Cónyuges Secuestrados
La represión buscó destruir la unidad de la familia: son numerosos los casos de secuestros de ambos cónyuges o compañeros. Casi en todos los casos, dejaron niños de corta edad, los que permanecieron solos en el momento del secuestro, hasta la llegada de otros familiares.
Causa N° 180/84 – Desaparición del matrimonio compuesto por Lidia Salazar de Décima y Julio Vicente Décima
“... el secuestro se efectúa el día 5 de marzo de 1975, a las dos de la madrugada en el domicilio, adonde irrumpen violentamente 4 personas con uniforme azul y portando armas largas, quienes causaron destrozos en la vivienda y se llevaron a mi hermana y mi cuñado cargando todas las cosas de la casa que quisieron (tocadiscos, dinero, cubiertos, ropa del bebé, sábanas, etc.). Dejaron en la casa al hijito del matrimonio de cuatro meses. Hasta el momento no tuvimos más noticias de ellos...”. (según testimonio de Angélica Agustina Salazar).
Causa N° 55 y 242/84 – Desaparición del matrimonio compuesto por Santos Alcira Ochoa de Racedo y José Inocencio Racedo.
“... la madrugada del día 30 de mayo de 1976, mientras dormía toda la familia en el domicilio de Caspichango, irrumpieron soldados del ejército, fuertemente armados y con las caras pintadas y se llevaron a mis padres. En la base militar de Santa Lucía nos dijeron que no fuéramos más allí; un Tte. de apellido VALDIVIESO se interesó por el hermano mayor y con que fuera nombrado efectivo en la firma Nougués hnos. y cobrara el salario familiar...”. (según testimonio de María Angélica Racedo).
Causa N° 437/85 – Desaparición del matrimonio compuesto por Adriana Mitrovich de Torres Correa y Ricardo Guillermo Torres Correa
“... Adriana se encontraba estudiando en la casa de su compañero Horacio Ferreira y debía regresar a mi domicilio a las 21 horas del día 28 de abril de 1977, pues su hijita de 6 meses estaba enferma, alrededor de esa hora salieron juntos y no volvieron. El día 29 de abril de 1977 Ricardo, esposo de mi hija, salió de mi domicilio a horas 12, para buscar a la Dra. Graciela Bustamante de Argañaraz, del Hospital de Niños de esta ciudad para que viera a su hijita enferma y ambos son secuestrados con el automóvil de la esquina del hospital. Tiempo después el auto nos fue devuelto por el Cnel. Antonio LLAMAS. Los cuatro fueron vistos por un liberado en el campo de concentración de la Jefatura de Policía de Tucumán...”. (Según testimonio de Carmen C. De Mitrovich)
