Miércoles 19 de Junio de 2002 

Informe de Prensa de la APDH La Plata - Juicio por la Verdad

 

 

Una testigo vio que Favero y su mujer salieron vivos de su casa
En una inspección ocular, los jueces recorrieron el lugar del secuestro de la pareja desaparecida. Se desmorona la versión policial del "enfrentamiento".


Por Francisco Martínez y Vanina Wiman (Secretaría de Prensa) 

 

LA PLATA (19jun02).- Una testigo del secuestro de Daniel Favero y María Paula Alvarez ratificó hoy ante la Cámara Federal que la pareja salió con vida de su departamento, luego del operativo policial que los hizo desaparecer el 24 de junio de 1977.

Alejandra López Comendador confirmó así sus dichos de octubre de 1999, que contradicen la versión policial del "enfrentamiento" y del "abatimiento" de los dos desaparecidos. Esta tarde, en una inspección ocular, los jueces y la testigo fueron hasta el departamento en el que vivían Favero y Alvarez, y del que fueron vigilados por una comisión policial cuyos integrantes declararon en el Juicio por la Verdad.

La mujer dijo que, desde su departamento, ubicado en la vereda de enfrente y a unos 20 metros, vio que "a Paula la sacaban viva, la llevaban alzada. Ella clamaba por su madre. Después, lo sacaron a Daniel a patadas". Los represores bajaron una pequeña escalera de acceso al edificio, en la calle 57 número 880 de esta ciudad.

"Como era invierno y los árboles no tenían hojas, yo pude ver desde mi ventana", graficó López Comendador, en una frase que repitió durante la recorrida. Y agregó, señalando la vivienda en la que ella estaba: "Mi hermano me pedía que no me asomara porque me iban a volar la cabeza".

Esa noche, López Comendador vio que dos autos habían llegado a la cuadra. Su hermano, Luis López Comendador, desaparecido cuatro días después, fue al 2°G del edificio donde vivía Favero.

Allí vivía un hombre al que la familia conocía desde 1974. Se llamaba Eduardo Pérez, cuya esposa y el hermano de ésta estaban armando junto a López Comendador una compañía de animación de fiestas infantiles. Esa noche fue a pedirles unos zapatos de tap, pero se encontró que había otros personajes en el departamento.

"No hay nadie y rajá de acá", le dijeron tres personas que en ese momento le parecieron unos "facinerosos". "Mi hermano ahí me dijo que algo malo iba a pasar", dijo hoy la testigo.

Después, desde su departamento los hermanos López escucharon un disparo. "Estoy segura que no hubo un tiroteo. Porque una cosa es ¡pum, pam!, y otra cosa muy diferente es un disparo", declaró Alejandra.

A los pocos minutos, vieron cómo retiraban a la pareja del edificio. López Comendador dijo que eran "bastantes" los represores que participaron. A los cuatro días, Luis López Comendador fue secuestrado del mismo departamento desde el que vio todo. Hoy está desaparecido.

Los policías que declararon en el caso dijeron que estuvieron haciendo "una ratonera" y que la orden que recibieron de sus jefes de la Brigada de Investigaciones era vigilar que Favero y Alvarez no se escaparan. Esa vigilancia se realizó en el 2°G, departamento que está contiguo al 2°E de la pareja.

En la inspección ocular, se comprobó que la distancia entre dos ventanas enfrentadas de los departamentos es de 3 metros. Y entre la puerta del "G" y del "E" hay 7 metros, teniendo cada una de ellas una mirilla de amplia visión.

Según la versión policial, el "enfrentamiento" comenzó cuando Favero y Alvarez salieron al pasillo con intenciones de retirarse del edificio. Hasta hoy se creía que para hacer eso tendrían que haber pasado por delante del departamento en el que estaban los policías, pero con la inspección ocular se comprobó lo contrario.

En efecto, el departamento "G" está al fondo del pasillo, desde donde los policías tenían toda la visión de lo que sucedía y un excelente punto de disparo. Uno de los policías, Julio Argüello, resultó herido, razón por la cual se formó un sumario policial que es de donde salieron los nombres de los oficiales que participaron.

Uno de las personas que participó de la inspección, charlando sobre lo sucedido, dijo que la versión de los policías resultaba ser "un cuento de pe a pa".

Tanto Julio Argüello, Raúl Machuca como Mario Sita dijeron que no sabían si después del "enfrentamiento" Favero y su mujer habían resultado muertos.

Argüello brindó tan pocas precisiones que los jueces decidieron denunciarlo por falso testimonio. Machuca, dijo los cuerpos de Favero y Alvarez "no se movían" . Y Sita contó que después del "tiroteo" se fue corriendo para la Brigada a pedir refuerzos.

El departamento "G" pertenecía en esa época a Eduardo Pérez a quien la testigo López Comendador calificó hoy de "loco". "Tengo miedo de lo que pueda hacerle a mis hijos", agregó.

