Jueves 17 de Junio de 1999 

Informe de Prensa de la APDH La Plata - Juicio por la Verdad

 

 

Seis familiares secuestrados y una bebé sustraída
Una testigo contó cómo la dictadura destruyó a su familia Estela De la Cuadra declaró ayer ante la Cámara Federal de La Plata. Relató los secuestros de dos hermanos, su esposo y otros tres familiares. También habló de la desaparición de su sobrina, que nació en cautiverio y todavía no fue localizada. Caso Mariani: Declararon policías que actuaron en el ataque a la casa. Dos efectivos de la Policía de la Provincia confirmaron que Camps y Etchecolatz estuvieron en el ataque a la casa de Daniel Mariani y Diana Teruggi. En tanto, el ex jefe de Inteligencia del Ejército se negó a declarar.

Por Francisco Martínez y Lucas Miguel (Secretaría de Prensa) 

 

LA PLATA.- La Cámara Federal de La Plata recibió ayer el testimonio de Estela De la Cuadra, una mujer que sufrió y sufre la desaparición de seis familiares (entre ellos, dos hermanos) y una bebé que al día de hoy no pudo ser encontrada.

Su hermano Roberto José, su hermana Elena -embarazada de cinco meses- y el esposo de ésta, Héctor Baratti, fueron secuestrados en 1976 y aun están desaparecidos. En 1977, la dictadura secuestró al esposo de Estela, Gustavo Fraire. Y también a su concuñado, Juan Raúl Bourg y a la esposa de éste, Alicia Rodríguez de Sáenz, de quienes tampoco se tuvieron noticias.

La trágica historia de la familia De la Cuadra comenzó en septiembre de 1976. Roberto José De la Cuadra trabajaba en YPF y días antes de su secuestro ingresó a la refinería volantes que se oponían a la extensión del horario de trabajo, cuando un delegado sindical lo vio. Al día siguiente su casa era vigilada.

El 2 de septiembre, en un operativo que contó con un gran número de hombres, Roberto fue secuestrado de la casa de sus padres. "Algunos estaban pintados, otros encapuchados. Muchos tenían ropa de fajina muy parecida a las que usaban en el BIM 3 (Batallón de Infantería de Marina Nº3)", describió Estela De la Cuadra en su declaración. 

Al mismo tiempo que secuestraban a Roberto, las Fuerzas de Seguridad allanaban la casa de éste -robaron fotos- y la de sus suegros, de donde se llevaron a su mujer, Gladys Dagand.

Gladys fue liberada en octubre después de haber padecido torturas. De su marido sólo se supo que había estado detenido ilegalmente en la comisaría 5ª de La Plata, por el testimonio que brindó un testigo en la CONADEP. 

La dolorosa historia de la familia continuó en febrero de 1977. El 23 de ese mes un operativo de las Fuerzas de Seguridad secuestró a Elena De la Cuadra -embarazada de cinco meses- y a su marido, Héctor Baratti, en un consultorio odontológico. En el mismo procedimiento se llevaron a la dentista Norma Campano de Serra, al marido de ésta, Pedro Simón Campano, y a dos personas más.

Por estos casos, la familia De la Cuadra hizo varias gestiones ante diversas autoridades y en tres oportunidades se entrevistó con monseñor Emilio Teodoro Grasselli, un clérigo que recolectaba nombres de desaparecidos y que prometió averiguar por el paradero de Elena y Roberto. Después de unos días, el cura le dijo a la familia que Elena estaba en las afueras de La Plata.

El 3 de mayo, los De la Cuadra recibieron una llamada telefónica en la que una voz les comunicaba que el embarazo de Elena "estaba bien". En 1982 se enteraron que el llamado lo había hecho Adriana Calvo de Laborde, una ex-detenida que estuvo con Elena en la comisaría 5º de La Plata.

Tiempo más tarde, la familia recibió varios mensajes anónimos que decían que el 16 de junio de 1977 Elena había dado a luz una nena, a la que había llamado Ana Libertad. Este dato fue confirmado por un ex detenido que estuvo con Elena y su marido. Según contó su hermana Estela en su declaración de ayer ante la Cámara, Ana era el nombre que el matrimonio había pensado para la nena. "Le pusieron Ana Libertad porque libertad era lo que más apreciaban", agregó.

