Miércoles 21 de Agosto de 2002 

Informe de Prensa de la APDH La Plata - Juicio por la Verdad

 

 

Baume negó haber participado de la represión ilegal
El ex comisario de Marcos Paz fue señalado por la hija de un desaparecido como uno de los coordinadores del procedimiento en el que desapareció su padre, en junio de 1977. Además, Baume fue el jefe del centro clandestino "Sheraton". Hoy, sostuvo que "si retaceo información es porque no recuerdo".


Por Vanina Wiman y Francisco Martínez (Secretaría de Prensa) 

 

LA PLATA (21ago02).- El represor Leopoldo Luis Baume negó hoy haber participado en un operativo represivo en el que desaparecieron 13 personas, en Marcos Paz, mientras él era comisario de esa localidad. También quiso despegarse de su función como jefe del centro clandestino de detención conocido como el "Sheraton".

"Le soy sincero, no recuerdo", respondió Baume cuando se le preguntó sobre su intervención en el procedimiento del 11 de junio de 1977, en el que fuerzas militares y policiales irrumpieron en una casa quinta ubicada en Montesquieu y Urquiza. Entre las personas que desaparecieron ese día, se encontraba Héctor Aníbal Bellingeri.

En mayo de este año, Claudia Bellingeri, hija del desaparecido, afirmó ante la Cámara que "el que coordinó la parte policial del procedimiento fue Leopoldo Luis Baume, que era el comisario de Marcos Paz". Y añadió: "Llegó a esa ciudad en febrero de 1977 y antes había sido el responsable del «Sheraton». Evidentemente, Baume era parte del sistema represivo".

En su declaración ante los jueces, el represor negó toda vinculación con el episodio de junio de 1977. "Yo no participé en nada, ni siquiera me encontraba en Marcos Paz", se defendió hoy. Y agregó: "Yo no recuerdo haber hecho actuaciones (sobre el caso). La policía local no participó en nada, creo que fueron las fuerzas militares".

"Llegó un momento en que la Policía no tenía que intervenir, era la norma", manifestó el ahora comisario general retirado. Los jueces le preguntaron entonces cuál había sido la directiva a la que obedecía, pues de no existir una, era obligación de la comisaría intervenir en los hechos que ocurrían en su jurisdicción. Pero Baume no supo precisar si había recibido órdenes específicas de mantenerse al margen.

"No le estoy retaceando información -dijo, dirigiéndose al juez Schifrin-, pero no recuerdo ningún pedido. Debe haber existido, sin duda, pero no lo recuerdo".

La abogada de la Asociación Ex Detenidos Desaparecidos, Mónica González Vivero, dirigiéndose al represor, intervino: "Dada su jerarquía, o tuvo órdenes de no intervenir o llega y lo mínimo que puede hacer es enterarse de lo que pasó". Y añadió: "Hay subordinados suyos que participaron (del operativo). Así que es mejor que vaya haciendo memoria".

Los vecinos de Marcos Paz que presenciaron el movimiento militar y policial que se desplegó en esos días en la ciudad reconocieron a policías de la comisaría local como participantes del operativo. "Todo el pueblo lo vio", le advirtió el juez Schifrin a Baume, quien sólo atinó a responder: "Yo le sigo contestando lo mismo: no recuerdo".

El represor dijo que recibió, apenas regresó a la ciudad, un informe sobre el procedimiento, confeccionado por sus subordinados. No obstante, no pudo precisar cómo obtuvieron los policías locales esa información, si, como dijo Baume, no habían tenido vinculación alguna con el operativo.

"Es verdad, no sé cómo explicarle, no sé cómo se enteraron, si alguien vino a avisarles o qué", expresó, y repitió varias veces durante la audiencia: "Si no estaban obligados, no intervenían. Trataban de que fuera de otro el problema".

Después del ataque a la quinta, las fuerzas militares y policiales mantuvieron la vivienda ocupada por varios días. Baume afirmó que volvió a Marcos Paz apenas se enteró del episodio, pero dijo no recordar con precisión con qué se encontró. "Movido por la curiosidad, pasé por ahí, aunque no recuerdo haber entrado", manifestó.

En junio de 1985, Ricardo Félix, un fotógrafo de policía que estuvo presente en la quinta después del operativo, declaró en una causa que investigaba este mismo episodio. Félix vio por lo menos tres cadáveres en la entrada y en el interior de la casa. Cuando se le contó esto durante la audiencia, Baume dijo no recordar si pudo ver evidencias del procedimiento, como cadáveres, cápsulas de bala o manchas de sangre. "No se enoje si le digo que no me acuerdo. Es que había mucho desorden", se excusó.

Hacia el final de la audiencia, la abogada González Vivero comenzó a interrogar al represor acerca de sus funciones, hasta enero de 1977, en la subcomisaría de Villa Insuperable, en Capital Federal, en donde funcionó el centro clandestino de detención denominado el "Sheraton".

