Buscados. Represores del Alto Valle y Neuquén

por Noemí Labrune
 


 

VIII. La "DOCTRINA" y sus frutos
 

3. Batallón 601 de Inteligencia, Sucursal Neuquén

 

Tal como corresponde a su formación, el testigo no se pierde en detalles emotivos: va a lo esencial, sin piedad y sin pasión. Describe el escenario, las acciones, los actores: "el segundo en el Destacamento 182 de Inteligencia era el capitán MOLINA EZCURRA, de bigote chico, tez blanca, ojos pardos, contextura mediana". (74)

La ley de "Punto final" fue para MOLINA EZCURRA el trampolín a la impunidad. Como en el caso del ex jefe de Operaciones del Area 521, el actual teniente coronel Carlos Alberto MARTINEZ, la Cámara Federal de Babia Blanca, atareada y atorada a raíz de plazos tan exiguos como arbitrarios, no incluyó al ayudante de GOMEZ ARENA en la lista de imputados que debían prestar declaración indagatoria. Sin embargo, los abogados de la APDH habían señalado, en tiempo oportuno, los elementos probatorios que hacían obligatoria su inclusión.

Existió también una presentación, fundamentada en el mismo sentido, del fiscal, Dr. Hugo Cañon, cuya firmeza -desde el comienzo mismo de las actuaciones ante la Cámara Federal de Bahía Blanca-, dejó en claro que el interés por el esclarecimiento de los crímenes y el castigo de los criminales, lejos de ser una mera inquietud particular de los querellantes, respondía a una necesidad profunda de la comunidad: reconquistar el derecho a la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.

El "cursillo" sobre guerra sucia "dictado" a lo largo de varias semanas por el general (R.E.) Acdel VILAS, al mismo tiempo que prestaba declaración indagatoria, no dejó dudas sobre el rol asignado en ese tipo de contienda a los Destacamentos de Inteligencia.(75) Quedó claro que, más allá de sus personales inclinaciones o performance, cuya investigación debía profundizarse, Jorge Eduardo MOUNA EZCURRA, actualmente teniente coronel, estaba involucrado en delitos por violación a los derechos humanos en la Subzona 52, en virtud de las funciones que desempeñaba dentro del aparato clandestino, y del lugar que ocupaba en la cadena de mandos, en los años 1976/77.

Pero el asesoramiento involuntario de VILAS llegó tarde. Y MOLINA EZCURRA, libre de toda persecución judicial, se dedicó a reconfortar al coronel Oscar REINHOLD, cuando éste recibió la citación a indagatoria, en el comando de la VIII Brigada de Infantería de Montaña, en Mendoza, donde ambos amigos revistaban en febrero de 1987. Después de estudiar el calendario gregoriano, apostaron que Semana Santa llegaría antes que el día del juicio. Y ganaron.

En cuanto al primero en el reparto, el coronel (R.) Mario Alberto GOMEZ ARENA, la instrucción judicial nos aporta evidencias interesantes. A falta de huellas dactilares, su responsabilidad en la represión ilegal está documentada por testimonios coincidentes y concordantes.

Queda, sin embargo, una incógnita: denominación y ubicación exacta del organismo castrense que le otorgó licencia para portación de barba, en pleno Proceso de Reorganización Nacional, que a tantos afeitó de prepo.

En todo caso, fue un acierto: la barba le dio una apariencia apropiada, con un no sé qué de intelectual, al hombre a quien sus superiores del Batallón de Inteligencia 601 (76) confiaron, dentro de la Subzona 52, la tarea clave del terrorismo de estado: alimentar la espiral de la represión, con las informaciones arrancadas, interpretadas y deformadas desde la intimidad de la sala de tortura.

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Notas:

(74) Expte. 59/86 C.F.B.B., fs. 193 a 197.

(75) La declaración Indagatoria del General (RE) Acdel VILAS incluyó la presentación al Tribunal de documentación importante, referida a las funciones y características de los Destacamentos de Inteligencia y su sistema operativo, que hasta ese momento no se conocían detalladamente.

(76) Véase gráfico “Sistema nacional de represión ilegal: organismos responsables” (Capítulo III).

 

 


 

 

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