Miércoles 26 de Abril de 2000 

Informe de Prensa de la APDH La Plata - Juicio por la Verdad

 

 

"Me pasaron la picana eléctrica por todo el cuerpo"
El concejal radical relató ante la Cámara Federal las circunstancias de su detención ilegal, que duró 36 días. Además, el Tribunal expulsó de la sala de audiencias al hijo de un comisario. Y tres policías negaron saber algo sobre el centro clandestino de la comisaría 5°.

Por Lucas Miguel, Francisco Martínez y Ximena Martínez (Secretaría de Prensa)

 

LA PLATA.- El concejal de la Alianza y candidato a intendente de La Plata en las últimas elecciones, Héctor Javier Quinterno, relató hoy ante la Cámara Federal de esta ciudad las circunstancias de su desaparición, que se extendió 36 días en el centro clandestino de detención conocido como "La Cacha". 

En 1977 Quinterno estudiaba Ciencias Económicas y residía en el Centro de Estudiantes de Saladillo, ciudad de la que es oriundo. La noche del 2 de julio de ese año, cuando regresó a su domicilio, se encontró con "gente desconocida". "Me ordenaron que ponga las manos contra la pared", afirmó Quinterno, quien además agregó que días antes el Ejército lo había ido a buscar a la casa de sus padres en su ciudad natal.

Así comenzó su periplo, que continuó en "La Cacha" durante más de un mes. Las primeras cuatro horas en el centro clandestino las pasó parado contra una pared, respondiendo preguntas sobre su actividad política. Quinterno militaba desde los 14 años en la Unión Cívica Radical. 

Después, su destino fue el piso, esposado a una argolla durante dos días, cuando nuevamente los represores lo interrogaron por su militancia. "El interrogatorio fue a los golpes", describió el concejal. 

A los tres días volvió a ocurrir lo mismo. "Esta vez me hicieron desvestir y me pasaron corriente eléctrica por todo el cuerpo, atado a una cama", señaló Quinterno. Sus compañeros de detención le habían dicho que cuando lo torturaran gritara fuerte porque eso le iba a ayudar a pasar el momento. 

"Como yo grité, me aplicaron en la boca y la garganta. Se me formó una costra grande en el paladar por la quemadura", contó el concejal, al tiempo que agregó: "Después estuve un día sin poder moverme". 

Quinterno relató que pasaron otros tres o cuatro días y se le acercó un represor apodado "ingeniero" y su compañera, una tal Marina ("colaboradora" de los guardias de "La Cacha"), quienes le propusieron llevar a cabo una discusión política. "El 'ingeniero' me dijo que la Junta Militar no había tenido otra opción que el golpe de Estado. Me hizo un planteo filosófico político", manifestó el edil radical. 

Durante su detención Quinterno pasó por distintos ambientes de los viejos talleres de Radio Provincia, donde funcionaba "La Cacha", en la vecina localidad de Lisandro Olmos. "El sótano era un lugar extremadamente lúgubre, que tenía ratones que venían a morder a los que estábamos en el piso", señaló el testigo, que asimismo contó que vio que entre los detenidos había mujeres embarazadas. 

Quinterno, además, recordó que por el centro clandestino pasaban integrantes de distintas fuerzas de seguridad: Ejército, Servicio Penitenciario, Armada y servicios de inteligencia. 

Según pudo deducir de las actitudes de los oficiales, "el Servicio Penitenciario tenía decisión en los grupos de tareas", sostuvo. 

Asimismo, Quinterno afirmó que "había una política de saqueo de las instalaciones (del centro clandestino). Consistía en extraer todo el cobre (material utilizado en Radio Provincia), que había mucho. Uno de los guardias me dijo que era una especie de 'ganga' que tenían y después vendían el cobre por kilo". 

El ex candidato a la intendencia contó también que en oportunidad de concurrir al baño vio que tenía pegada una etiqueta con la leyenda: "posible baja". Esto le hizo pensar en dos posibilidades, que sería eliminado o liberado. 

En efecto, Quinterno recuperó su libertad en julio de 1977. Hubiera salido unos días antes de no haberse accidentado el auto que lo llevaba a bordo, en un baúl. Los represores cayeron en una zanja y regresaron al centro clandestino, por eso su liberación se demoró unos días. El 8 de julio fue dejado en un descampado en las afueras de La Plata, con cinco pesos para poder abordar un vehículo que lo llevara de vuelta al Centro de Estudiantes.




