Miércoles 5 de Diciembre de 2001 

Informe de Prensa de la APDH La Plata - Juicio por la Verdad

 

 

Arrestan por falso testimonio a un policía en la sala de audiencias.
El Tribunal ordenó la detención del suboficial principal Julio Argüello luego de que incurriera en “flagrantes contradicciones” en su declaración. Fue alojado en la alcaidía de los tribunales federales y quedó a disposición del juez Corazza.


Por Francisco Martínez, Vanina Wiman y Lucas Miguel
(Secretaría de Prensa) 

 

LA PLATA (05dic01).- El policía Julio César Argüello fue detenido hoy por orden de la Cámara Federal de La Plata, acusado de cometer falso testimonio en su declaración. El hoy suboficial principal, que declaró en carácter de testigo, cayó en "flagrantes contradicciones" al negar hoy afirmaciones que había realizado en 1977, en un sumario abierto ante un Consejo de Guerra, como consecuencia de su participación en el operativo en el que fueron desaparecidos Daniel Omar Favero y su mujer, María Paula Álvarez. 

"Arréstelo, nomás", dijo el presidente del Tribunal, el juez Leopoldo Schiffrin, luego de que Argüello brindara un testimonio plagado de imprecisiones sobre su intervención en ese procedimiento, ocurrido el 24 de junio de 1977 en el departamento de la pareja desaparecida, ubicado en la calle 57 número 880.

Dos días después de ese episodio, Argüello -que en ese momento era cabo en la Brigada de Investigaciones de La Plata- declaró en un sumario por orden del entonces comisario Rubén Oscar Páez que el objetivo del operativo había sido "llamar a la rendición a una célula subversiva" ubicada en el departamento de Daniel Favero. 

En ese mismo sumario consta la declaración del policía Raúl Machuca, jefe del grupo operativo en el que Argüello participó junto a otro oficial no identificado. Según Machuca, los tres efectivos estaban apostados en el departamento "donde se presumía se alojaban delincuentes subversivos", cuando "de forma imprevista" la pareja "abrió fuego contra el personal policial". Y finaliza: "Tal actitud es respondida de igual forma (por la policía) hasta que la mujer y el hombre caen abatidos".

Argüello, en ese momento, pareció ver otra cosa. Según su declaración en el mismo expediente, en cuanto el grupo se identificó como personal policial la pareja habría intentado huir disparando sobre los policías. El policía señaló que como consecuencia de eso recibió un tiro en el pie. Y agregó, también en 1977, que antes de perder el conocimiento, vio cómo "la mujer caía herida mientras que el hombre se entregaba y era detenido". 

Hoy, en su testimonio ante la Cámara Federal, Argüello dio una tercer versión: "Yo no puedo precisar que el hombre haya sido detenido ni que la mujer cayó herida. No lo recuerdo", dijo.

"Yo no sabía a qué estábamos yendo", aseguró además, cuando el juez Alberto Durán le pidió que ratifique que él estaba al tanto del objetivo del procedimiento. "Yo no participaba de los grupos operativos. Yo en ese momento realizaba el mantenimiento de los vehículos de la dependencia", indicó.

Cuando se le preguntó por qué había integrado entonces ese grupo de tareas, respondió: "A uno le decían 'vaya a hacer tal cosa' y uno iba. Uno no podía preguntar". No obstante, no explicó por qué, si su tarea en la Brigada era llevar los vehículos policiales al taller, se encontraba en la dependencia en horas de la madrugada, cuando fue realizado el operativo.

Por otra parte, el testigo negó que el grupo de policías estuviera "vigilando" el lugar, como expresó Raúl Machuca en 1977. "Yo llegué con él y el otro policía en un auto y ellos dos se identificaron enseguida", aseveró. Y cuando se le requirió que precisara si la pareja había sido detenida -y no "abatida", como afirmó Machuca- dijo que no podía "ni negarlo ni confirmarlo".

Las preguntas de los jueces apuntaron también al funcionamiento del centro clandestino de detención en la Brigada de Investigaciones, en 55 entre 13 y 14. Argüello también se mostró reticente a responder. "Nunca vi detenidos encapuchados o vendados. Yo nunca tuve acceso a los calabozos", señaló el policía, que ingresó a la dependencia en 1976.

