Miércoles 6 de Noviembre de 2002 

Informe de Prensa de la APDH La Plata - Juicio por la Verdad

 

 

Falleció el ex juez Russo a la salida de tribunales
Había asistido a un careo con la madre de un desaparecido. A la salida, miembros del público le recriminaron su rol durante la dictadura. El ex magistrado les dijo “mentirosos” y “comunistas”. Dejó los tribunales y a los pocos metros cayó víctima de un infarto. La Cámara y el fiscal presentaron una denuncia ante el juez Corazza, por “la posible comisión de un delito”.


Por Lucas Miguel (Secretaría de Prensa) 

 

LA PLATA (06nov02).- El ex titular del Juzgado Federal N°2 de esta ciudad durante la dictadura, Leopoldo Russo, falleció hoy a la salida de los tribunales, tras haber asistido a un careo con la madre de un desaparecido, en el marco del Juicio por la Verdad. A la salida, miembros del público le recriminaron su rol durante la dictadura y el ex juez, alterado, les respondió. Cuando dejó los tribunales se descompuso. La jueces y el fiscal presentaron una denuncia ante el juez federal Arnaldo Corazza, por "la posible comisión de un delito", se informó.

Russo, de 80 años, sufrió un infarto y se desplomó en la explanada de los tribunales federales, en la esquina de las calles 8 y 50, y fue asistido durante casi media hora por médicos y paramédicos. Según informó a esta Secretaría el Hospital San Martín, falleció poco antes de llegar al nosocomio, a las 12.35.

El ex magistrado dejó los tribunales a las 11.45, luego de carearse ante la Cámara Federal con Gladys María Harvey, madre del desaparecido Daniel Carlos Ponti, quien era novio de Cintia Russo, la hija del ex juez.

El tribunal había dispuesto el careo luego de que Harvey asegurara el 9 de octubre pasado que Russo le había dicho durante la dictadura: "Mirá Gladys, con respecto a mi sobrino (el ex juez tenía un familiar de nombre Gustavo, desaparecido) sé que está muerto. Y con respecto a tu hijo no tengo noticias de que esté muerto".

El 23 de octubre compareció Russo y aseguró que "nunca jamás" se había reunido con Harvey. Y hoy se mantuvo en sus dichos. "Ratifico totalmente lo que dije. La señora está totalmente confundida. Jamás recibí en el juzgado a esta señora. Conmigo no habló nunca. Lo niego terminantemente", aseguró. Y agregó más tarde: "Creo que la señora está divagando".

Harvey, por su parte, señaló: "Estuve en varias oportunidades en su juzgado y me atendió amablemente. El tuteo con él surge a raíz de que nuestros hijos estaban de novios". A su lado, Russo sonreía socarronamente. La mujer añadió más tarde: "Puedo cometer un solo error. No recuerdo si la reunión fue a fines de 1977 o en 1978. Fue una reunión a nivel amistoso. Le pregunté si sabía algo de mi hijo y él incluso habló sobre su vínculo con los jefes de la represión".

Tras el careo, que el tribunal circunscribió sólo a la contradicción sobre la reunión, Russo se retiró de la sala de audiencias, y en el hall de los tribunales miembros del público le recriminaron su actuación como juez federal de La Plata durante la dictadura: "Cómplice, colaborador de los milicos", gritaron. "Cien años de cárcel para vos", "A mí me rechazaste los habeas corpus", se escuchó.

El ex magistrado recibió en su juzgado más de 200 hábeas corpus en dos años y rechazó 78, algunos de ellos con la obligación del pago de costas para los familiares de las víctimas.

Russo, alterado, respondió: "Son todos unos mentirosos y cobardes". "Comunistas, comunistas", repitió una y otra vez a modo de insulto.

Rápidamente fue rodeado por dos efectivos de la Policía Federal e incluso por el presidente del Tribunal, Antonio Pacilio, quienes lo condujeron hasta el ascensor que lo llevó a la planta baja. Russo salió de los tribunales y caminó por la explanada unos veinte metros, hasta que cayó víctima de un infarto.