Echaron al hijo de un policía 

Por otra parte, compareció ante el tribunal María Silvia Coutone quien fue detenida en Posadas, Misiones, durante el mes de octubre de 1976. 

La testigo vivía en la ciudad de La Plata junto a su hermana gemela Mirta Noelia Coutone, actualmente desaparecida, cuando meses antes del golpe de Estado, su cuñado Sergio Julio García, oriundo de la provincia de La Pampa y estudiante de veterinaria, fue secuestrado y asesinado por un grupo de personas de civil que lo detuvieron en su casa. Tras este hecho Mirta decidió volver a su pueblo. 

A principios de septiembre del mismo año, María viajó a Posadas. Fue la última vez que se vieron, dado que durante el mes de octubre, la testigo fue detenida. Luego de estar privada de su libertad en la comisaría 2º de Posadas fue trasladada a la cárcel de Devoto y puesta al servicio del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) hasta 1983, año en que recuperó su libertad. 

Durante su estancia en el lugar, Mirta mantuvo un diálogo con un oficial de apellido Ruiz quien le preguntó si sabía que su hermana "era montonera", y le dio a entender que estaba muerta. "Me estaba planteando una situación de terror", afirmó la testigo. 

María Noelia era estudiante de medicina y estaba embarazada de cinco meses, su pareja, Héctor Hugo Malnati también continua desaparecido. El hermano de Héctor, Jorge Ricardo, también declaró hoy pero no pudo aportar datos significativos. 

Mirta Coudone tampoco pudo dar cuenta del modo en que fue detenida la pareja, ni sobre el lugar donde estuvo secuestrada. "María no está en la lista de 'La Cacha'" expresó Mirta. Y agregó: "Nadie jamás la ha visto en ningún lado". 

Durante el transcurso del relato de Coudone se presentó en la sala Daniel Oscar Díaz, hijo del fallecido titular de la comisaría 5° durante la última dictadura, Alfredo Díaz. A medida que la testigo hacía sus declaraciones, el hijo del policía hacía gestos y comentarios de desaprobación sobre su testimonio. 

Cuando Mirta fue interrogada acerca del accionar político de su cuñado Malnati y respondió que pertenecía al Partido Comunista Marxista Leninista (PCML), Díaz manifestó: "A la mierda" y tachó algo que tenía escrito en un block de hojas. 

Por este motivo se generó un clima tenso en la sala y el presidente del tribunal, Leopoldo Schiffrin, hizo llamar a Díaz para tomarle sus datos. 

Posteriormente, el hijo del ex titular de la 5° fue obligado a retirarse de la sala de audiencias, y expresó sobre Schiffrin: "Me asombra la parcialidad que tiene". 

Un rato antes, Daniel Díaz había preguntado cuándo iban a declarar los policías citados en la causa de la comisaría 5°. 




Tres policías 

Julio Pascuale, Jorge Suárez y Luis Talesco fueron los tres efectivos de la Policía provincial que durante la última dictadura trabajaron en la comisaría 5° de La Plata, en donde funcionó un centro clandestino de detención. 

El primero afirmó que tenía un oficio por demás curioso: la función asignada en la 5° a Pascuale era la de "oficial zapatero", esto es, se encargaba de reparar las botas y borceguíes de los demás oficiales. 

Pascuale señaló que esa función la cumplió hasta el año '84, cuando empezó a prestar servicios propios de un oficial de policía. 

"Yo al fondo no iba", se atajó Pascuale antes de que los jueces le preguntaran sobre si conocía la existencia de un centro clandestino, que precisamente operó en la parte trasera de la dependencia policial. 

El policía-zapatero añadió, en consonancia con los testimonios de otros ex efectivos, que en la comisaría 5° existía un área restringida que manejaba el Ejército. No obstante, negó saber si había detenidos ilegales. "Lo que puedo decir es por comentarios", se justificó Pascuale. 

Por su parte, Jorge Suárez, quien todavía presta servicio en la ciudad de Balcarce, manifestó que estuvo en la comisaría entre mayo y julio de 1976, "como aspirante". Durante esa época se cree que todavía no estaba en actividad el centro clandestino. 

