"Para ellos yo era un subversivo intelectual"
El ex director del diario “La Opinión” de Trenque Lauquen declaró sobre su detención ilegal y habló de interrogadores antisemitas. En tanto, organismos de Derechos Humanos hicieron una presentación judicial por los presos de La Tablada.
Por Vanina Wiman, Lucas Miguel y Francisco Martínez (Secretaría de Prensa)
LA PLATA.- Juan Ramón Nazar, ex director del diario “La Opinión” de Trenque Lauquen, declaró hoy ante la Cámara Federal de esta ciudad sobre las circunstancias de su secuestro durante la última dictadura, que se prolongó entre julio de 1977 y agosto de 1978.
Nazar fue secuestrado en Trenque Lauquen el 22 de julio de 1977 y pasó por tres centros clandestinos de detención: el COT1 de Martínez, «Puesto Vasco» y la comisaría 1° de Monte Grande.
El testigo contó que cuando se lo detuvo ilegalmente, esposado y encapuchado, fue trasladado al COT1 de Martínez, en donde permaneció cerca de 48 horas. “Por la mirilla de la celda, vi que eran todos agentes uniformados de la Policía de la Provincia de Buenos Aires”, declaró.
El diario que dirigía Nazar en ese momento fue intervenido durante la dictadura militar: “Para ellos, yo constituía un peligro, era un subversivo intelectual”, expresó el ex detenido.
Nazar dijo que más tarde fue trasladado al centro clandestino de detención conocido como «Puesto Vasco», en Don Bosco (Quilmes). Allí, se encontró con un grupo de conocidos, entre los que se encontraban Ramón Miralles y su hijo Julio, Alberto Liberman, Pedro Goin y Héctor Ballent, quienes ya declararon ante la Cámara en audiencias anteriores.
En «Puesto Vasco» también se encontraba detenido el periodista Jacobo Timerman, quien —según Nazar— sufrió un ensañamiento particular por parte de los represores por tener apellido judío: “Quienes nos interrogaban eran personas muy antisemitas. A mí me preguntaban si sabía de un plan mediante el cual el sionismo internacional se apoderaría de la Patagonia y establecería el Estado de Israel. Decían que los judíos eran todos traidores a la patria”, manifestó el ex detenido.
El testigo contó que durante su cautiverio fue interrogado y torturado, y que las condiciones de detención eran humillantes: “Cuando eran magnánimos, comíamos de una olla en el piso y con la mano, era una forma de tortura psicológica, de demostrar el poder que tenían de decidir sobre la vida de las personas”.
Nazar pudo identificar a Eros Amilcar Tarella como uno de los represores que interrogaba y torturaba a los detenidos en «Puesto Vasco». Tarella —quien aparece citado para las audiencias del próximo miércoles en la Cámara Federal— ya fue reconocido como torturador en declaraciones anteriores de ex detenidos.
El testigo también mencionó al médico policial Jorge Antonio Bergés —que lo revisó en varias ocasiones—, al represor Enrique “Saracho” Pretti y al cura Cristian Von Wernich: “Vino a ofrecerme sus ‘auxilios espirituales’; sentí una gran indignación de que un sacerdote se prestara a una misión de esa naturaleza”.
El ex detenido afirmó que en «Puesto Vasco» el que estaba a cargo de la dependencia era el comisario Darío Rojas: “No podía ignorar que en ese lugar se torturara”, señaló. También supo por comentarios de la presencia del represor Miguel Etchecolatz en algunos interrogatorios. “Para nosotros, Etchecolatz era emblemático de la tortura”, aseveró.
Nazar estuvo secuestrado en ese centro clandestino de detención hasta los primeros días de octubre de 1977, cuando fue trasladado a la comisaría 1° de Monte Grande, en donde las condiciones de detención empeoraron. Permaneció allí hasta el 24 de agosto de 1978.
El testigo recordó que en una oportunidad visitó la dependencia el jefe de la policía, Pablo Ovidio Richieri: “Vio una por una las celdas, preguntando los nombres de cada uno. Iba con una fusta debajo del brazo, su porte era típico de las películas del nazismo”.
Nazar afirmó que en agosto de 1978 se le anunció que sería liberado y que tuvo una entrevista previa con un coronel al que no pudo identificar.
“Me explicó que en una guerra sucia caían inocentes y pecadores, que yo debía estar agradecido por la magnanimidad de las Fuerzas Armadas de dejarme en libertad y que considerara que nada había ocurrido”, rememoró el testigo, y agregó: “Le respondí que todo estaba definitivamente archivado en mis sentimientos. Mal que les pese, esto estará en la memoria individual, y estará en la memoria colectiva”.
Presentación judicial por los presos de La Tablada
En el mediodía de hoy, organismos de Derechos Humanos de La Plata presentaron un escrito en el juzgado federal N°1, en el que se solicita la aplicación de la doble instancia judicial para los presos por el intento de copamiento al Regimiento de la Tablada, en 1989.
Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Familiares e Hijos de desaparecidos, así como la APDH La Plata y otras entidades, presentaron un hábeas corpus correctivo en favor de los detenidos, que están hoy en su 37° día de huelga de hambre.
“El objeto es denunciar que el Estado es responsable de cualquier daño que se produzca en la salud física o psíquica de los presos”, explicó Lucía, de la agrupación HIJOS.
Los organismos pidieron al juez que ordene que se cumpla con la resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que reclamó la aplicación de la doble instancia judicial, y con el artículo 8 de la Convención Americana de Derechos Humanos que establece ese beneficio. Los presos fueron juzgados con la ley de Defensa de la Democracia, que no permite la apelación.
También se reclama que el juez resuelva que la sentencia contra los presos no está firme, dado que la Constitución, al incorporar a la Convención en el inciso 22 de su artículo 75, está por encima de las leyes.
La Cámara de Diputados no ha tratado aún la reforma de la ley, a pesar de la promesa hecha antes de las vacaciones de invierno, con la que los presos
Desaparecidos de Trenque Lauquen
En tanto, Rubén Ernesto Genoni declaró sobre el secuestro de tres estudiantes de Trenque Lauquen, en un hecho ocurrido el 15 de junio de 1976.
Genoni señaló que él vivía en la casa que la municipalidad de esa localidad alquilaba para los estudiantes universitarios, y que el grupo que detuvo ilegalmente a Héctor Manazi, Ricardo Sanglá y Rodolfo Petiná estaba compuesto por 10 ó 12 hombres vestidos de civil.
“Nos hicieron poner a todos contra la pared y se llevaron a los tres”, recordó el testigo, que por esa época estudiaba Ingeniería en la Universidad local.
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