Buscados. Represores del Alto Valle y Neuquén

por Noemí Labrune
 


 

I. A merced del Terrorismo de Estado
 

2. La mano de la Doctrina de la Seguridad Nacional

 

Para mejor transformar todo el territorio patrio en territorio bélico, la Junta de Comandantes lo dividió en tantas ZONAS DE SEGURIDAD como Cuerpos de Ejército había en 1976, haciendo coincidir el mapa de cada ZONA con la correspondiente jurisdicción administrativo-castrense.

En el caso del norte del conurbano bonaerense, creó la ZONA DE SEGURIDAD 4, restada al territorio del 1er. Cuerpo de Ejército, con epicentro en Campo de Mayo, cuyo comandante era el Director de Institutos Militares, general Santiago Ornar RIVEROS.

El mismo que se hizo famoso, al reivindicar, el 29 de febrero de 1980 en un discurso ante la Junta Interamericana de Defensa, en Washington, los métodos empleados por las Fuerzas Armadas Argentinas. Un precursor de la "OPERACION DIGNIDAD". (7)

"Hicimos la guerra con la doctrina en la mano, con las órdenes escritas de los Comandos Superiores. Nunca necesitamos, como se nos acusa, de organismos paramilitares. Ganamos, y no nos perdonan; se nos dice que hemos vulnerado los Derechos Humanos.

En las guerras convencionales, los aviones, cuando atacan, no tiran al enemigo con ramos de flores, o el Código Civil, o la cartilla de los Derechos Humanos.

En la guerra antisubversiva, quien pretenda defenderse con ramos de rosas perderá la guerra."
(8)


Cada ZONA DE SEGURIDAD, teniendo en cuenta su extensión y densidad poblacional, estaba dividida en dos o más SUBZONAS, y a su vez éstas, en AREAS DE SEGURIDAD.

La Marina y la Aeronáutica poseían el dominio de alguna de estas AREAS, contiguas a sus Unidades más importantes. Fue prerrogativa de la Marina, además, realizar operaciones antisubversivas con total autonomía, y sin necesidad de someterse a la jurisdicción de una determinada ZONA DE SEGURIDAD. En esos casos, utilizaba como cuartel general el Centro Clandestino instalado en la Escuela de Mecánica de la Armada -ESMA-, beneficiario de una suerte de extraterritorialidad.

Toda la Patagonia, convertida en la ZONA DE SEGURIDAD 5, quedó sometida al arbitrio del comandante del V Cuerpo de Ejército, general de división René AZPITARTE. Fue este jefe quien designó, entre los oficiales superiores de sus diferentes Unidades, a los interventores militares para gobernar provincias, universidades y empresas estatales, comprendidas dentro de su jurisdicción, durante las semanas que siguieron al golpe, del 24 de marzo.

La provincia del Neuquén, y la casi totalidad de la de Río Negro, debieron archivar veleidades localistas, y quedaron fusionadas en la SUBZONA 5.2., según la nomenclatura utilizada por especialistas pulidos en West Point. Para el vulgo, simplemente SUBZONA 52, cuyo territorio se extendía al oeste de una recta imaginaria que descendía desde la ciudad de Río Colorado hasta el paralelo 40, es decir, el límite con la provincia de Chubut. Su comandante era a la vez el jefe de la VI Brigada de Infantería de Montaña.

Todas las Fuerzas de Seguridad con asiento en la SUBZONA -policías provinciales y federal, gendarmería, personal penitenciario- estaban subordinadas al control operacional del jefe castrense.

El amplio surtido de agentes civiles de los diferentes servicios de inteligencia -incluyendo "buchones" y confidentes- fue asimilado al estado militar, para poder afrontar la augusta gesta con más respaldo y mayores bríos. Todos estaban solventados también, ya fuera en blanco o en negro, por el presupuesto de las Fuerzas Armadas, que coincidía cada vez más con el presupuesto nacional. O viceversa.

 



Fuente: Documento secreto emitido por el Estado Mayor General del Ejército,
registrado en el expte. 63/86 C.F.B.B., fs. 220

 

 

 


Notas:

(7) "Operación Dignidad" es el título dado a un video sobre la sublevación militar de Semana Santa de 1987, donde su protagonista, el ex-teniente coronel Aldo RICO, ensalza la actuación de las Fuerzas Armadas durante la represión ilegal, y reclama la libertad de los ex-Comandantes. El video fue ampliamente difundido en guarniciones militares y en diversos ámbitos pro-castrenses, a través de una campaña propagandística orquestada por otro de los protagonistas de los sucesos de Semana Santa: el ex-mayor Jorge BARREIRO.

Acusado de asesinato de detenidos en el centro clandestino "La Perla", Barreiro se negó a presentarse cuando fue citado a prestar declaración indagatoria por la Cámara de Apelaciones de Córdoba, refugiándose en el Regimiento 14 de Infantería Aerotransportada. Esta actitud marcó la señal de largada de la sublevación militar del 12 de abril de 1987.

(8) Diario "La Prensa". 06.03.1980.

 

 

 

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