Buscados. Represores del Alto Valle y Neuquén

por Noemí Labrune
 


 

V. Los conscriptos
 

2. El lugar donde se enseña a hablar

 

Siete años después, una vez iniciados los juicios por la represión ilegal en la Subzona 52, uno de estos muchachos se presenta espontáneamente ante el Juez Federal de Neuquén.

A partir de sus declaraciones, el doctor Rivarola encara la tarea de reconstruir los crímenes que los militares pretendían borrar. La memoria de estos muros es la conciencia de los ex soldados, que vienen a declarar bajo juramento de decir verdad:

"Preguntado para que diga si ha escuchado hablar de lo que se denomina 'La Escuelita' y en qué momento supo que allí funcionaba un centro de detención:

Araya: que esa construcción se encontraba a unos 50 metros luego del alambrado del BING. Y en cuanto a alguna denominación especial, que le decían 'La Escuelita'. Qué así la denominaban los oficiales y soldados dentro del ambiente del batallón.

Navarrete: que si. Que hizo la conscripción en dos períodos, desde mediados de 1975 a mediados de 1976. Que en el primero tenían acceso libre al lugar; que a partir de un momento que podría ubicar entre marzo/abril de 1976, ya no se les permitió acercarse a ese sitio. Que los oficiales de la Compañía a la que pertenecían les informaban a los soldados que en ese lugar tenían a subversivos presos.

González: que el declarante formaba parte de la compañía 'B' de combate, y a dicha compañía se le encomendó la tarea de refaccionar 'La Escuelita', revocar, llevar camas, pintar... Que una vez terminados los trabajos, nunca más fueron llevados soldados hacia esa construcción...

Que en el Batallón era absolutamente conocido que allí existía un Centro de Detención.

Radonich: que hizo el servicio militar en la Compañía Equipo y Mantenimiento (distante unas 10 cuadras del BING 181). Que hasta allí venían diariamente refuerzos de guardia del Batallón, integrados por soldados que les contaban que en los fondos había una construcción donde se les había indicado que estaban detenidos extremistas que venían de Tucumán.

Guidi: que a su parecer sí, había un lugar corno el llamado 'La Escuelita'; que les estaba vedado el acceso al mismo.

Scaiola: que en el Batallón existía un lugar vedado no sólo a los soldados, sino a todo el mundo; con el tiempo supo que era el lugar denominado 'La Escuelita'. Para ese entonces era una construcción donde primitivamente habían hecho instrucción; se les había indicado que estaban detenidos extremistas que venían de otros sitios... que el nombre con el cual los soldados se referían a ese sitio es el de CANTA CLARO.

Vial: un día que no recuerda con precisión (entre los meses de julio-agosto 1978) entró al Batallón una ambulancia particular, y se dirigió directamente a la zona del Puesto N° 2, como se conocía al lugar que a través de los periódicos del día se identifica como 'La Escuelita'. Que mientras estuvo haciendo el servicio militar le llamó la atención el tipo de guardia especial de que era objeto el mismo, ya que de emplearse soldados, sólo se utilizaba a los tiradores más destacados. Que a él le tocó cubrir la guardia en la torreta de vigilancia, que estaba construida en el mismo techo de la edificación, con una luz de mercurio que estaba constantemente encendida... y que era giratoria alrededor de 'La Escuelita'.

Tejedor: que sí, que había una construcción. Que habiendo preguntado al cabo 1° FERNANDEZ Hugo, le contestó que no tenía que hacer esas preguntas. Que entre los soldados se comentaba que había en ese lugar terroristas detenidos.

Velázquez: que sabe que ese personal lo llamaba así. Que en una oportunidad, el declarante escuchó hablar a dos suboficiales, uno de ellos Julio César TORRES, que le manifestaba al otro que 'La Escuelita era el lugar donde se enseñaba a hablar'.