No obstante, Suárez dijo que siguió dependiendo de la comisaría 5° hasta mediados o fines de 1977, pero que durante ese tiempo realizó una guardia en el domicilio de un funcionario de la dictadura. Y aclaró que en ese lapso no concurría al edificio de la 5°. 

El policía agregó que se enteró "por los diarios" de la existencia de un centro clandestino en la dependencia: "Yo no tuve acceso; mi estadía fue breve", expresó. 

Luis Talesco, en tanto, afirmó que prestó servicios en la 5° hasta un mes después de la asunción del comisario Osvaldo Sertorio (junio de 1976). La Cámara cuenta con un informe del Ministerio de Seguridad que dice que Talesco estuvo en esa comisaría hasta agosto de 1977, aunque ese tipo de datos suelen no ser del todo correctos. 

El testigo dijo que fue chofer del anterior titular de la comisaría (Fernando Muñoz) y que luego trabajó en la oficina judicial de la Jefatura de Policía. 

La mayoría de las personas desaparecidas que estuvieron en la comisaría 5° pasaron por allí entre los últimos meses de 1976 y los cuatro primeros de 1977, según la información recabada hasta ahora en el "Juicio por la Verdad". 




"Olvidate de tu esposo" 

Elsa Luna fue la primer testigo de la jornada de audiencias de hoy. La mujer relató el secuestro que padeció junto a su marido Julio Beltaco, que está desaparecido. 

La madrugada del 14 de abril de 1977 un grupo de personas vestidas de civil detuvo ilegalmente al matrimonio y lo trasladó al centro clandestino "La Cacha". La pareja tenía un bebé de sólo dos meses, que fue entregado por los represores a los abuelos maternos. 

Elsa y Julio fueron puestos en celdas diferentes. La testigo contó que ella no sufrió torturas, pero sí su esposo, y que en los 38 días en los que estuvo prisionera sólo lo pudo ver una vez. El día que éste cumplía años, los guardias le permitieron encontrarse con Julio: "Estaba golpeado, quemado, le costaba mucho hablar", relató la mujer y agregó: "Fue eso y nunca más supe de él". 

El 21 de mayo, Luna fue liberada cerca de la República de los Niños y quienes la soltaron le dijeron: "Olvidate de tu esposo, hace como que nunca lo conociste, y cuidate en lo que hacés". 

"De no ser por el nene, hubiese querido terminar con él", expresó la mujer en otro tramo de su extensa declaración. 

La noche en que fue liberada, al llegar a la casa de sus padres, Elsa Luna se enteró que los represores habían tomado su vivienda. Tiempo después, al volver descubrió que se habían robado joyas y electrodomésticos. 

En "La Cacha", Luna compartió el cautiverio con varias personas que todavía están desaparecidas: el fiscal Antonio Bettini, el matrimonio compuesto por Rodolfo Axat y Ana de la Crocce, Esteban Cuenca e Ignacio Cisneros, según pudo recordar. 

Y entre los represores de ese centro clandestino, la testigo nombró a una persona que era llamada "cabo Sabino", un interrogador apodado "Tarzán", guardias como "el Griego" y "el Francés" -los más terribles-, "el Oso" y "Palito" (por su parecido al ex cantautor "Palito" Ortega). 

En otro orden, también testimonió María Graciela Leyes por la desaparición de su hermano Néstor Abel. La mujer sostuvo que debido a que la familia vivía en Misiones (900 kilómetros al norte de La Plata) no se pudo enterar en qué fecha exacta fue secuestrado Néstor. 

La hermana del desaparecido afirmó que la víctima ya había sufrido un allanamiento cuando vivía en Resistencia, y la detención de su esposa embarazada, Ada Frizola, que está citada por la Cámara para el próximo miércoles. 

Sobre el secuestro de Néstor, María Graciela Leyes señaló que una persona de nombre Alfredo Stein o Steimberg podría saber cómo ocurrió, ya que fue una de las últimas personas que lo vieron con vida. Este hecho habría pasado en los dos últimos meses de 1976, en algún lugar no determinado del Gran Buenos Aires.
 

  

 

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