Miércoles 14 de Agosto de 2002 

Informe de Prensa de la APDH La Plata - Juicio por la Verdad

 

 

Causa Mariani: Dos ex policías detenidos por falso testimonio
Una felicitación de Camps en sus legajos los relacionaba con el ataque a la casa del matrimonio asesinado. Los policías se mostraron reticentes a colaborar. El fiscal que impulsó la denuncia penal sostuvo que "esto parece una confabulación". Excluyeron de la audiencia al abogado Ramos Padilla, representante de la familia Mariani por criticar a la Cámara en plena audiencia, por la forma en que lleva adelante el caso.


Por Vanina Wiman y Francisco Martínez (Secretaría de Prensa) 

 

LA PLATA (14ago02).- Dos policías retirados que prestaron servicios en la Brigada de Investigaciones de La Plata fueron detenidos hoy por haber cometido el delito de falso testimonio. José Antonio Damato y Vicente Oscar Trédicce declararon en la causa en la que se investiga la desaparición de la beba Clara Anahí Mariani, el 24 de noviembre de 1976.

Según la declaración del ex policía Hugo Batillana en el Juicio, el 10 de julio pasado, Damato y Trédicce formaban parte de un grupo policial al que también pertenecían los ex policías Santiago Antonini y Enrique Nilsson.

El 15 de diciembre de 1977, los cinco efectivos recibieron una felicitación de parte del entonces jefe de la Policía Bonaerense, coronel Ramón Camps. El motivo del reconocimiento, según se lee en los legajos de los policías, fue "detener a gran cantidad de delincuentes, como asimismo abatir a catorce malhechores masculinos y seis femeninos".

El texto continúa: "Por otra parte, fue posible detectar mecanismos automáticos que mediante falsas paredes y pisos mantenían oculto armas y otros elementos sustraídos". Esto era probablemente una alusión a la imprenta clandestina que funcionaba en los fondos de la casa de los Mariani, que fue atacada el 24 de noviembre de 1976, en un procedimiento en el que fueron asesinadas cuatro personas y desapareció Clara Anahí, de 3 meses de edad.

Por esta razón, los cinco policías tuvieron que declarar ante la Cámara, en el marco de la investigación del secuestro de la bebé. El 17 de julio pasado, Antonini y Nilsson fueron arrestados inmediatamente después de su testimonio: el primero, por el delito de privación ilegal de la libertad de María Isabel Chorobik de Mariani; el segundo, por falso testimonio.

Hoy, Trédicce y Damato dijeron no saber nada de la felicitación de Camps y negaron haber participado en ninguna investigación relacionada con el operativo en la casa de la familia Mariani, en calle 30 entre 55 y 56.

Damato, que se retiró de la Bonaerense con el grado de comisario, manifestó: "Yo jamás recibí ese premio. Note que no le digo 'no recuerdo'. Yo no he recibido nada". Añadió que a fines de 1976 estaba haciendo un curso en la Escuela Superior de Policía y que nunca participó "en ningún procedimiento de represión de la subversión".

Las preguntas de jueces y abogados sobre el desempeño de los ex policías en la Brigada de Investigaciones de La Plata -en la que funcionó un centro clandestino de detención- tampoco tuvieron respuestas claras. Ninguno de los dos supo dar precisiones sobre el funcionamiento de la dependencia. Ambos sostuvieron que existía un "área restringida" a la que el personal de la dependencia no tenía acceso y negaron saber de la presencia de detenidos ilegales en el lugar.

Según su legajo, Damato se desempeñó en la Brigada desde noviembre de 1974 hasta después de 1980. Trédicce entró en febrero de 1976 y se fue en julio del año siguiente.

Durante la declaración de este último, el fiscal lo interrogó sobre un punto particular de su legajo: un sumario por apremios ilegales. "Y... sumarios de esos debo tener muchos", respondió el ex policía con una media sonrisa.

La reticencia de Trédicce y Damato para colaborar con las investigaciones del Juicio les valió una denuncia penal por falso testimonio. El fiscal Félix Crous solicitó a los jueces el arresto de los ex policías y el inicio de una causa penal contra ellos. "Esto se acerca ya a una confabulación más que a un falso testimonio individual", sostuvo.

