Buscados. Represores del Alto Valle y Neuquén
por Noemí Labrune
I. A merced del
Terrorismo de Estado
5. En defensa de la Vida y la Libertad
Cuando a mediados de 1976 los secuestros se multiplicaron, sin que sus víctimas
reaparecieran, monseñor De Nevares convocó a un grupo de hombres y mujeres de
buena voluntad a asumir un compromiso cotidiano frente al terrorismo de Estado,
y a constituir una Delegación de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos
(APDH). Era la primera que nacía de la entidad madre.
Desde el día mismo de su constitución, en plena dictadura, la Delegación se
reunió en un local cedido por el Obispado, sobre la Avenida Argentina, a puertas
abiertas, como una genuina asamblea popular. Sus tareas eran registrar los
testimonios, brindar asesoramiento a las víctimas o a sus familiares, asumir a
veces su representación ante las autoridades militares. Y desde ya, ofrecerles
el apoyo afectivo y la solidaridad que su situación reclamaba con urgencia.
Periódicamente, la Delegación llamó a reuniones informativas, en la antigua
catedral de Neuquén, para contrarrestar los efectos letales de la desinformación
impuesta por el Proceso de Reorganización Nacional.
En el cuarto aniversario del golpe militar que lo instauró, los dirigentes de la
APDH, ante un público muy numeroso para la época, abrieron el debate en estos
términos:
"Los hemos convocado hoy aquí para escuchar testimonios e informaciones sobre la represión indiscriminada e ilegal, que hasta el momento no han podido ser publicados en el país, pero cuyo conocimiento nos parece indispensable para que cada uno de los argentinos pueda, con responsabilidad, elegir su puesto en la lucha para retornar a una vida ciudadana regida por la Constitución.
Queremos compartir con Uds. las evidencias y las angustias; invitarlos a que formulen su propio juicio.
Reiterar nuestro repudio a la utilización de métodos condenados por nuestras leyes y nuestras convicciones.
Comprometer nuestro esfuerzo -que necesita de la colaboración de todos ustedes-, para que estas violaciones no queden sin una adecuada sanción y la Doctrina que las instigó sea definitivamente proscripta de nuestra sociedad.
A todos aquellos que, después de haber escuchado estas denuncias, sientan que ya no pueden permanecer ajenos a la Defensa de los Derechos Humanos, pedimos nos hagan saber cómo podemos seguir en contacto, para emprender juntos acciones concretas." (9)
En los siete años que van desde la primavera de 1976 hasta el retorno del Estado
de Derecho, los ciudadanos de Neuquén y el Alto Valle encontraron en las
reuniones semanales del Organismo a un grupo cada vez mayor de militantes por la
vida, con los que podían compartir el miedo, el dolor, la lucha y la esperanza,
en un país arrasado por su propio Ejército.
(9) Informe mimeografiado "La Verdad, fuerza de la Paz", de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos, Delegación Neuquén, publicado parcialmente en el diario "Río Negro" del 31.03.1980.