteando diferentes problemáticas y exigencias. Destaca, entre ellas, la movilización realizada por los indígenas chortís que se movilizaron desde sus comunidades en el occidente del país hasta Tegucigalpa, en un recorrido que duró 10 días, en reclamo de unas 20 mil hectáreas de tierras, castigo a los asesinos de sus dirigentes Cándido Amador y Ovidio Pérez, y el cumplimiento de añejas promesas gubernamentales. Permanecieron 14 días en la ciudad capital, sufrieron el desalojo violento por parte de los militares, se vieron impulsados a realizar una huelga de hambre, hasta que lograron arrancarle al Gobierno un documento compromiso que contiene las más urgentes demandas de sus comunidades, luego de lo cual se marcharon a sus comunidades, con la esperanza de que esta vez si, de verdad, den satisfacción a sus demandas. (Envío Año 16 Nº183, junio 97, Nicaragua y Alai Nº253, mayo 97, Ecuador.)


Derechos Humanos en Honduras
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