Asimismo, solicitó a la Cámara que, junto con la denuncia, se remitieran al juzgado de primera instancia copias de las grabaciones de las declaraciones de los policías. "Los jueces federales dejan libres en 45 minutos a estos señores, por no tener elementos de prueba en su contra", expresó Crous, y agregó que esto se puede evitar "si la Cámara acompaña el pedido con una copia de la grabación de la audiencia".

El Tribunal accedió a la solicitud de arresto y remitió a un juzgado federal la denuncia por falso testimonio, junto a copias certificadas de los legajos de los policías y del registro de las dos declaraciones.

Sólo las partes del Juicio y la prensa pudieron presenciar el arresto de Trédicce y Damato. Pocas horas antes, el público había sido desalojado de la sala por orden de los jueces, a raíz de las enérgicas protestas por parte de los presentes por la exclusión de la audiencia del abogado de la familia Mariani, Juan María Ramos Padilla.

Los jueces consideraron que el letrado había "perturbado el orden de la audiencia" durante el testimonio del médico Juan Carlos del Bono y dispusieron entonces una sanción en su contra: lo excluyeron de la audiencia del Juicio por la Verdad luego de que criticara a los jueces por su actuación en el caso de la desaparición de la beba Clara Anahí Mariani.

La resolución fue tomada por los jueces Leopoldo Schiffrin y Julio Reboredo, quienes recibieron un fuerte cuestionamiento de parte del letrado, por no resolver un pedido de privacidad en las audiencias orales y públicas, solicitado meses atrás. Cuando se comunicó la medida, Ramos Padilla planteó su derecho a revocatoria y se negó a retirarse de la Sala de Audiencias.

Entonces, Schiffrin llegó a pedir el arresto del abogado, que no se concretó por la resistencia de Ramos Padilla, que exigía la revocatoria, y por la situación inédita que se vivió en la Cámara Federal, en donde el público gritaba "respeto a los desaparecidos" y se oponía con gritos al retiro del ex juez federal por la fuerza pública.

Finalmente, Ramos Padilla se retiró de la sala por sus propios medios y el lugar fue desalojado.

El abogado había criticado a los jueces durante el testimonio del médico Juan Carlos del Bono, quien declaró sobre su rol en el Hospital Italiano de esta ciudad. El 24 de noviembre de 1976, las Fuerzas Conjuntas atacaron la casa de Diana Teruggi y Daniel Mariani, e hicieron desaparecer a su hija de tres meses, Clara Anahí, y Del Bono estaba entonces como médico de guardia.

Desde hace algunas semanas, la Cámara viene citando a policías que se sospecha participaron en el operativo. Además, el 3 de julio declaró el médico Héctor Darbón, quien firmó los certificados de defunción de los padres de Clara Anahí, y el parto de la esposa de un policía que participó en el operativo.

En esa audiencia, Ramos Padilla había pedido a los jueces que se le informara a la joven que nació en ese parto que había una investigación en el Poder Judicial sobre su identidad. Sin embargo, los jueces nunca resolvieron esa petición.

Durante la audiencia del médico Del Bono, Ramos Padilla señaló que "pedimos reserva del expediente el 16 de abril" y no obstante "aquí (en la audiencia) surgen nombres, datos". Y sentenció: "El Tribunal ha hecho todo mal".

Seguidamente, el abogado afirmó, casi a los gritos, que como había trascendido públicamente la investigación de la Cámara sin comunicarle esto a la joven, la abuela María Isabel Chorobik de Mariani quería leer una carta pública a su nieta.

Entre otros conceptos, la carta señala que "sin medir las consecuencias, personas que yo no autoricé hablaron públicamente del caso" y le dice a Clara Anahí que eso es "una intromisión que pone en peligro todos los cuidados tomados para preservarte".

En mayúsculas, la abuela Mariani declara: "Temo que esto te aleje de mí", y pide "discreción" a los medios de comunicación y "silencio y respeto, para esa joven que podés ser vos, Clara Anahí, pero puede no serlo". La carta, que se publica completa al pie de este informe, fue finalmente leída por Alejo Ramos Padilla, hijo del ex juez y también apoderado de Mariani, cuando ya Schiffrin y Reboredo se habían retirado de la sala.

Es necesario destacar que esta Secretaría de Prensa acordó con la Abuela Mariani no dejar trascender públicamente el nombre del policía ni de su esposa, de quienes se presume podrían ser los apropiadores de Clara Anahí.

