Miércoles 23 de Febrero de 2000 

Informe de Prensa de la APDH La Plata - Juicio por la Verdad

 

 

Tres hermanos desaparecidos en la misma noche
Declararon la madre y la hermana de tres jóvenes, Edgardo, Dardo y Armando Torres. Fueron secuestrados en diciembre de 1976 y su familia nunca supo qué pasó con ellos. Además, declararon otros familiares y dos ex detenidos, uno de los cuales mencionó un CCD desconocido hasta la fecha.

Por Lucas Miguel, Francisco Martínez y Ximena Martínez (Secretaría de Prensa)

 

LA PLATA.- Edgardo, Dardo y Armando Torres fueron secuestrados la misma noche del 8 de diciembre de 1976 y su familia nunca supo más nada de ellos. Según contaron Lorenza Retama -madre de los jóvenes- y Norma Torres -su hermana-, Dardo y Armando fueron detenidos ilegalmente en sus respectivos domicilios. Los represores buscaban a Edgardo, quien horas después fue secuestrado en su lugar de trabajo, una fábrica de ladrillos en Merlo (Gran Buenos Aires), junto a su esposa, Cristina Fallesen.

El joven era delegado en esa fábrica y había conseguido con sus compañeros que se redujera la jornada laboral. Meses antes, se había salvado de ser secuestrado por advertencia de sus vecinos, que le dijeron que su casa había sido rodeada por el Ejército.

La madre y la hermana de Edgardo declararon hoy que no supieron que pasó con él, mientras que su esposa fue liberada siete días después. "Ella no quiere contar mucho, tiene miedo que le vuelva a pasar", dijo Norma Torres. También señaló que su cuñada le contó que a Edgardo "lo golpearon tanto (durante la tortura) que le hicieron decir lo que querían que diga".

Sobre el secuestro de sus otros hermanos, Torres expresó: "A Dardo lo sacaron de su casa y le entregaron el anillo de él a su esposa porque no la iba a ver nunca más, y a Armando lo sacaron de la cama y no reaccionó hasta que le apuntaron al bebé". Los dos vivían en Monte Grande, en el Gran Buenos Aires.

Norma Torres añadió que realizaron muchas gestiones en juzgados, comisarías y dependencias militares, pero que nunca les dieron un dato de lo que había pasado con sus hermanos.

El Tribunal se enteró hoy que en realidad eran tres los hermanos Torres que estaban desaparecidos. En la causa sólo constaba un hábeas corpus por Edgardo, mientras que los otros dos recursos se perdieron en el limbo de los archivos judiciales.




Allanamiento después de la desaparición

En tanto, declaró hoy Dolores Corona, hermana del desaparecido Carlos José, secuestrado en La Plata en los primeros días de febrero de 1977. Carlos estudiaba Psicología y tenía 24 años.

La familia vivía en Tres Lomas (600 kilómetros al oeste de La Plata) y se comunicaba con Carlos por carta. "La última fue un telegrama, nos deseaba un feliz año", relató Dolores Corona.

La mujer manifestó que como se había cortado la comunicación, su padre viajó a esta ciudad para saber qué había pasado. Se enteró que Carlos había desaparecido, que nadie sabía de él y que ya meses antes se había mudado de su domicilio porque sentía que lo perseguían.

En junio y julio de 1977 la familia hizo hábeas corpus, con resultado negativo. Un familiar, que era subprefecto, llegó a conectarse con funcionarios del Ministerio del Interior. Uno de ellos vio a Carlos Corona en una lista y contestó que había muerto en un enfrentamiento.

Insólitamente, en marzo de 1979 la familia recibió el llamado para que Carlos José hiciera el servicio militar obligatorio. También ese año, se produjo un extraño suceso que, según dijo la hermana del desaparecido, "fue muy intimidatorio y le hizo muy mal a mi papá".

Sucedió que un grupo de hombres del Ejército, pertenecientes al Regimiento de Pigüé, allanó un taller de rectificación de frenos que la familia tenía en Tres Lomas. "Cortaron la calle y dijeron que querían saber si allí no se hacían armas", contó la testigo.

Ese mismo año la familia fue citada a la comisaría 9° de La Plata para hablar de la desaparición de Carlos José. "Le hicieron un interrogatorio a mi mamá, fue el oficial Tumbadino o el comisario Soto".

Por el testimonio de una ex detenida de centros clandestinos, los familiares se enteraron que Carlos habría estado secuestrado en la Brigada de Investigaciones de La Plata ("La Casita") junto al desaparecido José Aleksosky.

