Fábrica de Armas de Rosario

(Santa Fé) (LRD)

 

Ubicación: 

Calle Ovidio Lagos al 4800 (actualmente sería 5220) - 2000 Rosario - Provincia de Santa Fe.


Descripción: 

Se ingresa por un portón que se abre desde adentro. Por un escalón se llega a una puerta; algunos pasos al frente de ésta, otros tres (3) peldaños llevan a una superficie plana (posiblemente un descanso) y luego 5 ó 6 escalones conducen a una habitación grande, la que por una puerta se comunica con la sala de torturas. La sala de torturas tenía piso de cemento, paredes color amarillo sucio, techo blanco y una ventana que daba al patio, que tenía persianas americanas de plástico. En esta habitación había cuatro elásticos o "parrillas". Una mesa con comandos eléctricos emitía música; sobre ella había un reflector. Otra puerta comunicaba con una pileta de cemento con canillas y ganchos para colgar a los detenidos. Una puerta metálica daba a un patio interno. Tres (3) de las paredes de este patio estaban formadas por rejas de unos 5 ó 6 metros de largo donde daban las celdas, que eran entre 20 y 30, cada una de las cuales tenía una puerta practicada en esa reja, la que llevaba un candado. Las celdas tenían aproximadamente 1,50 m de largo 0,80 m de ancho -y 1,80 m de alto. El piso era de cemento y las paredes eran de ladrillo encalado. El piso del patio central era de lajas sucias y desparejas, y tenía en el centro cuatro postes clavados en el suelo, cada uno de ellos con una argolla a un (1) metro de altura. El edificio donde se encontraba la sala de torturas tenía forma de torre.

Los secuestrados en las localidades próximas a Rosario en gran parte confluían al C.C.D. del Servicio de Informaciones de la Jefatura de Policía Provincial, que centralizaba el accionar represivo. Por allí pasaron cientos de secuestrados. En otras oportunidades, en lugar del traslado al Servicio de Informaciones, se destinaban los secuestrados a algunos de los tantos campos de detención de no menor envergadura que existieron en esa zona. Entre ellos podemos citar La Fábrica Militar de Armas Portátiles.

"Hacia fines de junio viene al lugar Galtieri, Ese día nos dieron mate cocido con azúcar y nos hicieron bañar. El Comandante entrevistó a cada uno personalmente. 'A mi me preguntó si sabia quién era él; me dijo que era la única persona que podía decidir sobre mi vida". (Testimonio de Adriana Arce).
"Nos dijeron que teníamos un número y que cuando llegara' la persona que venía a vernos y nos llamasen por ese número, teníamos que responder. Esa noche vino el Segundo Comandante Jáuregui" (del mismo testimonio anterior).


En caso de ser legalizados, los secuestrados eran remitidos a la Cárcel de Coronda -en el caso de los hombres- y al Penal de Villa Devoto de Capital Federal -cuando se trataba de mujeres- generalmente "a disposición del PEN". Al cesar en su calidad de detenidos, en la mayoría de los casos fueron remitidos nuevamente a Rosario, en especial a la sede del Comando del II Cuerpo de Ejército. Allí se les dirigía un discurso antes de dejarlos en libertad.

"Galtieri nos preguntó los nombres uno por uno. Cuando llegó mi turno me hizo una perorata sobre su satisfacción de darme la libertad en nombre del Presidente de los argentinos, el Gral. Videla. Me aconsejó que recordara siempre los colores de nuestra bandera 'que cubren el cielo de nuestra Patria'. Que fuera a mi casa, que ayudara a mi nuera a cuidar a sus hijas y, para colmo de ironías, me pidió que olvidara todo lo que había pasado y que no odiara al Ejército. Yo quiero hacer responsable a Galtieri de la destrucción de mi familia" (Testimonio de Juana Elba Ferraro de Bettanin, quien además de su detención y tortura sufrió la pérdida de sus tres hijos).


El 13 de septiembre de 1984 miembros de la Comisión Nacional con la Delegación Rosario se constituyeron en la Fábrica Militar "Domingo Matheu".

Procedieron a recorrer las instalaciones según las descripciones de las mismas que habían formulado cuatro testigos que intervinieron en el reconocimiento, pidiendo reserva sobre sus nombres. Estos testigos identificaron con toda claridad la parte del edificio en la Fábrica Militar que estaba reservada al alojamiento de detenidos, a saber: la que da sobre la calle Sin nombre, más conocida como Paredón Sur. Allí, por una puerta que fue construida a fines de 1976 ingresaban los vehículos que transportaban a los detenidos y éstos eran alojados transitoriamente en una cocina que es también reconocida de inmediato por los testigos en el curso del procedimiento. Desde esta cocina los testigos pudieron ubicar la sala de torturas contigua. O sea que tenían transitoriamente a los detenidos esposados y vendados en la cocina, hasta que les tocara el turno de pasar a la sala de torturas. Un poco más adelante se encuentra una vieja caballeriza, adonde eran alojados los detenidos que se encontraban hacinados, en pésimas condiciones de salubridad, sufriendo todos ellos las consecuencias de los tormentos y sin tratamiento médico alguno.

Los detenidos ilegalmente en las condiciones ya mencionadas, en la antigua caballeriza, eran visitados periódicamente por personal militar.