Miércoles 8 de Marzo de 2000 

Informe de Prensa de la APDH La Plata - Juicio por la Verdad

 

 

"Yo he visto violar a las mujeres"
Afirmó hoy ante la Cámara Federal platense el ex detenido Victoriano Torres en un crudo relato, donde también describió los vejámenes a los que fue sometido en el tiempo en que estuvo secuestrado durante la última dictadura. En otro orden, declararon también familiares de desaparecidos.

Por Lucas Miguel, Francisco Martínez y Ximena Martínez (Secretaría de Prensa)

 

LA PLATA.- Victoriano Torres era asesor gremial del sindicato jabonero en La Plata y fue detenido en la madrugada del 13 de mayo de 1976. Se encontraba en su casa junto a su mujer y a sus hijos de 5 y 8 años, quienes presenciaron el interrogatorio violento que los represores le efectuaron.

Después de dos horas, Victoriano fue vendado e introducido en un automóvil que anduvo largo rato hasta que se detuvo en un lugar que Torres cree que fue el Regimiento de La Tablada.

En este lugar lo interrogaron con tortura incluida. "Me mojaron y me pusieron la picana por todos lados, incluso en los dientes", dijo Torres. Y agregó: "La tortura era sin descanso, la gente se desmayaba y lo peor era escuchar cuando torturaban a alguien".

En el tramo más impactante de su relato, Torres afirmó: "Yo he visto violar a las mujeres" que estaban detenidas. Además, contó que estos fueron los momentos más desesperantes de su detención. "Yo pensaba que ahí tenían a mi mujer, aunque después me enteré que a ella no la secuestraron", dijo, al tiempo que añadió: "Me desesperaba, me sacaba la venda y gritaba".

En este lugar, que Torres insistió en que podía ser el Regimiento de La Tablada, estuvo cuatro o cinco días al cabo de los que fue trasladado en una camioneta a otro centro clandestino, que -según el testigo- sería la sede del I Cuerpo de Ejército con asiento en Palermo, a cargo en ese entonces de Carlos Guillermo Suárez Mason.

Antes de introducirlo en una especie de sótano, el grupo de detenidos que integraba Torres fue formado de espaldas a una alambrada y sometido a un simulacro de fusilamiento.

El sótano, que según Torres estaba pintado de verde, fue su hospedaje durante el resto del tiempo que estuvo detenido. El testigo contó a los jueces que intentó escapar de allí: "Salí caminando hacia la puerta y cuando llegué al picaporte me volví porque pensé que si lo tocaba sonaría una
alarma. Cuando regresaba a mi lugar -Torres estaba vendado- me dieron un palo en la cabeza. Luego, comenzaron a arrancarme las uñas", relató con crudeza el ex detenido.

Pasados diez días de su secuestro, Torres fue arrojado desde una automóvil en una zona rural del Gran Buenos Aires. "Tenía el cuerpo negro, con olor a carne quemada" por la picana, dijo Torres.

Después de caminar largo rato y de tomar un colectivo llegó a la casa de su cuñado en Vicente López. Allí lo revisó un médico y ordenó su internación debido a las graves lesiones que padecía. "A consecuencia de la tortura la sangre no me coagulaba por los golpes que recibí en el vaso sanguíneo. Tengo toda la columna desviada y los dientes todos flojos", declaró el testigo.

Además, Torres contó un episodio que vivió su mujer cuando fue a averiguar por él al Regimiento de La Tablada: "Quédese tranquila que va a tener datos" le dijo el teniente coronel Carlos Minicuchi a su esposa. Cuando ésta regresó a su casa, se enteró que Victoriano había aparecido.





"El nene dibujaba autos de policía"

Yolanda Ripol declaró por la desaparición de su esposo Carlos Enrique De la Fuente, quien fue secuestrado el 11 de mayo de 1976 junto a otras cuatro personas de un ómnibus que circulaba por San Francisco Solano (Gran Buenos Aires).

De la Fuente fue llevado a la comisaría de esa localidad en donde permaneció durante un día, según pudo saber la familia. En el colectivo viajaba con su hijo de dos años, que quedó solo luego del operativo y fue "rescatado" por un comerciante del lugar. "En el jardín de infantes dibujaba autos de policía", señaló la testigo.

