Denuncian a un represor que estaba en la seguridad de Yabrán
Una ex detenida dijo que el ex capitán Adolfo Donda torturó a su marido en la ESMA. En tanto, se realizó un careo entre dos ex policías de la Brigada. Y un juez rechazó un recurso interpuesto por Etchecolatz.
Por Vanina Wiman y Francisco Martínez (Secretaría de Prensa)
LA PLATA.- Una ex detenida identificó al ex capitán de fragata Adolfo Miguel Donda Tigel como uno de los represores que torturó a su marido en la Escuela de Mecánica de la Armada.
Celina Ester Rodríguez, quien estuvo detenida en la ESMA en agosto de 1979, junto con su esposo, Horacio Guillermo Cieza, afirmó que su marido pudo identificar al represor porque vio una fotografía suya en el diario Página/12, muchos años después de ser liberado. Esta es la primera vez que Rodríguez declara por estos hechos ante la Justicia.
Donda Tigel era oficial de operaciones del grupo de tareas 3.3.2 de la ESMA, y fue señalado por varios ex detenidos como uno de los que los torturaba. Fue beneficiado por la ley de Obediencia Debida cuando cumplía prisión preventiva por 17 delitos, entre los que se encuentra el asesinato de la diplomática Elena Holmberg.
Según el libro “Don Alfredo”, de Miguel Bonasso, Donda comandaba el “segundo círculo” de seguridad del empresario telepostal Alfredo Yabrán, como “núcleo del aparato de inteligencia y operacional”. También fue agregado naval en la embajada argentina en Brasil durante el gobierno de Alfonsín
Celina Rodríguez relató las circunstancias de su detención ilegal, que comenzó el 11 de agosto de 1979, cuando fue secuestrada en La Plata junto a su marido y a su hijo Gervasio, de un año de edad. En ese momento, Celina estaba embarazada de seis meses.
La testigo contó que fue separada enseguida de su marido, y que ella y su hijo fueron trasladados a la ESMA. “Ahí me tiraron al suelo, me pegaron, me patearon la panza y me dijeron que a mi marido lo iban a matar”, manifestó Rodríguez, y contó que el mismo día del secuestro la volvieron a traer a esta ciudad para dejar a su hijo Gervasio en la casa de una vecina. “Después me llevaron otra vez”, dijo la ex detenida.
A los pocos días de estar secuestrada, Rodríguez se reencontró con su marido: “Nos encontramos en una celda, y me contó que lo habían torturado”, señaló la testigo.
En una oportunidad, Rodríguez fue llevada en un vehículo a Florencio Varela, para que identificara el domicilio de su cuñado, Daniel Cieza. “En el trayecto, pasamos por el frente de un negocio y uno de los hombres dijo que había estado ahí hacía unos días ‘levantando un pesado’. Después, supe que ahí lo habían secuestrado a Néstor Ardeti”, indicó la testigo.
Ardeti fue secuestrado el 6 de agosto de 1979 de su local comercial en esa localidad. Su esposa, Consuelo Orellano, y su hijo Marcelo declararon ante la Cámara en audiencias anteriores.
Al finalizar su testimonio, Rodríguez recordó las palabras de uno de sus secuestradores momentos antes de que el matrimonio fuera liberado: “Nos dijo ‘¿vio que nosotros somos buenos? Les dejamos a los chicos; a nosotros nos hicieron mala fama, pero no robamos ni matamos, a menos que sea necesario’”, contó la ex detenida.
Careo entre policías
En tanto, la Cámara realizó un careo entre los policías Mario Alberto Mijín y Mario Oscar Tocho, que trabajaron en 1977 en la Brigada de Investigaciones de La Plata, donde funcionó un centro clandestino de detención.
Los dos efectivos fueron llamados nuevamente a declarar, ya que el Tribunal había detectado contradicciones en sus testimonios brindados hace dos semanas.
Mientras Tocho negó enfáticamente la presencia de detenidos ilegales en la Brigada, Mijín admitió la existencia de personas “a disposición del Poder Ejecutivo Nacional”.
Los dos policías negaron conocerse entre sí y se mantuvieron en sus dichos. Tocho señaló que los detenidos “estaban a disposición de un juez”, cosa imposible en la Brigada en esos años, que no alojaba a “detenidos comunes”. “Si estaban a disposición del PEN, yo lo ignoraba”, dijo Tocho, que por entonces tenía el rango de sargento.
Por su lado, Mijín remarcó que no había otras personas que no fueran las que estaban bajo el PEN y rebatió la idea de Tocho de que familiares y abogados las visiten. “Cuando yo era ayudante de guardia, los familiares estaban en los pasillos”, insistió, no obstante, Tocho.
Mijín —que en su declaración del 11 de octubre si bien admitió la presencia de detenidos ilegales en la Brigada señaló que en la celda tenían agua caliente y que a él le hacían el té— afirmó también que “la totalidad del personal sabía” este dato, a pesar de la “amplia dotación” que tenía la dependencia en ese momento.
El juez Schiffrin le preguntó entonces a Tocho si podía contestar a esa “afirmación contundente”. El policía se mantuvo en su hipótesis.
El magistrado llegó incluso a explicarle qué diferencia había entre una persona “clandestina” y otra “bajo el PEN”, que en la dictadura significaba que el detenido había sido “legalizado”. Antes de la audiencia, Tocho fue sometido a un examen psicofísico para saber si estaba en condiciones de declarar, lo que arrojó resultado positivo.
El presidente del Tribunal, Alberto Durán, manifestó al concluir el careo que la Cámara resolverá qué hacer con Tocho cuando se tomen más audiencias a ex policías de la Brigada, y se realicen más careos con el policía que negó lo que varios de sus ex colegas ya admitieron ante la Cámara.
Rechazan recurso de Etchecolatz
En otro orden, se conoció que la semana pasada el juez federal Arnaldo Corazza rechazó los recursos interpuestos por el ex represor Miguel Osvaldo Etchecolatz.
El ex Director de Investigaciones de la Policía había presentado un recurso de reposición contra la decisión de Corazza de aceptar como parte a la Asamblea y a otros dos ex detenidos.
El juez desestimó el pedido del represor, ya que lo mismo había pasado con un incidente de nulidad promovido con anterioridad por la defensora oficial de Etchecolatz.
|
Ir a la Página Inicial del Juicio por la Verdad
|