Buscados. Represores del Alto Valle y Neuquén
por Noemí Labrune
III. El sueño
del chupadero propio
2.Subzona 52: dependencia y subdesarrollo
Su ascenso. Esta era también en
1976 la preocupación del mayor Oscar REINHOLD, de 41 años de edad, especialista
en contrainsurgencia, impaciente por demostrar una superioridad adquirida en la
mejor escuela del extranjero, pero asignado a una Jefatura de Inteligencia
donde, a falta de guerrilleros, había que conformarse con detener a "elementos
vinculados con organizaciones subversivas de poca magnitud"
(32). Para colmo, con la obligación de despachar inmediatamente a Bahía
Blanca a los más interesantes.
Derivar los detenidos al Comando de Zona implicaba relegar la subzona a la
categoría de simple estafeta postal de una lejana Casa Matriz. Un empleado de
estafeta difícilmente acceda a una brillante carrera. De allí el dilema del
mayor.
Dilema que el jefe de la Subzona 52, general (R.E.) José Luis SEXTON, describe
del siguiente modo, en el curso de su declaración indagatoria.
"La nuestra es una actividad .altamente competitiva, tal vez nocivamente competitiva, por aquello que la pirámide empieza con 200 plazas en la base, y debe terminar inexorablemente, después de 40 años, con solamente una en la cúspide."
Si bien esta digresión del indagado nada aportó en cuanto al esclarecimiento de
los delitos investigados, algo agrega para el estudio de la llamada "psicología
militar", y también para establecer alguna de las características de
personalidad y motivaciones del imputado REINHOLD.
¿Cómo ascender con la premura acariciada al grado inmediato superior y así
sucesivamente, en plena guerra sucia, mientras se esté asignado a una subzona
tranquila, sin chupadero propio?
Porque al decir del coronel Eduardo CONTRERAS SANTILLAN, a cargo del Comando de
la Subzona hasta junio de 1976 por vacancia del titular de la VI Brigada de
Infantería de Montaña, "no se concretaron serios elementos de juicio que dieran
lugar a otro calificativo que el de "jurisdicción tranquila". Lo cual, traducido
a nuestro idioma, significaba que la realidad regional no favorecía la comisión,
por parte de personal militar, de delitos meritorios y atroces. Máxime cuando el
entonces jefe -según declaraciones suyas obrantes en el Sumario Militar
caratulado "PRESUNTOS EXCESOS EN OCASION DE LA LUCHA CONTRA LA SUBVERSION POR
PARTE DE PERSONAL MILITAR EN JURISDICCION DE LA SUBZONA 52"- prefería imprimir a
la acción contra el enemigo interno e internacional un carácter contemplativo
"procurando mantener en lo posible la tranquilidad de la vida, y evitar que la
Subzona se tornará en 'jurisdicción caliente' ".
Claro, Eduardo CONTRERAS SANTILLAN no pasó de coronel, y falleció de muerte
natural, a principios de 1987, al tiempo que era citado a prestar declaración
indagatoria por la Cámara Federal de Bahía Blanca.
Pero los responsables de la inteligencia militar en la Subzona 52 no compartían
su óptica de coyuntura. Calentar la subzona significaba jerarquizarla. Por ende,
jerarquizarse.
Para ello, nada mejor que propiciar la instalación de un Lugar de Reunión de
Detenidos Transitorios (LRDT) del tipo de "La Escuelita de Famaillá", precursora
de las de su género. Creada por Acdel VILAS en 1975, éste fue uno de los méritos
que en 1976 le valieron su promoción a segundo jefe del V Cuerpo y
consecuentemente jefe de la Subzona 51 con jurisdicción sobre la ciudad de Bahía
Blanca y su zona de influencia.
(32) Cf. Sumario ante el Juzgado Militar N° 93 caratulado "PRESUNTOS EXCESOS EN OCASION DE LA LUCHA CONTRA LA SUBVERSION POR PARTE DE PERSONAL MILITAR EN JURISDICCION DE LA SUBZONA 52", fs. 105/106.