"Reynaldo Tabernero -Subjefe de Policía- le dijo a un sacerdote amigo que la nena había nacido y estaba con un matrimonio sin hijos", contó Estela de la Cuadra ante el Tribunal. 



En busca de la bebé


Con el fin de la dictadura, Estela de la Cuadra, junto con la agrupación Abuelas de Plaza de Mayo, inició una causa en la Justicia Criminal de La Plata para averiguar el paradero de varios bebés desaparecidos.

La investigación pudo determinar que Omar Alonso, un comerciante de esta ciudad, habría recibido una niña de un regimiento militar, quien podría ser la hija de Elena de la Cuadra. Los vecinos de Alonso aseguraron que nunca vieron a su mujer embarazada.
Un allanamiento en la casa del comerciante hecho en 1986, determinó que éste tenía un carnet de "libre tránsito y estacionamiento" por ser secretario privado del presidente de la Cámara de Diputados de Santa Fe.

La pesquisa judicial provocó que Alonso se fugara del país, hacia Paraguay. Investigaciones periodísticas de esa época lo ligaron con el ex dictador boliviano, Hugo Bánzer, y con el Jefe del Primer Cuerpo del Ejército, Carlos Suárez Mason. Recién en 1993 se logró la detención de Alonso, del que se averiguó que entraba y salía del país sin aparecer en el registro migratorio de Paraguay. En 1994 se detuvo a su esposa, María Luján Di Mattía.

La causa de las Abuelas pasó por varios jueces hasta que el magistrado Juan Carlos Bruni (h), dispuso el sobreseimiento definitivo de Alonso en 1995. No obstante, al año siguiente se dictó la "extracción compulsiva" de sangre a la hija presuntamente apropiada, para determinar su identidad, pericia que aun no fue realizada. Ana Libertad, hija de la desaparecida Elena De la Cuadra, cumpliría ayer 22 años.




Otros secuestros


La historia de secuestros de la familia continuó el 5 septiembre de 1977, cuando la Policía Federal allanó una quinta de Mar del Plata donde vivían Juan Raúl Bourg (concuñado de Estela De la Cuadra) y su esposa, Alicia Rodríguez Sáenz. En ese procedimiento se secuestró a Bourg y a su cuñado Alejandro Rodríguez Sáenz. Ambos fueron torturados y Alejandro salió en libertad al día siguiente. Asimismo, la Policía Federal volvió por Alicia al otro día. Tanto ella como su marido (Bourg) continúan desaparecidos. 

Las madres de Juan Raúl Bourg y su esposa Alicia sufrieron allanamientos en reiteradas oportunidades por parte de la misma policía. Pero siguieron investigando y golpeando puertas para hallar a sus hijos. Una vez, la madre de Alicia concurrió al juzgado federal de Mar del Plata, a cargo del juez Hörs, para denunciar el caso. Allí los empleados le dijeron que se fijara en los nombres de muertos en "enfrentamientos" que figuraban en un libro. La mujer leyó el nombre de su hija y el de su yerno.

Después de esto, las familias de Raúl y Alicia recibieron distintas versiones sobre el destino de sus seres queridos: una indicó que estuvieron detenidos en la Base Naval de Mar del Plata y otras dos que fueron vistos en Trelew. No obstante, nunca más se supo de ellos.

En noviembre de 1977 los De la Cuadra sufrieron un nuevo golpe. Estela y su esposo, Gustavo Fraire, habían decidido mudarse con sus hijos a Buenos Aires, a un departamento en Callao y Juncal. El lugar fue allanado por las Fuerzas de Seguridad, quienes secuestraron a Gustavo Fraire y a dos personas más, un hombre de apellido Torres Ferrer, y a su esposa, de apellido Larcamón.

