Buscados. Represores del Alto Valle y Neuquén

por Noemí Labrune
 


 

VIII. La "DOCTRINA" y sus frutos
 

1. Alias "EL VERDUGO"

 

Nunca se sabrá cuántas veces se repitió el fusilamiento en la intimidad de la barda. Cambian los prisioneros, cambian también los verdugos. O los turnan. Tal como está documentado en otros escenarios de la represión clandestina, es de rigor para los oficiales de la Subzona 52 pasar por ese trance.

Uno al menos se resiste. No eligió la carrera militar para presenciar asesinatos. Menos aún para tomar parte en ellos. Es jefe de Logística, y nada quiere saber de la guerra sucia. Por las dudas, "olvida" su pistola en su oficina del Comando de la VI Brigada de Montaña.

Pero ya no es posible zafarse. De nada valen negativas, acusaciones ni disculpas. Se le ordena empuñar el arma que le tiende entre insultos y amenazas el capo de aquel extraño pelotón. Ni siquiera lo aventaja en grado, pero la clandestinidad impone su propia cadena de mandos, y ese oficial que escupe violencia es quien manda tan particular operativo. Es el jefe de los verdugos.

Hasta hoy, no ha sido fehacientemente identificado. La instrucción ha detectado, sin embargo, un alias "EL VERDUGO", entre quienes llegan y salen de "La Escuelita". No ha podido aclararse si es su nombre de guerra, o nada más que un mote recogido al azar de las conversaciones entre suboficiales.

¿Estará referido a su función, allá en la barda? ¿Es él precisamente, el jefe de los verdugos? sé trata en todo caso del jefe del Destacamento de Inteligencia 182.

"Que en una oportunidad estaba detenido en un calabozo el soldado José Delineo Méndez, sin que lo supiera su familia, hasta que otro soldado les avisó. Que antes de eso, Méndez fue sacado del calabozo por una persona que se hacía llamar capitán, pero que los conscriptos llamaban "El Verdugo", por su aspecto; que se vestía siempre de civil, con anteojos negros, con barba tipo chivita, que circulaba siempre en Falcon gris, y que estaba presente en todos los actos oficiales, según debe constar en los archivos periodísticos. Que recuerda en particular una Misa que celebró monseñor Tortolo, en la que el apodado "Verdugo" estaba presente. Que cuando esta misma persona volvió a traer a Méndez al calabozo, el joven se encontraba en un estado lamentable por haber sido torturado. (70)

Que a ese Falcon gris si lo vio varias veces, e incluso quien entró de civil al calabozo lo vio dos o tres veces más y podría reconocerlo si lo viera nuevamente. Además de la barba usaba anteojos negros, bigote, y la barba era chiva, dé tez oscura, pelo negro, que se peinaba atrás, y el pelo ondeado. Esta persona deambulaba por el Batallón 181 como una persona más del lugar."
(71)


Los conscriptos perdían el rostro de "EL VERDUGO", cuando éste abordaba su Falcon gris. Pocos conocían su nombre y acaso ninguno sus funciones en el organigrama oficial de la Subzona 52. No imaginaban siquiera en ese momento que hubiera otra distribución de roles para el sistema clandestino.

Con gran solvencia técnica, el teniente coronel GOMEZ ARENA habla tomado todos los recaudos para que su nombre no viniera a conferir identidad real a su otro personaje, el de la ilegalidad.

En el reparto de roles, había asumido el más siniestro: su alias no era fortuito. Pero siendo un militar de carrera, no un mercenario a la manera de los GORDON o los GUGLIELMINETTI, podía confiar en la lealtad de sus camaradas de armas: los unía la adhesión a la Doctrina de Seguridad Nacional, y adivinaba que ninguno se sentiría inclinado a colaborar con la Justicia. En todo caso, y como reaseguro, contaba con el "pacto de sangre".

 

 

 


Notas:

(70) Expte. 59/86 C.F.B.B., fs. 68/69 y expte. 63/86 C.F.B.B., fs. 46.

(71) Expte. 59/86 C.F.B.B., Fs. 179/83.

 

 


 

 

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