De inmediato fue asistido por periodistas y por la guardia de los tribunales federales. La ambulancia tardó en llegar más de veinte minutos. Mientras se esperaba la llegada del servicio médico, pasó por allí una ambulancia del Ministerio de Salud bonaerense. La policía quiso pararla, pero su conductor hizo señas y siguió de largo.

El ex juez Leopoldo Russo ascendió a juez federal en agosto de 1976. "El Ministerio de Justicia quería un socialista. Yo había militado en el socialismo desde chico. En el Juzgado (Federal de La Plata) N°1 ponen a (Héctor) De la Serna, un militar abogado. Él se encarga de la cuestión electoral, por estar en el 1. A mí me preguntan si quería el (juzgado) 2 o el 3. 'Denme el 2', les dije", relató el 23 de octubre pasado cuando le preguntaron por su nombramiento.

Luego remarcó: "Yo no tengo nada que esconder". Y sostuvo que integraba un "grupo de amigos" que accedieron a cargos públicos tras Golpe de Estado. Sus antecedentes en la Justicia remiten al golpe de Estado de 1955: "Fui designado juez del Tribunal Laboral N°1 de provincia con la 'Revolución Libertadora'", había declarado en octubre pasado.

Daniel Carlos Ponti, secuestrado el 25 de noviembre de 1976, era novio de Cintia, la hija del ex juez. Russo, además, cursó la escuela secundaria en el Colegio Nacional de la Universidad de La Plata con el padre del desaparecido. Las dos familias se conocían hacía mucho tiempo cuando se produjo la desaparición de Daniel.

Los jueces Julio Reboredo y Antonio Pacilio y el fiscal Félix Crous presentaron ante el juez federal de primera instancia, Arnaldo Corazza, una denuncia para que se investigue "la posible comisión de un delito" por la muerte del ex juez Russo. Según averiguó esta Secretaría, algunos policías de la guardia de tribunales declararon ante el juez.

Reboredo y Pacilio, además, suspendieron las restantes tres audiencias que estaban estipuladas para hoy en el Juicio por la Verdad.



Harvey: "Buscaba a mi hijo"

Antes de carearse con el ex juez Russo, Gladys María Harvey prestó declaración testimonial en la causa Alaye, en la que se investigan los enterramientos NN en el Cementerio de La Plata. Harvey, que es escribana, fue funcionaria de la necrópolis durante la dictadura.

La mujer, que antes del golpe se desempeñaba en la Municipalidad de La Plata, señaló que fue asignada al cementerio en julio de 1976. Dijo que durante su gestión "escuchaba relatos (de los empleados) de la llegada de cadáveres y del estado en el que estaban esos cadáveres. A partir de un atentado a la Jefatura de Policía (la represión) se endurece de tal manera que los cadáveres vuelan".

Luego, aclaró: "Es impresionante la cantidad de cadáveres con pérdida de masa encefálica por herida de arma de fuego. Noviembre (de 1976; el mes en que desapareció su hijo) fue un mes terrible".

Harvey relató que, tras el secuestro de su hijo, comenzó a buscarlo entre los cadáveres que llegaban al cementerio. El abogado de la APDH La Plata, Jaime Glüzmann, le preguntó entonces si durante esas inspecciones de los cuerpos pudo identificar a algún desaparecido. "Lo mío era un vistazo, mirar, buscaba a mi hijo", respondió Harvey y señaló que no pudo identificar a nadie. Sólo señaló que una característica común a todos los cadáveres era un pequeño papel prendido de un dedo del pie con una inscripción, un número o sigla. "Esto me indicaba que de alguna manera estaban identificados", afirmó.

La mujer dijo que en aquel momento se enteró que el Cementerio requirió a la Funeraria Lualdi una partida de entre cuatro y cinco mil féretros. Durante la última dictadura militar hubo más de 500 entierros NN en el cementerio platense. La mayoría de los diagnósticos de las muertes asentados en los libros forenses indican que se produjeron por "pérdida de masa encefálica por herida de arma de fuego". Es decir, un tiro en la cabeza. 


  

 

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