La mujer mencionó además que Raúl Víctor Monzón, el policía que la semana pasada declaró no saber nada del hecho, concurría "asiduamente" al departamento de Pérez. Y lo reconoció en una fotografía que le exhibió el Tribunal.

Monzón era el jefe de Pérez en el Cuerpo de Infantería de la policía, pero negó saber que el policía haya puesto su departamento a disposición de un operativo represivo. "A mí me da la sensación de que eran amigos, iba siempre", dijo hoy López Comendador.

El fiscal Crous pidió durante la audiencia que la Cámara cite a declaración informativa a Pérez y a su esposa, Adriana Palacios.

En la inspección también estuvo la madre de Daniel Favero, Amneris Perusini. "Para mí es mucha emoción porque nunca había dado con un testigo", expresó. No había vuelto allí desde 1986, cuando un bioquímico la había dejado entrar para ver la vivienda desde la que fue secuestrado su hijo, que tenía entonces 19 años.



Matrimonio secuestrado

En otro orden, la ex detenida Nélida Baldi contó hoy las circunstancias del secuestro que sufrió junto a su esposo, Gino Farina, el 2 de abril de 1976. Ese día llegó a su casa a la madrugada con un amigo de apellido Caratoli, para encontrarse con su esposo. "Cuando entramos, la casa estaba tomada. Enseguida empezaron a pegarnos y nos encapucharon. Caratoli se asustó y trató de escapar, pero le tiraron y quedó herido", recordó la testigo.

"A mí me subieron a un auto y a mi marido lo pusieron en el baúl", agregó Baldi, y dijo que pasaron la noche en un lugar que no pudo identificar. "Caratoli estaba allí porque podía escuchar cómo gritaba", señaló.

Después, el matrimonio fue trasladado a la Brigada de Infantería de la Policía Bonaerense, en 1 y 60. "A mi me pusieron sola en una caballeriza. Al tiempo trajeron a otras mujeres", indicó Baldi, y añadió que los detenidos alojados en este centro clandestino eran llevados a Arana para ser torturados.

"Nos llevaban 'de paseo', como decían ellos, y nos preparaban desde la tarde. Nos metían en un camión que tenía arriba unos fierros, y nos ataban de allí. Íbamos a un lugar donde escuchábamos ruidos de campo, y que mi marido me dijo que era Arana", rememoró la testigo, y agregó: "Entonces nos tiraban en el asiento de un auto o de una camioneta y nos torturaban ahí adentro".

Baldi señaló que "la tortura psicológica era la peor" y contó que en una oportunidad fue obligada a escuchar cómo torturaban a su marido. También manifestó que eran corrientes los simulacros de fusilamiento: "A nosotros nos hicieron tres, y siempre había un hombre que decía ser cura que nos hacía todo el teatro de la despedida".

"Siempre estábamos en manos de la Policía Bonaerense, que estaban borrachos todo el tiempo y tenían 'permiso' para hacer de todo", recordó la ex detenida.

Después de 15 días, Baldi fue trasladada al penal de Olmos. En esa ocasión "pude verle la cara a un militar que era el que siempre estaba dirigiendo todo. Lo reconocí por la voz, porque cuando nos llevaban 'de paseo' él siempre me decía 'Negrita'. Era el responsable de las salidas".

"Estuve allí desde fines de abril hasta octubre o noviembre, cuando me trasladaron a Devoto. Al lado de este lugar, Olmos era un colegio de señoritas", expresó. "Había requisas muy violentas permanentemente, eran gente muy enferma. Varias chicas perdieron la cordura", aseguró Baldi, quien en total estuvo detenida cerca de cuatro años.

También declaró Roberto Sañer hermano de Leonardo, un joven de 26 años desaparecido el 21 de agosto de 1976. El testigo dijo que el secuestro se produjo a las 7 de la mañana. "Rompieron la puerta de la calle, que todavía tengo guardada", señaló.

El testigo dijo que su hermano fue secuestrado el mismo día que Gladys Mabel Amuchástegui, quien habría estado ilegalmente detenida en un centro clandestino de Arana.

Sañer dijo que fue a la comisaría 4° de La Plata a averiguar qué había pasado con su hermano. "Me dijeron que estaban bajo jurisdicción militar", afirmó. Con eso, se fue a una dependencia militar donde le explicaron que allí no había nadie detenido.

Con algunos problemas para recordar, Sañer igualmente aportó algunos datos sobre los secuestrados. Aseguró que lo secuestró "gente de las Fuerzas Armadas que tenía ropa de fajina". También señaló que sospechó que lo podría haber entregado un marino que concurría a un club de 22 entre 34 y 35, al que también concurría su hermano.

"Lo único que pido es que si alguno (de los represores) anda suelto... no se lo permita, señor juez", expresó Sañer, quebrado por el llanto.



Participantes

De las audiencias de hoy participaron los jueces Leopoldo Schiffrin y Julio Reboredo; el fiscal ad hoc, Félix Crous; el abogado de la APDH La Plata Jaime Glüzmann; y Mónica González Vivero, letrada de la Asociación Ex Detenidos-desaparecidos. 

  

 

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