Miércoles 18 de Diciembre de 2002 

Informe de Prensa de la APDH La Plata - Juicio por la Verdad

 

 

Un ex secretario de SMATA dice que "erradicación es una palabra "fea y mala"
La Cámara Federal lo interrogó sobre el convenio de trabajo firmado entre el sindicato y la Mercedes Benz que refiere "la erradicación de los factores negativos perturbadores" de la fábrica. "Me duele haber puesto esa palabra", dijo. Declaró también un ex gerente de la empresa y la esposa de uno de los desaparecidos.


Por Lucas Miguel (Secretaría de Prensa) 

 

LA PLATA (18dic02).- Orlando Armentano, ex secretario de Turismo del SMATA y firmante del convenio de trabajo con Mercedes Benz que refería "la erradicación de los factores negativos perturbadores" de la fábrica, aseguró hoy en el Juicio por la Verdad que cuando suscribió el contrato no lo leyó "con profundidad" y que la palabra "erradicación" es "fea y mala".

Armentano fue convocado por la Cámara Federal de esta ciudad para aclarar los pormenores del artículo 29 de la convención colectiva de trabajo firmada entre Mercedes Benz y el sindicato de los mecánicos en el Ministerio de Trabajo en junio de 1975. El mentado artículo sostenía que los firmantes se comprometían a "la erradicación de todos los factores negativos que puedan perturbar el normal desenvolvimiento de la actividad laboral y empresarial" y obligaba a la automotriz a pagar el 1 por ciento del total de sus ventas al sindicato, que financiaría con ello "obras de asistencia y acción social a favor de los trabajadores representados por el mismo".

- Esta cláusula es extraña. La palabra "erradicación" hace acordar a los decretos (de aniquilamiento de la subversión) de la época- le dijo el juez Leopoldo Schiffrin al testigo.

- Hoy la comprendo. En ese momento no la leía con profundidad. Ahora me doy cuenta que esa palabra nos dio muchos dolores de cabeza a los argentinos. Me duele haber puesto esa palabra. Es tan fea y tan mala...- respondió Armentano.

Tal como lo advirtió el juez Schiffrin, los términos del convenio remiten a los decretos de aniquilamiento de la subversión firmados por el entonces ministro de Trabajo, Carlos Ruckauf, y el resto del gabinete de María Estela Martínez de Perón. Y también se asemejan al documento interno que Mercedes Benz Argentina preparó sobre el conflicto laboral de octubre de 1975, que señala "los esfuerzos" de Ruckauf y el SMATA "para eliminar a los elementos subversivos de las fábricas", y que está incorporado en la causa.

El ex sindicalista fue interrogado también sobre el destino de aquel 1 por ciento, que la periodista alemana Gabriela Weber calculó en 30 millones de dólares anuales: "Adónde fueron a parar los fondos, no sabemos. No estoy capacitado para decirlo, porque yo no tenía una función administrativa", eludió Armentano, que renunció al SMATA el 29 de diciembre de 1975, tras una discusión con su titular, José Rodríguez.

Según comentaron fuentes confiables a esta Secretaría, el portazo se habría producido porque Armentano reclamaba una parte de aquel dinero para comprarse una casa y Rodríguez se la negó.

"Mi desacuerdo (con SMATA) no era por problemas económicos -aclaró el ex sindicalista cuando le preguntaron por la causa de su renuncia-. Igual, yo no tenía posibilidad de control sobre ese dinero".

Armentano además aseguró que, "recién ahora, por los medios, me entero de los (14) desaparecidos de Mercedes Benz" y defendió a su viejo jefe: "No creo que José Rodríguez haya querido hacer desaparecer a algún compañero", afirmó.

Preguntado por los conflictos gremiales de octubre de 1975, que llevaron a la constitución de una nueva comisión interna disidente con el sindicato -algunos de sus miembros desaparecieron tras el golpe de Estado de marzo de 1976-, respondió que "era vox populi que los trabajadores de Mercedes no eran adictos al SMATA".

A comienzos del '76, Armentano se presentó a pedir trabajo en la empresa Ford, donde se había desempeñado entre 1968 y 1974. "La planta (de General Pacheco) estaba llena de milicos", graficó. "Estoy convencido de que la Ford pasó (a los represores) los nombres de los compañeros desaparecidos" de esa fábrica, dijo. Y añadió que sólo concurrió a trabajar tres días porque luego comenzaron a perseguirlo.



La "inteligencia" de Ceriani

Hoy también declaró el ex gerente de personal de la planta de Cañuelas (Gran Buenos Aires) de la Mercedes Benz, Arnaldo Ceriani. Este fue su segundo testimonio en el Juicio por la Verdad.