Landaeta: que cuando estaba prestando el servicio militar en el BING 181, en reiteradas oportunidades tuvo que hacer guardias especiales, durante las cuales ingresaban al predio de 'La Escuelita' oficiales y suboficiales del Comando de la VI Brigada, de la Compañía de Comunicaciones, y de la Compañía de Montaña, los que tenían orden, al llegar a la tranquera, antes de ingresar, de apagar el motor, y prender dos veces las luces, y recién entonces abrir la tranquera; caso contrario, los centinelas tenían orden de disparar. Aclara que las mencionadas guardias las realizaba a la orilla, sobre el canal y el alambrado, a unos 100 metros de 'La Escuelita'. Que de las actividades que allí se realizaban tenían conocimiento a su entender todos los oficiales y suboficiales. Que recuerda que en la parte del techo había un reflector con luz muy potente que alumbraba para todos lados.

Zapata: que mientras era conscripto no tenían información cierta de las funciones que se desarrollaban en el lugar denominado 'La Escuelita'; sólo rumores de que algo raro pasaba y que cuando se hacia la formación se designaba personal a cumplir funciones en ese lugar, mediante siglas que no recuerda.

Noriega: que sí, que lo sabe desde el año de su servicio militar, ya que los suboficiales y oficiales del Batallón, al referirse a la construcción, la llamaban 'La Escuelita'. Que escuchaba comentarios de que llevaban gente y la torturaban; que dichos comentarios se escuchaban de los oficiales y suboficiales. Que varias veces escuchó tiros que venían de ese lugar.
Nicosia: que conoció una construcción mientras hacía el servicio militar, la que se encontraba fuera del alambrado del BING 181, que se la denominaba 'La Escuelita', por todos los soldados del batallón."

"Preguntado: para que digan cuánto recuerda sobre 'La Escuelita':

Navarrete: que puede afirmar que el personal de suboficiales con destino a 'La Escuelita', y que venían al casino, no pertenecían al batallón. Que de estos suboficiales, cuyo número no puede precisar, salvo dos que permanecieron bastante tiempo, los demás eran cambiados frecuentemente.

González: que sí sabe que había mucha gente de civil por el batallón, que inclusive dormían en el casino de suboficiales, gente joven de aproximadamente 30 años, con evidentes características físicas de ser militares, por el corte de pelo, desenvoltura, permanencia en lugares reservados, etc. y sí recuerda que estos también concurrían a buscar comida. Además sabe, por haberlo escuchado de los propios suboficiales, que estos tenían que cumplir guardias en 'La Escuelita'.

Radonich: que pudo observar que en los partes diarios de informes del batallón, con una regularidad de aproximadamente quince días, se daba cuenta de altas y bajas de personal militar, oficiales y suboficiales de baja graduación, que, provenientes de distintas Unidades del interior de la provincia, permanecían en el BINO 181 Y luego eran dados de baja hacia sus unidades de origen, en Zapala, Covunco, Las Lajas, Junín de los Andes, etc. y tiene para sí que se trataría del personal al cual se le encomendaba la tarea de vigilancia en 'La Escuelita' .

Guidi: que sí, que había suboficiales y soldados que no eran los habituales del batallón y se sabía que pertenecían a Covunco, Zapala, Las Lajas, etc... que permanecían en el batallón unas semanas, para luego rotarse con otros.

Scaiola: que recuerda que el personal que ingresaba en ese sitio ('La Escuelita') no era el mismo que estaba destinado habitualmente al batallón. Que concretamente recuerda a dos personas, tenientes o tenientes primero, muy jóvenes, que andaban vestidos de militar con dos granadas al cinto (moda que impusieron entre los suboficiales)... y a quienes observó en varias oportunidades dirigirse hacia aquella construcción.

Velázquez: que recuerda que ingresaba a la cantina personal que no pertenecía a la Unidad, vestido de civil, y presume que los mismos se encontraban en comisión: que a veces concurrían con fusiles FAL pese a estar de civil.".

 


 

 

Indice de "Buscados"

  
   

Página Inicial del Sitio