Buscados. Represores del Alto Valle y Neuquén

por Noemí Labrune
 


 

III. El sueño del chupadero propio
 

3. ¿Por qué, Oscar? Mario, ¿por qué? ¡Por Neuquén!

 

Ni bien llegado a su nuevo destino, VILAS dejó inaugurada a su vez, "La Escuelita" de la Subzona 51, la que a partir del mismo 24 de marzo de 1976 vio colmada sus instalaciones, aun antes de contar con un local totalmente adecuado, tal como sucede muchas veces con las escuelas propiamente dichas. Allí estaban siendo derivados, para ser interrogados por los especialistas venidos de Tucumán con VILAS, los detenidos políticos de la Subzona 52, con el consiguiente menoscabo de los profesionales locales, incluyendo a Raúl GUGLIELMINETTI.

Este se las ingenió para instalar su propio "quirófano" en los sótanos de la Delegación Neuquén de la Policía Federal, donde fue Jefe de trabajos prácticos de los oficiales del Destacamento de Inteligencia 182, al inicio de la meteórica carrera que lo llevaría al Batallón de Inteligencia 601 al cabo de pocos meses. Pero ese local era prestado, pequeño, y por lo visto fácilmente inundable: los archivos y registros "desaparecieron" después de un chaparrón de verano, en 1979. (33)

El jefe del Destacamento de Inteligencia 182, Mario GOMEZ ARENA, y el jefe de Inteligencia (G-2) de la VI Brigada de Neuquén, Oscar REINHOLD, compartían la urgencia en disponer de un centro clandestino de detención susceptible de otorgar a su jurisdicción la jerarquía de subzona caliente. A falta de operativos de la subversión, un trabajo asiduo, metódico y creativo de los profesionales de la tortura, les permitiría superar su inferioridad dentro de la Institución en la que se desempeñaban, y hacer extensivo el beneficio a varios hermanos de armas, con gruesas ambiciones y foja de servicio escuálida.

De ese modo, informaciones arrancadas, ampliadas y procesadas en el lugar de origen, podrían suministrar material indispensable para alimentar la espiral de la represión ilegal y la consiguiente actividad cotidiana de los subalternos. A su vez, esto dotaría a los jefes de peso propio, tanto en el momento de la toma de decisiones, como de los ascensos.

La asunción de José Luis SEXTON, "a las 16,30 horas del 23 de junio de 1976" como nuevo titular de la VI Brigada de Infantería de Montaña, permitió poner manos a la obra.

 




 

 


Nota:

(33) El 5 de setiembre de 1985, el entonces jefe de la Delegación Neuquén de la Policía Federal, comisario Carlos José QUINTANA, informa a requerimiento del Juez Federal: "En el año 1979, a raíz de una precipitación pluvial se produjo la inundación de la totalidad de la superficie del sótano de esta dependencia, lugar donde se archivaba la documentación de la misma, la que produjo la destrucción total de dicha documentación".

 

 

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