En la Cámara Federal se vivió una situación sin precedentes: Schiffrin y Ramos Padilla discutían por micrófono a los gritos. Uno le exigía retirarse de la Sala y el otro pedía por la revocatoria de la medida, que fue fundada en el artículo 370, segundo párrafo del Código de Procedimientos Penal.

"Ante la grave falta del abogado, teniendo en cuenta la necesidad de preservar el buen desarrollo del acto, se resuelve excluir a Juan María Ramos Padilla", dice la resolución de un sólo párrafo.

-Voy a pedir revocatoria, señor presidente -dijo Ramos Padilla, cuando la secretaria terminó de leer la resolución.

-Doctor, usted está excluído de la audiencia -sentenció Schiffrin.

De ahí en más, todo fue un griterío. Cuando Schiffrin pidió al auxilio de la fuerza pública, Ramos Padilla insistió en su derecho y declaró: "No voy a abandonar a mi cliente".

El público comenzó a gritar cuando dos policías federales se acercaron al abogado y le pidieron que se retire. "No me toque", era la única respuesta que Ramos Padilla le dio a los policías, mientras alternadamente seguía la discusión con el juez en la que apeló a la ley 23.787 y al artículo 18 de la Constitución, de la que exhibió un ejemplar. "Esto se llama Constitución Nacional".

"¡Respeto a los desaparecidos!, ¡no lo toquen!", gritaba el público. "Desalojen la sala", retrucó Schiffrin.

Para calmar los ánimos, habló el fiscal Félix Crous: "Señor presidente, por esta situación amerita que la Cámara levante la audiencia de hoy y evalúe las condiciones de continuidad de este Juicio".

A continuación, Alejo Ramos Padilla tomó el micrófono y pidió que se le imponga la misma sanción que a su padre.

Entonces, Schiffrin dijo que no se podía resolver la petición del fiscal y una vez más ordenó desalojar la sala. Cuando los ánimos se volvieron a caldear con los gritos del público, el diputado Alfredo Bravo, presente en el lugar, tomó la palabra. Antes, en uno de sus pedidos de desalojo, Schiffrin había dicho que debía retirarse al público "con excepción de las partes y del diputado Bravo".

"Yo me siento comprometido con la defensa de los Derechos Humanos y no puedo admitir esta situación que se ha dado acá", dijo, con la voz calmada, arrancando aplausos del público.

Tras el desalojo, los jueces decidieron seguir tomando audiencias con la presencia de las partes y de la prensa. Minutos después, aparecieron carteles en los pasillos de Tribunales: "Señores jueces, basta de obsecuencia", "Verdad sin Justicia es impunidad", "Por exigir Justicia nos desalojaron de la Sala", decían.


En referencia a este episodio, Marta Vedio, Secretaría Jurídica de la APDH La Plata, sostuvo que este organismo "apoya, como lo ha hecho desde el comienzo de este Juicio, a la señora de Mariani en su reclamo. Y en la cuestión particular que se suscitó hoy nos parece muy razonable que se requiera la más estricta reserva para tratar casos de chicos apropiados".

"Por otro lado -añadió-, también nos parece importante expresar una vez más nuestro reconocimiento al Tribunal, que mantiene firme, contra todos los embates, el único juicio oral y público por la Verdad que se sustancia en la República Argentina. Sin Juicios por la Verdad, probablemente no habría habido declaraciones de nulidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Seguiremos adelante con este proceso y seguiremos reclamando Verdad y Justicia, y Juicio y Castigo para todos los genocidas".



Mensaje a mi nieta Clara Anahí Mariani

Mi querida Clara Anahí:

Hace más de veinticinco años que te estoy buscando, sola al principio, y luego desde mi lugar de fundadora y presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Asociación a la que renuncié en 1989. Continué la búsqueda otra vez sola, como cuando te secuestraron, pero acompañada por el afecto de mucha gente. A lo largo de estos veinticinco años de busqué día por día, sin descanso, llorando desesperada al principio, luego aprendí a tragarme las lágrimas, a anudar el corazón y seguir... y seguir. Crecías, y mi angustia también. Seguí algunas pistas, y cuando creía tenerte cerca mi esperanza se diluía, una y otra vez.

Pensé y pienso que debo ayudarte a salir de esa orfandad a la que te condenó la dictadura militar cuando asesinó a tus padres. Debés vivir sin las ataduras esclavizantes de las dudas y los miedos que seguramente no sabés de donde te vienen. Debés recuperar tu identidad, tu derecho a vivir sabiendo que tenés familiares que te esperan con el mismo amor que el día en que naciste.

