Miércoles 7 de abril de 1999 

Informe de Prensa de la APDH La Plata - Juicio por la Verdad

 

 

Una abuela vinculó a Patti con la represión ilegal en La Plata
Una testigo vinculó a Patti con la represión ilegal en La Plata: es una abuela de Plaza de Mayo. La dictadura asesinó a su hijo y a su nuera, y secuestró a su nieta. Dijo que Patti participó en un allanamiento ilegal a su casa. También declaró un sobrino de monseñor Plaza, por la desaparición de un hermano. Y un ex marino se negó a declarar.

Por Francisco Martínez y Lucas Miguel (Secretaría de Prensa) 

 

LA PLATA.- Una abuela de Plaza de Mayo vinculó al ex subcomisario Luis Patti en la represión ilegal de la dictadura. María Isabel Chorobik de Mariani contó que en noviembre de 1976, luego de que secuestraran a su nuera y a su nieta, el ahora intendente de Escobar se encargaba de hacer vigilancia en su casa, mientras otros oficiales buscaban armas en un allanamiento ilegal.

La mujer declaró ante la Cámara Federal de La Plata por la desaparición de su hijo Daniel Mariani, y la esposa de éste, Diana Teruggi, quien fue detenida ilegalmente junto a su hija Clara Anahí, de tres meses de edad. Chorobik todavía no pudo hallar a la bebé, ni tampoco dar con el paradero de los padres.

La testigo relató que pudo reconocer a Patti varios años después, por la trascendencia pública que tuvo el subcomisario cuando se encargó de la investigación del crimen de María Soledad Morales por decisión del presidente Menem, quien ayer lo respaldó en su candidatura a gobernador de la Provincia de Buenos Aires.

La historia de Chorobik comenzó el 24 de noviembre de 1976, cuando la casa de su hijo, ubicada en 30 entre 55 y 56 de esta capital, fue rodeada "por todas las fuerzas de seguridad que había en La Plata". En el operativo, que duró cuatro horas, los representantes del Proceso balearon y saquearon la vivienda -conocida como "La casa de la Resistencia"-, y asesinaron a Diana y a tres compañeros de militancia. "Un vecino vio cómo se llevaban viva a la beba", señaló la testigo.

Ese día Chorobik había escuchado el movimiento militar desde su casa de 44 y 21. Después se fue a City Bell, sin saber qué había pasado (luego se enteró por radio). Volvió al otro día y encontró su casa revuelta y saqueada. Días más tarde, ordenando su hogar, conoció a Luis Patti cuando una "patota" se disponía a realizar un allanamiento ilegal en su domicilio.

Como sus familiares habían desaparecido, la mujer, desalentada, comenzó a buscar los cadáveres. Con este objetivo se dirigió a la comisaría 5º. Allí un oficial le confirmó que su hijo y su nuera estaban muertos, pero que no podían entregarle los cuerpos. Asimismo, el policía le dijo que no habían encontrado ninguna beba.

Con el correr de los días, Chorobik pudo enterarse que su hijo seguía vivo porque éste la llamaba periódicamente por teléfono. Daniel se había salvado porque, quince minutos antes del ataque a su casa, viajó a Buenos Aires, donde trabajaba.

El hijo de Chorobik encontró la muerte el 1º de agosto de 1977 en la casa de una compañera de militancia, en el momento en que estaba realizando una mudanza: un grupo de tareas lo baleó desde las ventanas de la casa cuando estaba ingresando. Tiempo después, la mujer pudo confirmar la muerte de su nuera al revisar certificados de defunción.

Las amenazas y persecuciones eran corrientes en la vida de María Isabel Chorobik: un día escapó en taxi de un "grupo de personas disfrazadas que estaban armadas" que iban a buscarla a su casa.

Tiempo después del ataque al domicilio de su hijo, la testigo pudo enterarse de los nombres de algunos de los integrantes del procedimiento ilegal. Entre ellos señaló al ex suboficial de la Policía de la Provincia de Buenos Aires Jorge Omar Rodríguez, guardia del centro clandestino de detención "Pozo de Arana" que declaró ante el tribunal el año pasado.

