Miércoles 12 de Junio de 2002 

Informe de Prensa de la APDH La Plata - Juicio por la Verdad

 

 

Declararon dos policías que estuvieron en operativos represivos
Tanto Osvaldo Macceroni como Rául Monzón negaron haber tenido responsabilidad en los procedimientos. El segundo, aún en actividad, admitió haber estado en el ataque a "La Casa de la Resistencia". Señaló que le comentaron que había una bebé, pero que no le dijeron qué pasó con ella.


Por V. Wiman, L. Miguel y F. Martínez (Secretaría de Prensa) 

 

LA PLATA (12jun02).- El ex policía Osvaldo Argentino Macceroni describió hoy un operativo durante la última dictadura del que formó parte en la esquina de 39 y 143 de esta ciudad, cuyo resultado fue el de cuatro personas asesinadas por las Fuerzas de Policía y del Ejército.

El procedimiento podría tratarse del mismo en el que fue atacada la vivienda de María Angélica Banças y su hija, María del Carmen Cañas, ubicada en esa esquina: los datos que aportó hoy Macceroni coinciden con lo que declaró en el Juicio el hijo de Banças, Martín Horacio Cañas, en septiembre de 2000.

"Hubo un enfrentamiento y el primero en llegar fue el Ejército. Fue terrible. Murieron cuatro personas y la casa se prendió fuego", contó hoy el ex policía, que participó junto con sus compañeros de la comisaría 4º, comandados por el comisario Rodolfo Quartucci. "Había una mujer mayor detrás de un tanque de agua y tiraba para afuera. Cayó de ahí arriba a la calle; después la vi muerta", dijo.

Y agregó: "También había una nena y un nene. Los trajimos a la comisaría, les compramos ropa, les dimos de comer, los tuvimos dos días. Pero no sé cuál fue el destino, eso lo determinaba el comisario".

Martín Cañas declaró en el año 2000 sobre el episodio en el que murieron su madre y su hermana, el 3 de agosto de 1977. "El 4 a la mañana me dicen que el día anterior había habido un operativo y que los habían matado a todos", recordó el testigo, que además tiene dos hermanos desaparecidos.

En la casa también había dos niños de corta edad, Ernesto Valiente y Cecilia Porfidio. Cuando el padre de Cañas se acercó a la vivienda para ver si encontraba algo que le indicara cuál había sido el destino de los chicos, se encontró con tres policías que identificó como de la comisaría 4º. Ernesto y Cecilia fueron finalmente hallados en la Casa Cuna de La Plata.

Los relatos de Macceroni y Cañas también coinciden en que la casa fue incendiada después de que fueron retirados los cuerpos de las cuatro personas asesinadas.

"No hubo ningún enfrentamiento. Mi madre entregó a los chicos, para que no les ocurriera nada, y luego la asesinaron. A mi hermana la torturaron para preguntarle por mí y por mis hermanos, y luego la mataron", contó Cañas hace un año y medio.

El ex policía Macceroni fue citado originalmente para prestar declaración sobre el caso de otro policía de la comisaría 4º, Daniel Omar Martinicorena, quien está desaparecido desde el 8 de julio de 1977.

La esposa del desaparecido, Gladys Elizabeth Bianchi, había declarado el 29 de mayo último que "Macceroni, que era el chofer de la camioneta de Policía, como era un vecino mío, me contó que (Daniel) había sido secuestrado por cuatro compañeros de él".

Hoy, el ex policía afirmó que "los compañeros fueron los que se lo llevaron, eso no me lo saca nadie de la cabeza. Lo hizo desaparecer el comisario Quartucci".

Y añadió que se tuvo que ir de la policía por querer averiguar el destino de Martinicorena: "Dentro de la fuerza era muy embromado estar en contra de los que estaban de un lado. Un día me llamó un sargento -a quien más tarde en la audiencia identificó como alguien de apellido Villanueva- y me dijo que me convenía irme de la comisaría porque me iba a pasar lo mismo que a Daniel". Después, indicó, le hicieron presentar la renuncia.

Asimismo, el ex policía manifestó que "también la gente de la Unidad Regional de La Plata" estuvo involucrada en el secuestro de Martinicorena, quien, según lo que reconstruyeron sus familiares y amigos, fue detenido ilegalmente después de una cena organizada en una casa en 39, entre 26 y 27, para despedir a Quartucci, que pasaba a retiro. "Todos los que fueron a esa fiesta saben cómo fue", expresó el testigo.

"Un tiempo después, en un operativo, los de la Unidad Regional me dijeron: '¿Así que tenían un subversivo adentro de la fuerza?' ", recordó Macceroni. Y añadió: "Lo hicieron pasar como 'subversivo'. (Después del secuestro) lo trasladaron primero a la Unidad Regional -en 12 y 60-, de ahí al campo que había en Arana y de ahí no apareció nunca más".