El comerciante que encontró al niño lo llevó a la comisaría, para saber si allí sabían algo de su padre. Le dijeron que De la Fuente efectivamente estaba detenido ahí, pero que se encontraba incomunicado. "Le debo a ese señor el tener a mi hijo conmigo", expresó Yolanda Ripol. La mujer se enteró que este hombre tenía a su hijo por una nota en un diario.

La esposa del desaparecido contó que tiempo después un oficial de la Policía Federal le dijo a la familia que no busque más a su ser querido. "Como habíamos estado detenidos en el año '71 (aparentemente por razones políticas), dijo que los que tenían antecedentes eran liquidados rápidamente", expresó.

Ripol no supo nada del destino de su marido, a pesar de las gestiones realizadas: "Cada día fue un siglo", manifestó. Un día se entrevistó con el arzobispo de La Plata durante la dictadura, Monseñor Antonio Plaza, y éste la echó: "Me hizo un interrogatorio intimidatorio -relató Ripol-, me preguntó si mi marido era terrorista, si andaba armado, si mataba a gente inocente". Plaza dio por terminada la reunión con una amenaza: "Váyase por donde vino, y agradezca que no la hago detener".

La familia también recibió otras intimidaciones. El hermano de Ripol, que vivía en Misiones, fue detenido por personal de Gendarmería y obligado a cavar una fosa, tras lo cual fue sometido a un simulacro de fusilamiento.





Declaró Héctor Alfredo Piovoso

En tanto, Héctor Alfredo Piovoso declaró por la desaparición de su hermano Antonio Enrique, secuestrado junto a Jorge Martina de un estudio de arquitectura de La Plata el 6 de diciembre de 1977.

Piovoso no aportó más datos de los que haya en la causa sobre la desaparición de su hermano. Confirmó que el grupo de tareas que lo secuestró estuvo compuesto por personas vestidas de civil, y recordó que luego de la desaparición la familia sufrió amenazas y extorsiones.





Testimonio de Ramón Alvarez

Por otro lado, Segundo Ramón Alvarez relató su propio secuestro ocurrido en La Plata en junio de 1977. También habló de la desaparición de su hermana María Paula, secuestrada en los mismos días de su domicilio de 57 entre 12 y 13, de esta capital.

Alvarez dijo que fue detenido en su casa y llevado a la Brigada de Investigaciones de La Plata -"un lugar de paso e información", dijo el testigo-, donde permaneció diez días y fue torturado. Luego pasó por la comisaría 5°, aunque no pudo reconocer, en el plano que tiene el Tribunal, el lugar en donde estuvo detenido.





Allanamiento y secuestro

En las audiencias de hoy también declaró Marta Ríos, esposa del desaparecido Alfredo Patiño, quien relató ante los jueces que en octubre de 1976 las Fuerzas de Seguridad allanaron ilegalmente su casa. Afortunadamente, ella y su marido no se encontraban en el domicilio.

Justo en el momento que se estaba llevando a cabo el operativo, Alfredo Patiño regresaba a su casa. Cuando dio vuelta a la esquina se encontró con un camión del Ejército en la puerta de su domicilio. En él, los militares estaban cargando sus pertenencias.

Inmediatamente giró sobre sí mismo y no volvió. Le comunicó lo que estaba sucediendo a su mujer, que estaba en lo de una amiga, y cada uno se refugió en los domicilios de compañeros de trabajo. Alfredo se alojó en lo del matrimonio Robles, actualmente desaparecido.

Alfredo, el matrimonio Robles y un amigo apodado "el colorado" fueron secuestrados en Bánfield en las inmediaciones de un predio deportivo conocido como "la cancha de los ingleses", el 19 de agosto de 1977.

El padre de Marta Ríos encabezó desde el principio la búsqueda de Alfredo. Para esto aprovechó su amistad con un gendarme de apellido Silva, que hizo gestiones en varias dependencias oficiales. Silva concurrió al Regimiento 601 de Monte Chingolo, pero allí no obtuvo respuestas. Sólo una advertencia del jefe del destacamento: "Vos sabrás por quien das la cara", le dijo el militar.

Silva siguió con sus gestiones ante el general Roberto Viola (luego presidente de facto), quien según contó Marta Ríos tenía su nombre escrito en "una lista roja". Después de ver a Viola, Silva le dijo al padre de Marta que para seguir con las gestiones el militar le había pedido "una botella (de Whisky) Caballito Blanco, 5000 pesos y un chivito", afirmó la testigo ante el Tribunal.

Las gestiones ante las autoridades no prosperaron. Por rumores que recibió la familia, Alfredo pudo haber estado detenido en el centro clandestino conocido como Pozo de Quilmes.