Otra versión, que le llegó a Carlos Valdez -quien también declaró por esta causa y era amigo del desaparecido-, dice que Corona fue secuestrado en la plaza Moreno de esta ciudad y que fue llevado a un allanamiento en una casa de la calle 20. Según el relato que le hizo una mujer a Valdez, el desaparecido fue herido o muerto durante el allanamiento, ya que desde la vivienda respondieron con disparos y le habrían dado.




Secuestro y saqueo

Eva Fanjul declaró también por la desaparición de su hija, María Eugenia Sanllorenti. La joven salió de su casa de calle 41 entre 121 y 122 el 1 de diciembre de 1976 a hacer compras, y nunca volvió. Al enterarse, Fanjul viajó a La Plata y fue al Regimiento 7 de Infantería y a varias comisarías, preguntando por su hija. En la seccional 2° hizo una denuncia, y la Policía la llevó a la casa de María Eugenia. Cuando llegó vio que la vivienda había sido saqueada.

"Necesito saber qué pasó con mi hija", pidió la testigo a los jueces. Contó también que un anónimo que le llegó en 1977 decía que María Eugenia había sido torturada, y que por un trascendido alguien la vio en un centro clandestino de Arana.

Eva Fanjul se preguntó: "¿Por qué los monstruos (ex dictadores argentinos) gozan del privilegio del arresto domiciliario?. ¿Por qué nosotros no tenemos el privilegio de la verdad de lo que pasó?".




"Nunca supe porqué me llevaron"

En la jornada de hoy también declaró Rubén Gustavo Jaquenod, un ex detenido del centro clandestino de detención que funcionó en los viejos talleres de Radio Provincia, conocido como "La Cacha".

Jaquenod fue secuestrado en su casa el 28 de junio de 1977. Antes, lo golpearon y revisaron el domicilio, y después lo encapucharon y esposaron. De allí fue trasladado a "La Cacha", donde permanecería diez días en los que estuvo "sobre un catre metálico, esposado de una mano y encapuchado", según sostuvo ante los jueces de la Cámara Federal.

El testigo dijo que "hoy todavía no tengo idea de por qué me llevaron", ya que no tenía militancia política en ese momento. Y agregó que durante su estancia en el centro clandestino cree que hubo entre "veinte y cuarenta personas" detenidas.

A los cinco días del secuestro, lo llevaron a una "casita", contigua al lugar donde estaba prisionero, para interrogarlo. Jaquenod estaba encapuchado con una funda de almohada, pero pudo ver a través de la tela que quien lo interrogaba era una persona baja y morocha. Éste personaje le exigió que contara toda su vida, desde los años en que cursaba la secundaria.

Al cabo de un rato apareció "el amarillo", un superior al que temían mucho los guardias. "El amarillo" habló con el interrogador y luego le pidió a Jaquenod que se sacara la capucha y que cerrara los ojos. Cuando le vio la cara, el superior exclamó fastidiado: "¿Pero quién trajo a este hombre?". En la audiencia de hoy, el ex detenido sostuvo que no sabe cómo lo conocía "el amarillo".

Tres días después de ese episodio, fue liberado en un camino de tierra que atraviesa la ruta que une La Plata con la localidad de Brandsen.

Jaquenod aseguró que tiempo después, mientras esperaba un colectivo en Buenos Aires, en dos oportunidades vio pasar a dos de los guardias que lo vigilaron en "La Cacha". Pero, agregó, "habían pasado muchos años y no me animé a preguntarles nada".

Por último, remarcó las secuelas que le dejó su detención ilegal: "Durante mucho tiempo sentía frenadas y saltaba de la cama". 




"Nos dábamos cuenta a quién iban a torturar porque no le daban de comer"

Otro sobreviviente de un centro clandestino de detención, Federico Amuchástegui, declaró por la desaparición de su hermana Gladys y por su propio secuestro. El ex detenido dijo que sólo supo por una versión que su hermana, secuestrada el 20 de agosto de 1976, habría estado detenida en un centro clandestino de Arana.

Sobre su secuestro, el testigo dijo que ocurrió días después del Golpe de Estado del 24 de marzo. Contó que estuvo detenido tres meses en el centro clandestino que funcionó en la Guardia de Infantería de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.

"Nos dábamos cuenta a quién iban a torturar porque no le daban de comer", expresó Federico Amuchástegui. Señaló al "mayor Pacheco" como el responsable del centro clandestino, y también al teniente primero Gómez Miguens.

El ex detenido aportó un dato hasta ahora desconocido: dijo que por comentarios se enteró que en la división "Automotores" del Regimiento 7 de Infantería, ubicada en la calle 22 entre 48 y 49, había personas que estaban privadas ilegalmente de su libertad.
 

  

 

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