Cuando se le preguntó a qué "campo" hacía referencia, Macceroni respondió: "Era ese campo en Arana en donde desaparecía la gente". Los dos coinciden con lo aportado a la familia por un ex detenido de apellido Gutiérrez, quien dijo que en cautiverio Martinicorena le contó que pasó por Arana.

Rodolfo Quartucci, el comisario a cargo de la comisaría 4º y, según Macceroni, responsable del secuestro de Martinicorena, había sido citado para prestar declaración informativa en el día de hoy. No obstante, la Cámara Federal no informó a tiempo a la APDH La Plata que sería imposible la comparecencia del policía, dado que Quartucci ya no vive, motivo por el cual se informó erróneamente acerca de su presencia en el informe de ayer.

"El comisario tenía sus preferidos, y siempre quedaba gente fuera de su contorno, que no estaba de acuerdo", dijo hoy Macceroni sobre el policía fallecido. Y agregó que este grupo, comandado por Quartucci, trabajaban en conjunto "dentro de la policía o extrapolicía; hacían trabajos para ellos, por ahí de 'levantar' gente, sin pasar por policía. Y esto era conocido en toda la comisaría".



Casos Favero y Mariani

En la jornada de hoy también declaró el comisario inspector de la Policía bonaerense Raúl Ricardo Monzón, quien en la actualidad presta funciones en el Comando de Patrullas de Berazategui. Compareció vestido con el uniforme de la fuerza, exhibiendo seis condecoraciones, y tras apoyar la gorra sobre el estrado.

Monzón fue convocado en el marco de la causa en la que se investiga la desaparición de Daniel Favero y su esposa, María Paula Álvarez, ocurrida el 24 de junio de 1977 en un departamento de la calle 57, entre 12 y 13, de esta ciudad.

El policía, que entonces era ayudante subinspector y se desempeñaba en el Cuerpo de Infantería local, era amigo y superior del entonces agente Gerardo Pérez, dueño de un departamento contiguo al del matrimonio desaparecido, desde el que cuatro policías de la Brigada platense vigilaron a los Favero.

Los jueces dirigieron sus preguntas a determinar el rol de Monzón en ese operativo. "Escuché que hubo un operativo ahí, pero no estuve. Ese día yo estaba de guardia en Infantería", dijo el comisario.

Además, agregó que nunca supo que Pérez hubiera puesto su departamento a disposición de un operativo que comandó la Brigada de Investigaciones. Y señaló que pudo ser factible que un superior le hubiera ordenado a Pérez poner el departamento al servicio de ese operativo y que él no se hubiera enterado.

Debido a las contradicciones de los policías que ya declararon en la causa, la Cámara no pudo determinar si Favero y su esposa fueron asesinados durante el operativo o secuestrados e ingresados en el circuito de centros clandestinos.

Por otro lado, los jueces interrogaron a Monzón por su participación en el procedimiento en el que fueron asesinados Diana Teruggi, Daniel Mendiburu Eliçabe, Roberto Porfidio y Juan Carlos Poiris, y secuestrada la beba Clara Anahí Mariani, en la hoy denominada "Casa de la Resistencia", en 30 entre 55 y 56.

El 24 de noviembre de 1976, Monzón concurrió al operativo al mando de diez oficiales de Infantería, que se apostaron sobre la calle 29 para cerrar la manzana. "Nuestra misión era estar ahí atrás. Yo comandaba al grupo, pero estaba subordinado a la gente de (la Brigada de) Investigaciones", aseguró el comisario, que remarcó que nunca ingresó a la casa porque "lo teníamos prohibido". También recordó que durante el procedimiento estuvieron presentes el Ejército y la Marina: "No tengo ni idea qué hacían ellos. Se supone que ese día fueron a buscar gente que estaba en contra de esa época (sic)", agregó.

Los jueces, entonces, le preguntaron qué sabía de aquel operativo. "Dijeron que murieron siete u ocho y los trasladaron a la morgue", respondió.

-¿Se enteró que había un bebé dentro de la casa?- inquirió el juez Alberto Durán.
-Me comentaron que había un bebé, pero no sé que pasó con él. No me acuerdo.

La participación de Monzón en aquel procedimiento se desprende de su legajo, que señala que recibió una condecoración el 30 de noviembre de 1976, seis días después del ataque a la casa. "La Jefatura lo felicita, ha tenido activa participación en un enfrentamiento armado con elementos marginados de la sociedad, dejando plenamente asentado en el evento la valentía, capacidad y celo profesional con que se encuentran dotados los efectivos de esta repartición", dice el legajo.