La citación se debió a que el ex encargado de los asuntos jurídicos de Mercedes, Rubén Cueva, afirmó que había conseguido una "lista negra" de nombres de obreros por medio de información proveniente de la Gerencia de Personal.

Esa lista apareció en una denuncia ante la Policía Federal que Cueva hizo en octubre de 1975 por el secuestro del gerente Heinrich Metz, reinvindicado por Montoneros. "Presumo que (las informaciones) me fueron dadas por la Dirección de Personal que en ese momento ejercía el doctor D'Elías o el Sector de Personal de la Fábrica que ejercía el señor Ceriani", declaró Cueva, quien además señaló que la lista podría haber sido conseguida a través de "tareas de espionaje en las asambleas" de trabajadores.

Hoy Ceriani explicó que "las asambleas se hacían en la puerta de la fábrica, sobre la ruta 3. Ahí había un puesto de vigilancia. Entonces era fácil enterarse. Además, eran asambleas públicas. Uno, por curiosidad, preguntaba".

- ¿Cómo era el recorrido de la información hasta que llegaba a los gerentes?- preguntó la abogada de la APDH La Plata Marta Vedio.

- La empresa no tenía designada a una persona para ir a escuchar. Si iba un representante de la empresa a las asambleas, seguro lo echaban. Los que andaban entre los delegados y los trabajadores eran del personal de seguridad. Cuando hablo de informante, no hablo de alguien que se arrastra para conseguir la información, sino de alguien de buena fe que venía a contar: "se viene un paro, se viene esto, se viene lo otro"- explicó el ex gerente.



"Me indemnizaron como si lo hubieran despedido"

Beatriz Yanklewicz, esposa del desaparecido obrero de la Mercedez Benz Diego Núñez, aseguró a los jueces que tras el secuestro de su marido la empresa alemana le pagó "en forma inmediata" una indemnización. "Me la dieron como si lo hubieran despedido", aseguró.

Diego Núñez fue secuestrado en dos oportunidades. El 7 de agosto de 1977 un grupo de hombres de civil, fuertemente armado, se lo llevó encapuchado de la casa de sus padres. "Volvió el 9. Entró llorando, abrazó a las tres nenas y mis suegros", contó Yanklewicz. "Estaba muy deprimido y no quería hacer comentarios", agregó.

Ese mismo día Núñez concurrió a la empresa para que lo revisara un médico, que le recomendó sacar licencia.

El segundo secuestro se produjo cuatro días después. En la madrugada del 13 de agosto Yanklewicz vio por última vez a su marido. Otro grupo de entre 10 y 15 hombres armados irrumpió en su casa de Ciudad Evita, partido de La Matanza, y se lo llevó. "Dijeron ser 'fuerzas de seguridad' o algo así", recordó la mujer.

El sobreviviente Héctor Ratto, detenido ese mismo día en la fábrica, escuchó la voz de Núñez en el centro clandestino de detención que funcionó en el regimiento militar de Campo de Mayo.

En su declaración en el Juicio por la Verdad el año pasado, Ratto dijo que escuchó cuando el gerente Juan Tasselkraut le entregó a los militares la dirección de Núñez.

Un abogado alemán solicitó la semana pasada la captura internacional de Tasselkraut ante la Fiscalía de Nuremberg, que investiga los vínculos de la empresa con la represión ilegal en la Argentina.

La periodista Gabriela Weber había denunciado en el Juicio por la Verdad que Mercedes Benz siguió pagando los sueldos a los familiares de los desaparecidos "para que se callaran la boca". Hoy Yanklewicz dijo que la empresa "nunca" le pagó un sueldo y que tampoco le enviaron telegramas reclamando la presencia de su marido en la empresa, como ocurrió en otros casos. "Durante tres o cuatro meses, sus compañeros me llevaron una especie de subsidio. Y luego yo hice gestiones en la empresa por la indemnización, que me pagaron en forma inmediata. Lo hice porque me quedé sola con las tres nenas", relató la mujer.



Sin noticias

Hoy también declaró Sonia Lucía Simo en la causa abierta por la desaparición de su ex esposo Armando José Bautista, de quien se había separado dos años antes de su secuestro, que ocurrió el 1° de junio de 1976 en esta capital.

Simo no pudo aportar datos para la causa ya que, al momento del secuestro, no tenía trato con Bautista.

El desaparecido era trabajador de Astilleros Río Santiago y militaba en la Juventud Peronista. Antes había trabajado en Propulsora Siderúrgica.



Participantes

De las audiencias de hoy participaron los jueces Leopoldo Schiffrin y Julio Reboredo; el fiscal ad hoc Félix Crous; el defensor oficial Jorge Cozzi; y los abogados de la APDH La Plata Jaime Glüzmann y Marta Vedio. 


  

 

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