La abuela de los chicos del matrimonio Torres Ferrer fue a buscar a sus nietos a una seccional y a José, uno de los hijos de Estela, quien se había salvado del secuestro. Según la declaración que De la Cuadra dio ayer a la Cámara, cuando la abuela retiró a los chicos, una asistente social le dijo en referencia a José: "Si usted no se lo lleva, me lo llevo yo, porque es hermoso".

Días después, el Ejército vació el departamento de Callao y Juncal, y clausuró el lugar con una faja.

Estela De la Cuadra se exilió de inmediato en Brasil. Pero luego viajó a Suecia, ya que temía ser una víctima del "Plan Cóndor", el sistema represivo que organizaron las dictaduras de Sudamérica para llevar a cabo su genocidio. De su marido, Gustavo Fraire, Estela sólo recibió versiones que indicaban que estuvo detenido en la comisaría 8º de La Plata.

Al culminar su extensa declaración de ayer (de cuatro horas), Estela de la Cuadra expresó que la búsqueda de la verdad sobre lo ocurrido con los desaparecidos "es un trabajo de todos: de todos los que decimos no al genocidio. Y nunca más". El público presente en la sala prorrumpió en aplausos.



Caso Mariani: declararon policías que actuaron en el ataque a la casa

Dos policías que actuaron en el operativo represivo que terminó con la vida de Diana Teruggi y la desaparición de su beba, Clara Anahí Mariani, declararon ayer ante la Cámara Federal de La Plata, y confirmaron la presencia ese día en el ataque del ex jefe de la Policía, Ramón Camps, y su Director de Investigaciones, Miguel Angel Etchecolatz.

El 24 de noviembre de 1976, fuerzas de la Policía y del Ejército atacaron la casa de Diana Teruggi y su esposo, Daniel Mariani, en la calle 30 entre 55 y 56 de esta ciudad. En esa oportunidad desapareció la beba del matrimonio que aun no fue localizada por su abuela.

El ex suboficial Néstor Busatto contó que fue herido en el "enfrentamiento" entre las fuerzas represivas y los habitantes de la casa. Relató que junto con Osvaldo Sconza y Cecilio Gómez, subieron al techo de la casa lindera a la de los Mariani, y que ahí fueron baleados.

Busatto dijo a la Cámara que también subieron al techo Camps y Etchecolatz, aunque iban detrás de ellos. Busatto y Sconza fueron heridos y cayeron dentro de una habitación de la casa vecina. El segundo murió instantáneamente.

En tanto, Cecilio Gómez declaró ayer que él también fue alcanzado por un disparo, que le dio en la cara, a raíz de esa orden de intentar acceder a la casa de los Mariani por el techo. La instrucción fue dada también por José Clemente Forastiero, Jefe de la Guardia de Infantería de la Provincia en esa época, quien el 2 de junio pasado se negó a declarar por los mismos hechos.

Busatto y Gómez negaron, a su turno, haber escuchado llantos de la bebé Clara Anahí o saber qué pasó con ella.
Asimismo, Busatto confirmó la presencia de un helicóptero en el operativo represivo de ese día, del que habría participado cientos de efectivos, según dichos de testigos.
Además, los dos ex policías contaron que en noviembre de 1977, el jefe de la Policía Ramón Camps les otorgó un "reconocimiento" por ser "heridos en servicio".



Alto militar se negó a declarar


En tanto, quien era jefe de Inteligencia del Ejército cuando se produjo el ataque a la casa de los Mariani, el coronel (RE) Ricardo Campoamor, se negó ayer a declarar. El militar estuvo en el ataque a la casa de la calle 30, según el testimonio de María Isabel Chorobik de Mariani, abuela de la beba desaparecida, Campoamor, hoy de 76 años, se encargaba en 1979 de entrevistar a los detenidos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional en las cárceles, para ver su "evolución" y evaluar una posible libertad. El sobreviviente de "La Noche de los Lápices" Pablo Díaz, contó que Campoamor lo entrevistó a él en la Unidad 9 de Olmos. "Me visitaba para interrogarme sobre lo que recordaba, sobre lo que pensaba", relató Díaz a la Cámara el pasado 2 de diciembre.

