Miércoles 10 de Abril de 2002 

Informe de Prensa de la APDH La Plata - Juicio por la Verdad

 

 

Me puedo desnudar aquí y mostrarle las cicatrices
Un sobreviviente brindó un conmovedor testimonio ante la Cámara Federal. Dijo que cuando fue secuestrado pesaba 100 kilos y que lo soltaron con 40. Además, el esposo de una desaparecida afirmó que la secuestraron por reconocer a un represor en un operativo.


Por Francisco Martínez y Lucas Miguel (Secretaría de Prensa) 

 

LA PLATA (10abr02).- Un ex detenido brindó hoy a la Cámara un descarnado testimonio de lo que vivió durante su secuestro en la última dictadura y aseguró que compartió el cautiverio con los líderes de la comisión interna de la fábrica de Mercedes Benz en Cañuelas, Esteban Reimer y Víctor Ventura.

Adolfo Manuel Paz señaló que durante su cautiverio perdió más de 50 kilos de peso. "Me puedo desnudar acá y mostrarle las cicatrices que tengo", contestó, cuando los jueces le preguntaron si había sido torturado. Paz dijo que fue secuestrado el 31 de diciembre de 1976 al llegar a su casa de Guernica (sur del Gran Buenos Aires) y que fue llevado a la Brigada de Lanús con asiento en Avellaneda, lugar que reconoció por los sonidos, dado que había vivido allí cuando era niño.

"No sabía qué era lo que estaba pasando. Nunca me imaginé que era por lo que fue", aseguró Paz, y explicó que durante la tortura los represores "querían saber la actividad mía y la de mis compañeros de trabajo en la Dirección de Zoonosis".

El testigo señaló que compartió el cautiverio con los líderes de la comisión interna de la fábrica Mercedes Benz, secuestrados la madrugada del 5 de enero de 1977. Paz, un chofer jubilado de 60 años, es el primer ex detenido que declara en el Juicio haber estado con Esteban Reimer y Víctor Ventura.

"Jugábamos al ta-te-ti con miguitas de pan", recordó Paz y dijo que "Reimer siempre me ganaba".

Más tarde, añadió que el obrero le contó sobre el interrogatorio al que fue sometido, pero que no le dijo nada sobre la vinculación entre la empresa Mercedes Benz y las fuerzas represivas. "Me dijo que le habían reprochado el tener un Ford Taunus, que era un coche muy valioso en esa época", señaló Paz. El testigo calificó a Reimer de "muy solidario", ya que ayudaba a los demás prisioneros a contenerse en la situación que vivían.

El ex detenido agregó que su segundo lugar de detención ilegal podría haber sido el centro "Puente 12". "Ahí era más severo (el régimen). Había compartimentos cortos, sin puertas. Estábamos encadenados, la mayor parte del tiempo, parados. Le puedo mostrar los tobillos, le puedo mostrar las muñecas con las marcas", aseguró.

"La comida, era comida militar -agregó-. Cuando me dieron, no me tragué el plato porque no me entraba en la boca. Yo pesaba 100 kilos y cuando salí, pesaba un poco más de 40".

Adolfo Paz contó que al salir en libertad, los represores le entregaron una camisa escocesa para que se vistiera. "Alguien (un prisionero) dijo: 'Esa es mi camisa'", recordó, quebrado por el llanto. En ese momento, los jueces tuvieron que suspender la audiencia durante 20 minutos para que Paz se recuperara de la emoción, mientras era abrazado por la ex detenida Nilda Eloy.

El testigo contó que fue liberado a media cuadra de su casa. "La persona que te marcó a vos, se equivocó de acá a la China", le dijo uno de los represores.



Secuestrada por reconocer a un represor

En tanto, Miguel Gómez, esposo de una desaparecida, le contó a la Cámara Federal que un grupo de tareas secuestró a su mujer luego de que ella reconociera a uno de los captores. "Lo conocía porque era el novio de una conocida nuestra", dijo el testigo.

Jorgelina Aquilina Ávalos fue secuestrada de su casa de Los Hornos el 9 de junio de 1977. El grupo de represores buscaba a su esposo Miguel, quien por ese entonces militaba en el gremio de los no docentes de la Universidad Nacional de La Plata.

Lorenza -hermana de Jorgelina- presenció el secuestro y le contó tiempo después a Gómez que la desaparecida le hizo saber a uno de los represores que lo conocía: "Yo a vos te conozco", le dijo, y le mostró una foto en la que aparecían varias personas, entre las que estaba el captor, miembro de la Policía bonaerense.

"Mi esposa no era militante ni nada. Puede que la hayan secuestrado porque mi mujer lo conoció", aseguró Gómez, sin mencionar el nombre del represor, que no recordaba, ya que se trataba de una persona a la que habían visto pocas veces.