Durán le recordó que la existencia del centro clandestino en ese lugar está comprobada. "Cualquiera que haya trabajado allí se tiene que haber enterado de lo que ocurría", le advirtió. No obstante, Argüello dijo no haber siquiera oído comentarios de sus colegas sobre la presencia de detenidos ilegales en el lugar. "Yo no soy de hacerme amigos", indicó.

Durante el transcurso de la audiencia, Durán hizo notar al testigo la "manifiesta contradicción entre sus dos declaraciones" y le recordó en varias ocasiones que "usted se encuentra bajo juramento de ley y no podrá desembarazarse de la responsabilidad de un falso testimonio".

"No puedo esperar de este testigo ninguna verdad", expresó el fiscal Félix Crous, cuando se le inquirió si deseaba formular preguntas. Instantes después, Argüello era esposado delante del público presente en la sala de audiencias. El arresto del policía constituye un hecho inédito en la historia del Juicio por la Verdad. Argüello es el tercer policía denunciado por falso testimonio por la Cámara Federal, pero es la primera vez que el denunciado queda detenido.

En diálogo con esta Secretaría de Prensa, el juez Durán señaló que es probable que el policía quede detenido toda la noche. La denuncia fue remitida al Juzgado Federal Nº 3, a cargo del juez Arnaldo Corazza. 

En ese mismo juzgado, la ex detenida María Laura Bretal presentó hoy una denuncia por amenazas contra la esposa de Argüello. Cuando el testigo se retiraba esposado de la sala, varios de los presentes aplaudieron, entre ellos Bretal. La esposa del policía, que estuvo sentada en la primer fila de audiencias mientras su marido declaraba, pasó al lado de la ex detenida y le dijo por lo bajo: "Asesina también tu hija". Bretal estaba embarazada cuando fue secuestrada en mayo de 1978. 

"La Cámara dio una señal de que los policías no pueden venir a mentir en un tribunal de Justicia. Algunos jueces se hartaron de que les tomaran el pelo", dijo la secretaria Jurídica de la APDH La Plata, Marta Vedio. 



Otros testimonios

En la jornada de hoy también declaró Elba Elena Olaizola, esposa del desaparecido Carlos Alberto Pasero, un ex delegado de Astillero Río Santiago.

Pasero fue secuestrado a las tres de la mañana del 10 de junio de 1977 de la casa que alquilaba en Los Hornos (La Plata) por "un grupo de gente armada, vestida de civil" que irrumpió en la morada, según declaró la testigo. 

"Abrí o volamos la puerta", gritaron de afuera. Después, ingresaron a la casa varias personas armadas, lideradas por un "hombre alto de traje gris, rubio y de ojos celestes". 

"Me encerraron en una pieza y a Carlos se lo llevaron", relató la mujer. 

Al día siguiente, Olaizola realizó la denuncia en la comisaría 4° de esta ciudad, donde se encontró a la "patota" que había secuestrado a su esposo durante la madrugada. "Me tomaron declaración y dijeron que ahí (Carlos) no estaba", añadió. Posteriormente, la familia presentó habeas corpus, que no tuvieron respuestas positivas. 

Carlos Alberto Pasero había sido despedido de Astilleros el 30 de marzo de 1976. Luego, trabajó como comerciante hasta la fecha en que fue secuestrado. 


En otro orden, Jorge Gilbert contó el cautiverio que vivió desde el 30 de agosto de 1977, junto a Liliana Zambano. "Con ella habíamos rendido a la mañana una materia en la facultad, y por la noche íbamos a festejar", recordó.

Gilbert contó que fue llevado al centro clandestino de 1 y 60, y a otro que identificó como el "Pozo de Arana", donde fue torturado.

Días después, contó el ex detenido, lo llevaron a la Brigada de Investigaciones. En ese lugar tuvo un encuentro con el cura Cristian Von Wernich. "Cuando le dije que era de Concordia se interesó por verme", expresó, y relató que habló unos momentos con el capellán de Policía de personas de esa ciudad entrerriana.


Además, Elvira Inés De Maestri habló de la desaparición de su hermano Daniel Luis, ocurrida en Florencio Varela el 8 de febrero de 1977.

La mujer no pudo aportar muchos datos ya que ella no fue testigo del secuestro. No obstante, dijo que dos vecinas, Beatriz Gao y Laura Vigilio, podrían saber de la detención ilegal. 

  

 

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