Díaz afirmó también que Campoamor se hacía pasar por un tal "coronel Vargas", que actuaba en un grupo de tareas. Según otros testigos que declararon en el Juicio por la Verdad, Vargas era un torturador del "Pozo de Arana".

En tanto, un ex policía que se habría encargado de quemar cadáveres en Arana también se negó a declarar. El ex cabo Roberto Grillo fue sindicado la semana pasada por el testigo Francisco Fanjul como una persona que se encargaba de "hacer desaparecer" cadáveres en ese centro clandestino de detención.

Fanjul contó a la Cámara que se entrevistó con Grillo durante la dictadura, y que éste le confesó su tarea en Arana. "Hacían un pozo donde ponían cubiertas de autos y los cadáveres, y los prendían fuego", dijo Fanjul que le contó Grillo en 1978 o 1979.

Grillo también fue señalado por Pablo Díaz como uno de los integrantes del grupo que lo secuestró de la casa de sus padres, "y el que posiblemente generó el robo de las pertenencias de mi familia".

Otro oficial implicado en la represión que se negó a declarar ayer fue Jorge Omar Rodríguez, ex Jefe de Guardia del "Pozo de Arana".

Rodríguez ya había prestado declaración ante la Cámara por la desaparición de Marta Zelmira Andrade. En esa oportunidad, Rodríguez intentó redimirse afirmando que "siempre trataba humanamente de ayudar a los detenidos en la medida que podía".

"Si hubiese sido por mí les abría las celdas y los liberaba, pero qué iba a ser de mí, o me fugaba con ellos o me mataban", agregó Rodríguez en su declaración del 28 de octubre pasado.

Ayer, el ex guardia de Arana se negó a declarar. Si bien la Cámara lo citó por otro caso, Rodríguez entendió que ya había declarado "todo lo necesario".



Declaró también un ex jefe de la Federal 


Además, declaró el ex jefe de la Policía Federal en La Plata en 1976, comisario Juan Rafael Pochelou, quien también estuvo en el ataque a la casa de los Mariani.

Pochelou declaró que su actuación en el operativo se limitó a "cubrir a una mujer y dos criaturas que salían de una casa vecina".

Sobre el ataque de las Fuerzas de Seguridad, el ex jefe de la Federal dijo que "nunca ví nada igual, había gran cantidad de efectivos del Ejército y de la Policía de la Provincia". Y añadió: "Hasta habían montado un cañón pesado. Pensé que iba a haber una masacre".

Sobre el destino de Clara Anahí, el ex comisario no aportó datos, y dijo que se enteró "por el diario" que en esa casa había una bebé. No obstante, Pochelou insinuó: "Yo soy padre, no considero (correcto) que una bebé esté en un lugar tan peligroso, con armas".

Además, el ex delegado de la Federal en La Plata intentó desvincularse de la represión ilegal, al afirmar que hizo gestiones y consiguió que se le entregara al fiscal Antonio Bettini el cuerpo de su hijo desaparecido, en 1976.

Esto concuerda con el relato que la esposa de Bettini hizo ante la Cámara en febrero pasado, si bien el fiscal resultó luego una víctima de la represión ilegal, al igual que su suegra y su yerno. 

El abogado Jaime Glüzmann, de la Asamblea Permante por los Derechos Humanos La Plata, le preguntó a Pochelou cómo había conseguido el dato de dónde estaba el hijo del fiscal Bettini, que fue enterrado junto a otros dos cuerpos en una fosa común en el Cementerio de La Plata.

Pochelou respondió que se lo dio un funcionario de nivel medio de la Policía de la Provincia, a quien no identificó. Repreguntado por Glüzmann, el ex jefe de la Federal, señaló que esa persona le dio el dato por teléfono, leyendo de un papel, lo que comprobaría que existieron listas de desaparecidos. 



Pedido de Abuelas


Por otro lado, la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, presidida por Estela de Carlotto, hizo ayer una presentación ante la Cámara Federal de La Plata para que ese organismo sea considerada como parte, al igual que la APDH La Plata, en el Juicio por la Verdad.
 

  

 

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