Buscados. Represores del Alto Valle y Neuquén

por Noemí Labrune
 


 

II. El mayor Reinhold parte en campaña de invierno
 

7. De paso hacia la clandestinidad

 

La diferenciación de roles -el bueno y el malo- descripta por el testigo San Sebastián parecía ser permanente en el tándem CONTRERAS SANTILLAN - REINHOLD.

Así, mientras éste último dirigía en Cutral-Có los procedimientos ilegales y el interrogatorio bajo tortura de Carlos Chávez, el coronel CONTRERAS SANTILLAN, sentado en el sillón todavía vacante del Jefe de la VI Brigada, se ocupaba de detalles menos cruentos. Los que le encargara el mismo mayor REINHOLD antes de partir de cacería.

Un telefonazo al teniente coronel AURELLA CRIPPA bastó para que se presentara en su despacho Juan URIBE, chofer del celular de la policía provincial. CONTRERAS SANTILLAN lo proveyó de la orden para el combustible por cuenta del Ejército; le dio las instrucciones -"retirar una carga de la Comisaría de Cutral-Có"- y una consigna: callarse la boca. Todo ello dicho sin ferocidad, con un tono casi bonachón. Poco faltó para que le recomendara: "Uribe, no corra; sus hijos lo esperan".

"Preguntado para que diga si trasladó detenidos desde la ciudad de Cutral-Có.

URIBE: que recuerda que si, que realizó un traslado en colaboración con el Ejército; ...que le asignaron un sargento para que lo acompañara a Cutral-Có; que se dirigieron directamente a la comisaría; que tuvo que permanecer unas seis horas en esa comisaría, y que luego el personal del Ejército hizo subir a los detenidos al celular...

Que se le dijo que guardara silencio absoluto de todo lo que veía...

Que cree que habrá llevado unas 12 personas... que hubo uno que intentó fugarse, que era una persona joven. Que había mujeres, no pudiendo precisar cuántas. Que desde la comisaría de Cutral-Có se dirigieron a la Unidad 9 de Neuquén Capital, donde se hizo bajar a las personas que traía detenidas."
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Cuando la subieron al celular, la carga ya estaba machucada, lacerada. Fue depositada el 15 de junio a las 11 horas en la Unidad 9 del Servicio Penitenciario Federal. Nueve de los secuestrados la víspera en Cutral-Có ingresaban así a la legalidad, por el hecho de quedar registrados en el libro de entradas y salidas del Penal.

Pedro Maidana, que había estado unas horas en el Hospital de aquella ciudad, a raíz de los golpes recibidos, y cuyo estado no le permitía ser trasladado en el celular, fue llevado en ambulancia hasta la enfermería del Comando de la VI Brigada, y de allí también ingresó oficialmente a la U9. No se sabe en cambio, si Arlene Seguel y Carlos Chávez hicieron una estadía "oficiosa" en el Penal, antes de ser remitidos al Comando del V Cuerpo de Bahía Blanca, como fue el caso de Alicia Pifarré, secuestrada el 9 de junio, que no figura en el registro de la cárcel, y que fue retirada rumbo al aeropuerto, el día 15 a las 20 horas.

Treinta y seis horas después de su llegada, Miguel A. Pincheira, el mismo Maidana, Argentina y Dora Seguel entre otros, reingresaban a la clandestinidad en el momento en que egresaban de la U9, con cargo al Comando de la VI Brigada de Montaña. Casi al término de su suplencia, el coronel CONTRERAS SANTILLAN había decidido mandarlos a Bahía Blanca, hasta que otro decidiera lo contrario. Allá sabrían qué hacer con ellos.

"Yo, Gladis Sepúlveda, que en 1976 tenía 24 años de edad, me desempeñaba como maestra de grado, por la mañana, por la tarde como auxiliar administrativa de la Secretaria .de la Escuela de Servicio Social de la Universidad Nacional del Comahue (U.N.C.). Vivía con mis señores padres en la ciudad de Cipolletti, donde el 11 de junio se presentó personal de la Policía preguntando por mi. Como no me hallaron incomunicaron a mi familia...

... El 14 de junio me presento en la U22 en compañía del cura párroco de la capilla Nuestra Señora de Luján…

... El 15 de junio soy trasladada a la U9 donde se registra mi ingreso, continuando incomunicada. Al atardecer me sacan de la celda, firmo mi libertad junto con Elida Sifuentes y Nora Rivera, compañeras de estudios, pero en vez de salir en libertad, salimos con las manos atrás, quedando a disposición del Ejército. Nos hicieron subir a un celular, con celdillas... Al llegar al lugar por ellos determinado nos despojaron de nuestras pertenencias, con insultos y violencia, fueron nuestros ojos vendados y nuestras manos atadas atrás. Subimos una escalera, luego fui sentada bruscamente, el ruido era ensordecedor; no podía distinguir pues la venda estaba muy ajustada a mis oídos, además del miedo. Dijeron que ese era un vuelo Charter especial, y empezaron a interrogarnos con insultos, bofetadas, manoseos. Pedían que dijéramos lo que sabíamos pues el vuelo era a Tucumán y nos iban a tirar del avión en la selva. No sé cuánto tiempo duró el viaje. Al llegar bajamos otra vez escaleras y luego nos arrojaron a un camión como si fuéramos bolsas de papas. Hacía frío, viento, como campo. Llegamos a un galpón, por la resonancia de las voces, sólo oía pasos de botas, fría, y el llanto de los que entre nosotros lloraban.

Nos esposaron ubicándonos contra la pared. Hicieron un simulacro de fusilamiento. Me despojaron de mi reloj al esposarme, y me insultaron por mi rostro aindiado. Luego nos amontonaron parados, y de un empujón nos tiraron al suelo. Parece que era de noche.

... Me hicieron preguntas obligándome a desnudarme con golpes, siendo luego atada de pies y manos a las cuatro esquinas de una cama, y volvieron a repetir las preguntas anteriores, sobre las actividades del gremio docente UNTER, del que yo era miembro activo. Preguntas que eran acompañadas de descargas eléctricas, que disminuían y aumentaban, en las sienes y distintas partes del cuerpo, intercaladas con latigazos...

... En esos días ingresó Mónica Morán a quién yo conocía de la Universidad Nacional del Comahue. Escuché decir su nombre y la reconocí por la voz. A los pocos días fue sacada de allí violentamente. Ella fue la que dijo que estábamos en Babia Blanca...

El día 25 de junio de 1976, fui trasladada al Penal de Villa Floresta en Babia Blanca... Al registrarme en el libro de ingreso, preguntaron cuándo fui detenida. Contesté desde el 14 de junio. Con enojo no lo aceptaron y registraron 25 de junio de 1976. Permanecía presa a disposición del PEN sin causa ni proceso. El ocho de agosto de 1979 hice uso del derecho de opción, saliendo del país rumbo a Alemania Federal.

Presento este testimonio a los Organismos de Derechos Humanos de las Provincias de Río Negro y Neuquén, como así también a quienes ellos dispongan hacerlo extensivo, sin el mínimo deseo de venganza, si con el ánimo y deseo de que se haga justicia por los crímenes cometidos, en la esperanza de que nunca más vuelvan a repetirse. San Miguel de Tucumán, 5 de junio de 1985. Ratificada ante el Juzgado Federal de esa ciudad, el 17 de setiembre del mismo año".
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Notas:

(25) Expte. 28/86 C.F.B.B., fs. 619/620.

(26) Expte. 399/86 J.F.N., fs. 92 a 100.

 

 

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