Muchas personas e instituciones me ayudaron en estos años y su apoyo fue invalorable, lo que agradezco, así como a los medios de comunicación que siempre me acompañaron en tu búsqueda, pero hoy aparece otra esperanza y quizá pueda llegar a tu lado. Necesito que sepas que no quiero que nada te dañe, que nada te haga sufrir. Solicité especialmente en el mes de Abril que esta búsqueda mía no tomara estado público. Yo no quería que esta noticia te llegara por otros. Pedí que fueras la primera en ser informada rápida y muy privadamente por la persona adecuada, y que te pidiera que colaboraras apelando a tus sentimientos que presiento fuertes y nobles.

Lamentablemente, sin medir las consecuencias, personas que yo no autoricé han hablado públicamente "del Caso". Una intromisión que pone en peligro todos los cuidados tomados para preservarte. TEMO QUE ESTO TE ALEJE DE MI, por lo tanto, en tu nombre y en el mío pido que nadie se entrometa, aún con buenas intenciones, en este momento tan delicado de tu vida y la mía. También pido discreción a los medios de comunicación, y solicito RESPETO y SILENCIO para esa joven que podés ser vos, Clara Anahí, pero no puede serlo. Su (o tu) privacidad debe ser resguardada, para que la Justicia resulte verdadera y humana.

Tu abuela Chicha, que te quiere, te busca, te espera...

14 de Agosto de 2002



Partos en el Hospital Italiano

En tanto, prestó declaración Elena Mariana Cavallini, que había sido citada también en el marco de la causa en la que se investiga la desaparición de Clara Anahí Mariani. La testigo, que trabaja como médica en el Hospital Italiano, respondió a preguntas sobre el funcionamiento del nosocomio durante la última dictadura y, más precisamente, sobre el supuesto parto de la esposa de un policía el 27 de noviembre de 1976, tres días después de la desaparición de la hija del matrimonio Mariani.

Cavallini no participó de ese parto, pero explicó el procedimiento de la confección de las actas de nacimiento. "El médico que atiende el parto hace el certificado de puño y letra. Eso quiere decir que el que firma el certificado o lo atendió personalmente o al menos estuvo presente", detalló la testigo.

En julio pasado, declaró el médico policial Héctor Amílcar Darbón, el médico policial que firmó tanto el acta del supuesto nacimiento de la hija de la esposa del policía, como los certificados de defunción de Diana Teruggi y Daniel Mariani, los padres de Clara Anahí.

El médico sostuvo que, aunque su firma figuraba en ese acta de nacimiento del 27 de noviembre de 1976, él no había estado presente en ese parto y, por lo tanto, no podía aportar ningún dato al respecto.

Hoy, Cavallini afirmó que "no hay posibilidad de que firme el certificado alguien que no estuvo en el parto. Eso sería algo muy grave".



Policía desaparecido

En otro orden, también prestó declaración el comisario retirado Carlos Horacio Echeverría. El ex policía había sido mencionado ante la Cámara por otro ex compañero de la comisaría 4º, Osvaldo Maseroni, como miembro de un grupo de tareas.

Además, Maseroni había afirmado que el policía había estado presente en el asado de despedida al comisario Rodolfo Quartucci, después del cual el efectivo Daniel Omar Martinicorena fue secuestrado, el 8 de julio de 1977. Hoy, Echeverría negó todo lo que su ex compañero afirmó. "Yo nunca maté, ni secuestré, ni torturé", sostuvo, y dijo no recordar a Maseroni. Añadió que "(a esa cena) yo no recuerdo si fui o no fui. De la desaparición (de Martinicorena) me enteré, pero no recuerdo ni cómo".

El testigo dijo que "a Martinicorena lo recuerdo muy vagamente, no tuve trato habitual con él". Echeverría prestó servicios en la comisaría 4º entre 1972 y abril de 1977.



Participanrtes

De las audiencias de hoy participaron los jueces Leopoldo Schiffrin y Julio Reboredo; el fiscal ad hoc, Félix Crous; los abogados de la APDH La Plata Jaime Glüzmann, Marta Vedio y Alicia Peralta; y los abogados Juan María Ramos Padilla y Alejo Ramos Padilla, en representación de María Isabel Chorobik de Mariani. 

  

 

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