Baume sostuvo que el sector de la dependencia en donde funcionaba el centro clandestino "había sido tomado por el personal militar, que utilizaba las celdas". Y agregó: "El resto de la subcomisaría seguía funcionando normalmente".

Al llegar a este punto del interrogatorio, el juez Schifrin expresó: "Este punto no se puede abordar, dado el carácter testimonial de esta declaración". Debido a que Baume ha sido señalado como el responsable directo del "Sheraton", se lo considera como posible imputado en delitos cometidos allí durante la última dictadura.

Es por eso que, de ser convocado para responder sobre su actuación en el centro clandestino, la declaración debe ser de carácter informativo, que le da la opción de negarse a prestar testimonio.

La participación de Baume en el "Sheraton" es mencionada en el libro "Culpables para la sociedad. Impunes por la ley", que editó el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en noviembre de 1998, y en el libro "Memoria Debida", de José Luis D'Andrea Mohr.

Ya finalizada la dictadura, Baume ocupó cargos de alta jerarquía en la Policía de la Provincia de Buenos Aires. En diciembre de 1986 asumió como Secretario General de la fuerza, y en marzo de 1987 ocupó el cargo de Director General de Seguridad.

"Hay contradicciones entre la declaración de Baume y varios elementos de la causa, y además hay reticencia", consideró la abogada González Vivero. No obstante, el fiscal -aunque afirmó que compartía las impresiones de la letrada-decidió no formular una denuncia por falso testimonio hasta que "esos elementos que nos faltan estén incorporados formalmente a la causa en carácter de indubitables". Una vez que se reúna esta documentación, Baume podría ser citado nuevamente.

Al escuchar esto, el represor quiso justificar su falta de memoria: "Quiero que me crean que tengo la mejor voluntad. Pero ha pasado mucho tiempo y había un gran desorden".



Policía de la comisaría 5°

En otro orden, la Cámara tomó testimonio a Domingo Almeida, un policía que trabajó en la comisaría 5° cuando funcionó como centro clandestino de detención.

Almeida, quien hoy está retirado y tiene 63 años, señaló que no supo quiénes eran los detenidos que estaban en un calabozo en el fondo de la dependencia. "No tengo la menor idea", dijo.

Además, negó saber quiénes eran los encargados del ingreso y egreso de detenidos ilegales, ya que no pertenecían a la comisaría. En toda su declaración los denominó "esa gente", pero no los identificó a ninguna fuerza armada o de seguridad. Con esfuerzo, los jueces lograron que hiciera una descripción física de ellos: Almeida dijo que "iban todos cubiertos, ¿vio cómo andan los piqueteros ahora?". Más tarde, agregó que "tenían barba, los gorros puestos y bufanda. Los veíamos de pasada" y afirmó que "eran muy cuidadosos en su forma de proceder".

El ex policía adhirió a la tesis del área restringida que postularon más de 20 policías de los casi 50 que ya declararon en el Juicio por la Verdad sobre la comisaría 5°. Cuando se le preguntó si escuchó alguna vez lamentos o gritos de tortura, Domingo Almeida respondió: "Eso lo manejaban ellos". En este punto, el juez Reboredo volvió a preguntarle ya que el testigo no había contestado la pregunta. "Yo no escuché nada", remarcó el ex policía.

Domingo Almeida también negó estar encargado de llevarle la comida a los detenidos, lo que se contradice con el testimonio del ex policía Lino Ojeda, brindado en mayo de 2001.

Entonces, el abogado Jaime Glüzmann, de la APDH La Plata, pidió al Tribunal que se leyeran algunos tramos de la declaración de Ojeda. Allí, el ex policía hizo referencia a cómo se repartía la comida, que venía del Cuerpo de Bomberos, y quedó claro que hablaba de la época en que la comisaría funcionó como centro clandestino. Ojeda mencionó que Almeida, entre otros, era uno de los policías que se encargaba de repartir la comida.

"A lo mejor lo dijo porque éramos un grupo que estaba ahí, pero yo no llevé comida", contestó Almeida. Y remató: "Nosotros no teníamos contacto".

En todo el testimonio Almeida mostró poca capacidad para recordar la estructura edilicia y otros detalles del funcionamiento de la dependencia. Su declaración tuvo varias afirmaciones que contenían la palabra "supongo", lo que llevó al juez Reboredo a decirle, al final de la audiencia: "Usted ha vivido en una época de suposiciones".

Entonces, el ex policía Almeida contestó como otros policías: "Yo tenía poca jerarquía".



Participantes

De las audiencias de hoy participaron los jueces Leopoldo Schiffrin y Julio Reboredo; el fiscal ad hoc, Félix Crous; los abogados de la APDH La Plata Jaime Glüzmann y Elizabeth Rivas; y la letrada Mónica Gónzalez Vivero, por la Asociación Ex Detenidos-Desaparecidos. 


  

 

Ir a la Página Inicial del Juicio por la Verdad

Página Inicial del Sitio