No obstante, Monzón reiteró que su función se limitó a vigilar que "nadie huyera" por la calle 29, donde hizo guardia, y que no ingresó en la vivienda. También agregó que las condecoraciones se daban "por el hecho de haber estado en el lugar, nada más".

El comisario aclaró también que en esta clase de operativos el Cuerpo de Infantería obedece las órdenes de la Brigada de Investigaciones. Los jueces, entonces, le preguntaron cómo hacía para reconocer el rango de un policía vestido de civil (los integrantes de las brigadas operan de esa manera): "Bueno, uno ve que hay un hombre a cargo de un grupo y que todos acatan las órdenes y, bueno, ese es el jefe".

-Entonces un buen actor podría ordenar a la Infantería -le dijo el juez Leopoldo Schiffrin en tono irónico.
-Y, sí. Infantería era una fuerza disciplinada. No preguntaba, acataba órdenes.

Durante la última dictadura funcionó un centro clandestino de detención en el Cuerpo de Infantería de la Policía, en 1 y 60 de esta ciudad. Las preguntas de los jueces también se dirigieron en ese sentido.

Monzón reconoció sin vueltas la existencia del centro clandestino y dibujó un plano sobre el lugar, a pedido de un abogado de la APDH La Plata. Reconoció que "los detenidos estaban en una compañía (galpón)", pero deslindó responsabilidades de los efectivos policiales al afirmar que "eso estaba a cargo del Ejército" y que "nosotros estábamos en la puerta, pero no podíamos ingresar" al galpón.

Además, calculó que habría alrededor de 120 personas detenidas ilegalmente, "100 hombres y veinte mujeres, más o menos", a quienes se ingresaba por una puerta trasera "con los ojos vendados". Y añadió que el centro clandestino funcionó entre 1976 y 1979.

Por otro lado, dijo que los detenidos eran alimentados por el Ejército, pero que "cocinaba el cocinero nuestro".

Monzón, además, demostró tener una excelente memoria al ser preguntado puntualmente sobre distintos hechos vinculados con la represión ilegal en La Plata. Pero cuando se le inquirió que enumerara todos en los que estuvo, dijo: "He ido a varios procedimientos, innumerables, pero no los recuerdo a todos exactamente".



"Vulgares extorsionadores"

En tanto, un matrimonio declaró por el caso de la desaparición de Néstor Ardeti, producida el 6 de agosto de 1979. Ese día, Ardeti fue secuestrado en un negocio de reparación de electrodomésticos en el que trabajaba en "Florencio Varela".

Cuando Consuelo Orellano, esposa del desaparecido, vio que su marido no llegaba, fue a la casa de un matrimonio amigo a pedir ayuda. En su vivienda de 123 entre 40 y 41 los recibió María Clotilde Suárez y José Héctor Orbaiceta, quienes declararon hoy.

"Un día lunes apareció la señora con sus dos hijos. Después de eso, mi casa fue allanada por personas que entraron en forma brusca preguntando por la señora de Ardeti", declaró Suárez.

La mujer dijo que los represores se llevaron a Orellano de la casa y dejaron a los chicos en el lugar. "Después volvieron y creo que en uno de los autos estaba Ardeti", recordó y agregó: "La señora dijo que la habían llevado a su casa y que ahí estaba su esposo golpeado".

Según contó la esposa del desaparecido durante su testimonio en octubre de 2000, un grupo de Tareas de la ESMA se encargó de contactar a Ardeti con su familia, con el fin de extorsionarla para quitarle dos inmuebles: una casa y un negocio. Entre ellos, estaba el represor detenido en México Ricardo Miguel Cavallo.

En las dos testimonios recogidos hoy en la causa se nombró a un hombre bien vestido y de "bigote fino" que estaba entre el grupo represivo, datos que concuerdan con la descripción física de Cavallo.

Por su parte, José Orbaiceta contó que volvía del trabajo cuando encontró que su casa estaba "tomada" por el Grupo de Tareas. "Me pusieron una escopeta en la cabeza y me preguntaron qué relación tenía con ellos (por Ardeti y su esposa)", aseguró.

El testigo comentó que los represores "buscaron en todo momento que yo me hiciera cargo de los chicos" de Ardeti. "No eran más que vulgares extorsionadores que querían quedarse con los bienes", describió Orbaiceta, y mencionó que entre ellos estaba el represor Adolfo Miguel Donda.

Agregó que después de estos hechos, y dada su militancia política en aquellos años, decidió exiliarse. "Dejé mi casa, hice las valijas y me fui a Brasil", contó.



Participantes

De la audiencias de hoy participaron los jueces Leopoldo Schiffrin, Julio Reboredo y Alberto Durán; el fiscal ad hoc, Félix Crous; y los abogados de la APDH La Plata Jaime Glüzmann, Marta Vedio y Elizabeth Rivas. 

  

 

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