En 1980, el padre de la testigo fue citado desde el Comando en Jefe del Ejército. En una entrevista, un militar le entregó el boleto de compraventa de la casa que el Ejército había allanado en octubre de 1976.

Marta también contó que hace poco tiempo fue a ver al actual diputado del PJ Fernando Galmarini para hablar sobre la ley de indemnizaciones y pedirle información sobre su marido, ya que el legislador -según contaron la mujer y Roberto Tedoldi, amigo del desaparecido- estaba dentro del grupo de militantes montoneros que integraba Alfredo. Marta contó que no obtuvo respuesta de Galmarini en este sentido: "Me dijo que en el '73 se había alejado del grupo", sostuvo ante los jueces de la Cámara.

Por su parte, Roberto Tedoldi, compañero de Alfredo en una fábrica metalúrgica donde ambos eran delegados gremiales, reafirmó los dichos de la mujer sobre Galmarini y dijo que el actual legislador "era responsable de nuestro grupo" de militancia. Además contó que el sobrenombre que utilizaba el diputado dentro de la organización era "Lucas".

Tedoldi, asimismo, dijo que los problemas para ellos empezaron en el año 1975, año en que los despidieron de la fábrica sin motivo.

El testigo manifestó que nunca antes había declarado ante un juez y que ahora lo hacía para colaborar en la búsqueda de Alfredo Patiño. Tan compenetrado estaba en este caso que mencionó como un hecho secundario que su hermano fue muerto a manos de la policía durante la dictadura.

El ex gremialista cerró su declaración apelando a las causas de la represión ilegal con tono irónico: "Éramos jóvenes, todos delincuentes", dijo.





"Sin violencia"

Durante la jornada de hoy también prestaron testimonio Damiana Amato y Graciela Gil, hermana y esposa del desaparecido Domingo Osvaldo Amato.

Ambas coincidieron en que el 28 de marzo de 1978, alrededor de las 17 horas, el padre de Domingo fue detenido en el kiosco donde trabajaba y fue interrogado por dos personas vestidas de civil acerca de su hijo y de las actividades que realizaba. Le pidieron que los acompañara y que los llevara hasta el domicilio donde la víctima vivía junto a su mujer y su hija.

Una vez que arribaron a la casa, Amato los invitó a pasar, pero estos se negaron diciendo que no era de importancia, que se trataba de un procedimiento de rutina y que ya le llegaría una citación a su hijo para que se presentase a declarar por haber sido visto salir de la fábrica, donde anteriormente trabajaba, cargando unas carpetas.

A las 19 horas del mismo día, alrededor de 12 personas arribaron al domicilio de Domingo Amato y mantuvieron un interrogatorio con él: "No fueron violentos, pero estaban fuertemente armados y eran todos jóvenes menos los que hablaban con él", declaró Graciela Gil, quien dijo además: "Yo me asusté cuando vi que en los techos había personas de civil apuntando con armas largas hacia el patio de casa".

Luego del interrogatorio le permitieron cambiarse de ropa, ya que había llegado de trabajar y estada vestido con traje. Lo subieron a una camioneta azul diciendo que en dos horas volvería. Tras haber pasado el tiempo y Domingo no haber regresado, la familia comenzó los trámites para averiguar su paradero. Para esto, se dirigió a la comisarías 2° de Avellaneda y 3° de Valentín Alsina, y luego presentó habeas corpus, sin tener hasta el día de hoy noticias sobre su paradero.

Damiana Amato, declaró que su hermano logró que se hiciera, dentro de la fábrica, una cooperativa de consumo con productos de primera necesidad: "Quizás por eso lo tildaron de comunista", afirmó la testigo.

El año pasado, la familia Amato conoció a través de Radio Mitre que el Ejército había librado una orden de captura contra Domingo. El documento, que fue aportado por el oficial Orestes Vaello a la CONADEP, da cuenta de un operativo de secuestro "exitoso" de un "militante montonero" y fue difundido públicamente por la emisora junto a otras planillas a mediados de 1999.





Jueces y abogados participantes de la audiencia

De las audiencias de hoy participaron los jueces Alberto Durán y Julio Reboredo; los abogados de la APDH La Plata Jaime Glüzmann, Marta Vedio, Claudio Abalos, Elizabet Torres y Alicia Peralta; y la abogada de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos Mónica González Vivero.
 

  

 

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