Miércoles 4 de Diciembre de 2002 

Informe de Prensa de la APDH La Plata - Juicio por la Verdad

 

 

"Sólo sé que se lo llevaron", dijo la esposa de un desaparecido
Adolfo Agustín Ramírez, ex policía, y su hermano Héctor, policía en actividad, desaparecieron en enero de 1977. La esposa de Adolfo no pudo aportar datos sobre ambos, pero gracias al testimonio de dos sobrevivientes se sabe que habrían estado en la comisaría 5° y en un centro de Arana.


Por Lucas Miguel y Vanina Wiman (Secretaría de Prensa) 

 

LA PLATA (04dic02).- “No sé cuál fue el motivo. Sólo sé que se lo llevaron”, aseguró angustiada a la Cámara Federal Olga Bustamante, esposa del desaparecido Adolfo Agustín Ramírez, de quien nunca se tuvo noticias tras su secuestro en 1977. 

Ramírez, que militaba en el peronismo, fue detenido el 14 de enero de aquel año en su casa de 501, entre 28 y 29, de esta capital. La víctima era pintor y había trabajado en la empresa Techint. Hasta aproximadamente mediados de 1975 había sido agente de la Policía bonaerense y revistado en la comisaría de la localidad platense de City Bell. Dejó la fuerza tras una discusión con el comisario, de apellido Sea, a quien golpeó e insultó por un “problema de trabajo”, según relató hoy su esposa. 

El secuestro se produjo alrededor de las 14, cuando Ramírez, su esposa, sus cuatro hijos y una sobrina estaban almorzando. “Pararon cinco autos y entraron hombres armados a cara descubierta. Rompieron todo, como buscando algo. No encontraron nada”, relató a la Cámara Bustamante. “Lo llevamos al Regimiento 7”, le gritaron los represores. 

Ramírez fue introducido en un auto rojo y su familia nunca más tuvo noticias de él. “A la noche salimos a buscarlo por todas las comisarías”, contó la testigo. 

El día anterior había sido secuestrado el policía Héctor Ramírez, hermano de Adolfo, quien también está desaparecido. “Se lo llevaron de la puerta de la comisaría de Gonnet”, dijo Bustamante. Y agregó que tampoco tenía noticias sobre él. “El que puede saber es Juan, otro hermano, que también es policía”, agregó. 

En el Juicio por la Verdad el sobreviviente Miguel Iademarco declaró que vio en el centro clandestino de la comisaría 5° de esta ciudad a “un cabo de Gonnet que se llamaba Ramírez”. En tanto, Norberto Oscar Oslé dijo que estuvo en un centro de Arana con “un tal Ramírez que había sido policía”. 

Ambos testimonios prestados ante la Cámara Federal platense son las primeras noticias que se tiene de los hermanos Ramírez. 

Bustamante contó también que el mismo día del secuestro de su marido fueron detenidos una joven de apellido Suárez y una señora cuyo apellido de casada sería Rojas, vecinos del barrio. 



Secuestro en un estudio de arquitectos

En otro orden, también declaró Delma Eda Cocchia, en el marco de la causa en la que se investiga la desaparición de Antonio Enrique Piovoso, un arquitecto que fue secuestrado del estudio en el que trabajaba, en el séptimo piso de la Galería Williams, en calle 8 entre 48 y 49 de esta ciudad.

Cocchia era amiga de Piovoso, a quien conocía por ser compañeros en la Facultad de Arquitectura, y fue testigo de su detención ilegal. 

El 6 de diciembre de 1977 la mujer fue al estudio de la Galería Williams, en donde Piovoso trabajaba como dibujante. 

“Apenas entré me pusieron contra la pared y me apuntaron con un arma en la cabeza”, contó la testigo, quien alcanzó a ver que en otro sector de la oficina había cuatro o cinco muchachos sentados en el suelo con las manos en la nuca.

“Me sacaron mis objetos personales y un señor grandote, morocho y con anteojos ahumados me preguntó cuánto hacía que no veía a Mingo”, recordó la mujer. Mingo era el sobrenombre de Alberto Martina, otro estudiante de arquitectura. “Después me enteré de que era a él al que estaban buscando”, dijo.

Cocchia relató que ese mismo hombre corpulento y morocho, “que tenía una cicatriz en la cara”, la interrogó largamente sobre su último encuentro con Mingo. “El quería fechas y lugares. Yo le dije que no me acordaba y que no me iba a acordar. Yo estaba con sandalias y el se puso a pisarme los pies”, indicó la testigo, y añadió: “Creo que me miraba a los ojos mientras me pisaba. Me decía que mejor que me portara bien si no la quería pasar peor”.

“Nos decían: ‘¿Ves lo que pasa siendo militante?’, entre otras cosas. La cosa pasaba más por el discurso que por la violencia física”, señaló Cocchia, y agregó que los secuestradores estuvieron todo el tiempo a cara descubierta.

Momentos después, entraron a la oficina más hombres, trayendo consigo a Otilio Pascua, quien había sido secuestrado varios días antes. “Lo trajeron para reconocerlo y marcarlo a Mingo”, contó hoy la testigo.

Según Cocchia, un rato más tarde llegó al estudio Alberto “Mingo” Martina. “Lo reconocen y lo tiran. Lo golpearon muchísimo, yo escuchaba que no podía respirar. Le preguntaban dónde había estado los últimos cuatro días”, afirmó la testigo, y añadió: “Le pisaban la cabeza, mientras le decían ‘¿por qué no hablás, no ves que te estás yendo?’ A cada respuesta, mayor era la paliza”.

Ese día, los secuestradores se llevaron a Martina y a Piovoso, quienes aún están desaparecidos. El cadáver de Otilio Pascua fue encontrado en 1978 a orillas del Río de la Plata, según contó María Patricia Luisoni, quien también fue testigo del secuestro de los estudiantes y declaró en el Juicio en abril de 1999. 


  

 

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