Buscados. Represores del Alto Valle y Neuquén
por Noemí Labrune
II. El mayor
Reinhold parte en campaña de invierno
2. Una cofradía de encapuchados
Los secuestros del 14 de junio
de 1976 habían empezado antes del amanecer. Un grupo fuertemente armado despertó
con amenazas a Herminio Fuentes, en procura del domicilio de Carlos Chávez. Poco
después, éste fue sacado violentamente de la casa de sus suegros, donde vivía
con su esposa y su hijita. Con el apuro no se llevaron más que a Chávez, pero
volverían por la tarde, con gran despliegue de efectivos, para revisar todo y
alzarse con el botín de guerra. Poca cosa, por tratarse de un hogar modesto.
Util para hacer sentir a la gente que Cutral-Có era tierra ocupada y que debían
comportarse en consecuencia.
Los testigos no estarían en condiciones de reconocer ni a los secuestradores ni
a los depredadores. No sólo porque la violencia con que actuaron dejó a las
víctimas conmocionadas y sin poder retener los pormenores. También porque
disimulaban sus rostros con pasamontañas y bufandas, un camouflage más apropiado
que el betún tropical, dada la latitud de Cutral-Có y la época invernal. Esta
modalidad -innovadora en lo que respecta a la Brigada de Inteligencia de la
Policía Neuquina- valió a dos de los participantes el apodo de "Millacó", por la
etiqueta de un vino de la zona, donde aparece un jinete encapuchado.
Diez años después, uno de ellos, el comisario (R) René PÚBLET, que en junio de
1976 revistaba en esa brigada, fue citado a declarar ante el Juez Federal.
"Preguntado para que diga desde cuándo es conocido el declarante por el apodo de 'MILLACO'.
POBLET: es la primera vez que se entera de dicho apodo; es la primera vez que escucha dicho apodo." (11)
Como es obvio, el deber
primordial de la Policía "secreta" es saber guardar sus secretos.
En verdad, la participación de personal policial no era indispensable para el
éxito de un operativo antisubversivo en Cutral-Có. Según los informes oficiales,
el Batallón de Ingenieros de Construcciones (BING 181) con asiento en Neuquén,
cuya Compañía "B" participaba de este tipo de operativo, contaba con una
dotación de 219 mensualizados, entre oficiales y suboficiales
(12). La mitad de ellos, con el auxilio de la Compañía de Operaciones,
hubiera bastado para rastrillar en un par de días a una ciudad como Cutral-Có,
que para entonces contaba con unos 15.000 habitantes.
En cambio, si el objetivo era la conquista por el terror, y durante muchos años,
ninguna precaución resultaba superflua.
Por otra parte, el plan criminal de los comandantes disponía que se incluyera,
dentro de la monolítica unidad de las FF.AA., a los "humildes servidores del
orden" provinciano, aun cuando carecieran del brillo propio de los iluminados de
la Doctrina de la Seguridad Nacional. Y de este modo forzarlos a integrarse a la
comandita de los anónimos signatarios del "pacto de sangre".
(11) Expte. 28/86 C.F.B.B., fs. 616.
(12) Cf planilla de personal de cuadros del BING 181. Expte. 63/86 C.F.B.B. fs.
396 y siguientes.