El destino de su nieta impulsó a Chorobik a establecer contactos con represores y miembros de la Iglesia. Gracias a unos amigos pudo conocer al oficial Daniel Del Arco, quien "sabía que la beba seguía con vida". Por intermedio de ellos mandó a decirle que estaba dispuesta a entregar todos sus bienes a cambio de Clara Anahí. Y Del Arco aceptó. De esta manera, Chorobik, que planeaba vivir junto a su nieta en Italia, inició los trámites en el consulado de ése país. Pero no pudo llegar muy lejos, ya que el cónsul De Vita alertó de la maniobra al coronel Ramón Camps, Jefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. El plan se desmoronó y Chorobik no pudo dar con su nieta. 

Fracasadas las gestiones, la mujer entró en contacto con miembros de la Iglesia. "Hablé con monseñor José María Montes, quien casó a mi hijo. Me dijo que dejara de molestar, que la nena estaba bien con su nueva familia". Hace sólo dos meses, después de veintidós años, Chorobik tuvo un encuentro con Montes, al que preguntó por el paradero de Clara Anahí. El religioso, según la mujer, contestó: "Puede ser que haya sabido y lo he olvidado".

La testigo también contó que otras abuelas de Plaza de Mayo insistieron ante la Nunciatura Apostólica y lograron entrevistarse con los monseñores Pío Laghi y Calabrese. "Nunca aportaron nada. Les dijeron que no molestaran, porque había familias que habían pagado 4.000 pesos por sus nietos", manifestó Chorobik.



Revelaciones sobre monseñor Plaza


También declaró hoy ante la Cámara el director de Derechos Humanos de la Municipalidad de La Plata, Jesús María Plaza (sobrino del fallecido arzobispo de La Plata Antonio Plaza), por la desaparición de su hermano Juan Domingo.

Jesús Plaza se exilió en agosto de 1976 en México, y dos semanas después su hermano fue secuestrado en la intersección de 7 y 34. "Casualmente fue el 16 de septiembre, el día de 'La Noche de los Lápices'", relató Plaza.

El testigo dijo que en 1979 volvió al país con el objetivo de investigar la desaparición de su hermano, y entrevistarse con su tío, el Arzobispo de La Plata. Antonio Plaza le confirió que el por entonces Jefe de la Policía de la Provincia, coronel Ramón Camps, le había dicho que su hermano estaba muerto. Jesús desconocía ese dato, en virtud de que su madre recibía llamados telefónicos que decían que Juan Domingo estaba vivo.

Cuando Jesús Plaza le preguntó al obispo dónde estaba el cuerpo de su hermano, éste le contestó: "Creo que es hora de que te vayas, porque como están las cosas no podés estar acá. Te va a pasar lo mismo".

En 1985, Jesús Plaza decidió denunciar ante la Justicia al arzobispo de La Plata por "complicidad con el secuestro de mi hermano", en una presentación que finalmente fue desestimada. Cabe destacar que Pablo Díaz, sobreviviente de "La Noche de los Lápices", relató que monseñor Plaza le dijo a su padre que sabía de su desaparición por haber hablado con Camps, y que Pablo "necesitaba un escarmiento".

"Hasta el momento no sé nada del destino de mi hermano. Sólo tengo una versión de un fusilamiento y de un NN en el Cementerio", afirmó Plaza.



Un marino se negó a declarar


Para la audiencia de hoy también estaba prevista la declaración del marino (RE) Juan Carlos Herzberg, quien debía prestar declaración informativa en la causa que se investiga el paradero de Carlos Esteban Alaye, en carácter de imputado no procesado.

"No tengo nada más que declarar; ya testimonié en este caso en 1984". Con estas palabras, Herzberg se amparó en su derecho de negarse a declarar. En la anterior causa en la que testimonió, el marino, que trabajó en el Hospital Naval por donde habría pasado el desaparecido Alaye, admitió que comandaba la Fuerza de Tareas Nº5, pero señaló que sus actividades forman parte de "secreto militar". 

  

 

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