El grupo de tareas, que hizo guardia en la casa hasta casi la medianoche (el operativo había comenzado a las 9.00 de la mañana), también se llevó la foto.

Gómez aseguró que recién en 1987 u 88 advirtió quién podía ser el captor, cuando revisando viejas fotos en la casa de un amigo y recordando el relato de Lorenza Ávalos sobre el secuestro de Jorgelina, identificó al policía en una imagen similar a la que desapareció de su casa.

El represor sería esposo de Marina Fajardo, a quien el matrimonio Gómez conocía por intermedio de otras personas. Con la certeza del nombre de la cónyuge, el fiscal ad hoc Félix Crous solicitó al Tribunal que se libren oficios al Registro Provincial de las Personas a fin de determinar el nombre del marido de Fajardo.

Gómez declaró que se enteró del secuestro de su mujer el mismo 9 de junio, cuando su suegro fue a avisarle al trabajo. "Me dijo que no fuera a mi casa, porque estaba tomada por fuerzas conjuntas", aseguró el testigo, que vivió oculto en la Capital Federal y en el Gran Buenos Aires hasta 1983.

En ese entonces el matrimonio Gómez tenía una beba de nueve meses, que se crió los primeros años con los padres de Jorgelina.

El testigo señaló que tras el secuestro no pensó que su mujer iba a desaparecer: "Pensé que a mi esposa la habían llevado para interrogarla y que no estaba desaparecida, porque ella no era militante. Yo no tenía noción del término desaparición hasta que un año después vi el nombre de mi mujer en una lista que publicó el diario de La Nación o La Prensa", afirmó.



El último de San Justo

También declaró Rodolfo Atilio Barberán, quien contó que fue secuestrado el 26 de marzo de 1978 por un grupo de hombres de civil con armas largas. En ese entonces, Barberán era secretario de Actas de una Junta Vecinal de La Tablada (Gran Buenos Aires), que había organizado una misa para pedir por la desaparición de la esposa del presidente de la entidad.

"Se ve que eso creó cierto malestar", dijo el testigo, y relató que muchas integrantes de la Junta fueron secuestrados, entre ellos, el médico Norberto Liwski, que declaró en noviembre pasado.

Barberán dijo que fue llevado al centro clandestino que funcionó en la Brigada de San Justo, adonde también llegaron los hoy desaparecidos Mónica Grispón y Claudio Logares, secuestrados en Uruguay.

"Un día se escucha un tumulto. El que entra al lado mío grita: '¡Mónica, ¿donde estás?!'", recordó el ex detenido y agregó: "Enfrente mío, desde esa celda, ella le contestó". El Tribunal le exhibió al testigo una foto de Mónica Grispón y Barberán la reconoció.

El ex detenido también contó que fue torturado con la picana eléctrica en reiteradas oportunidades. "Perdí la cuenta, pero creo que los primeros dos o tres meses fue casi a diario", afirmó.

Barberán sugirió que en San Justo podrían haberse quemado cadáveres de víctimas de la represión. "Un día la celda se llenó de humo -recordó-. El humo me trajo a la memoria un recuerdo de la infancia: de chico yo vivía cerca de un cementerio y ese olor lo olí muchas veces. Yo le digo, para mí estaban quemando una persona". El testigo precisó que ese episodio ocurrió hacia julio o agosto de 1978.

Rodolfo Barberán fue el último secuestrado de la Brigada de San Justo. Según contó, estuvo un mes "sin escuchar ninguna clase de movimiento".

Después, para fines del '78 fue llevado a una comisaría de General Rodríguez, luego a las cárceles de Devoto y Caseros y finalmente a la U9 de La Plata.

La Cámara le informó a Barberán que cuenta con la ficha de su ingreso en esa dependencia. Allí, el principal cargo en su contra es la "tenencia de un croquis de un regimiento militar", dato que el propio Barberán desmintió.

El testigo agregó que tuvo una causa federal en su contra por "presunta vinculación con la subversión", por lo que fue condenado a dos años de prisión. El cumplimiento de la pena coincide exactamente con la fecha de liberación de Barberán de la U9: 26 de marzo de 1980.

Esta coincidencia podría aportar líneas de investigación sobre la vinculación entre la maquinaria ilegal que secuestraba personas durante la dictadura y el aparato del Estado que pretendía ser legal, en el caso de las personas que, como Barberán, tuvieron causas penales en la Justicia.



Fracturado

En otro orden, la Cámara informó que el ex subdirector del Hospital Naval, Antonio Richa, llamó al Tribunal para decir que no podía presentarse hoy a declarar ya que padece una fractura de fémur, y solicitó ser llamado nuevamente dentro de un mes.



Participantes

De las audiencias de hoy participaron los jueces Leopoldo Schiffrin y Julio Reboredo; el fiscal ad hoc, Félix Crous; y los abogados de la APDH La Plata Jaime Glüzmann, Marta Vedio y Alicia Peralta. 

  

 

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