Miércoles 23 de octubre de 2002 

Informe de Prensa de la APDH La Plata - Juicio por la Verdad

 

 

El ex juez Russo dice que no supo de los desaparecidos
Según la madre de un desaparecido, poco después del secuestro el magistrado le dijo que no "tenía noticias" de que el joven estuviera "muerto". Russo negó rotundamente esa afirmación y el fiscal pidió un careo entre ambos.


Por Lucas Miguel y Vanina Wiman (Secretaría de Prensa) 

 

LA PLATA (23oct02).- El ex juez federal Leopoldo José Russo negó hoy en el Juicio por la Verdad conocer el destino de los desaparecidos durante la última dictadura y afirmó que "nunca" realizó gestiones para averiguar el paradero del novio de su hija, Daniel Carlos Ponti.


Russo, titular del Juzgado Federal N°2 durante el gobierno militar, fue citado a declarar como testigo, tras la declaración de Gladys María Harvey, madre de Daniel, quien hace dos semanas aseguró que el magistrado le había dicho: "Mirá Gladys, con respecto a mi sobrino (el juez tenía también un familiar desaparecido), sé que está muerto. De tu hijo, no tengo noticias de que esté muerto".

Hoy Russo negó haber tenido un encuentro con la mujer y haber realizado aquella afirmación: "Nunca jamás le manifesté a nadie eso", dijo. Y cuando el camarista Leopoldo Schiffrin le recordó que Harvey había hablado de la amistad del ex juez con el coronel Ramón Camps, se echó a reír a carcajadas y rechazó cualquier vínculo con el entonces jefe de la Policía bonaerense.

El fiscal Félix Crous, entonces, solicitó que en el corto plazo se realice un careo entre Harvey y el ex juez, que fue aceptado por el tribunal 

"Jamás me reuní con los padres de Ponti por el caso ni me pidieron que hiciera gestiones. Jamás hice gestiones por él", aseguró Russo.

—Perdón, pero en su juzgado se radicó el hábeas corpus de Ponti y usted tenía la obligación de realizar gestiones oficiales ¿Usted se refiere a gestiones no oficiales? —le advirtió Schiffrin.

—Sí, sí, sí. Pero igual no recuerdo el hábeas corpus de Ponti —respondió el ex juez, tratando de recuperarse del lapsus.

La hija del juez Russo, Cintia, era novia de Carlos Daniel Ponti, quien fue secuestrado el 25 de noviembre de 1976. El ex magistrado, además, cursó la escuela secundaria en el Colegio Nacional de la Universidad de La Plata con el padre del desaparecido.

No obstante eso, Russo sostuvo que, como "tenía una actividad intensísima" en el juzgado, "estaba más comprometido con todo eso más que en lo que hacían los chicos". Y agregó: "el domingo, hablando con mi hija, me enteré que habían mantenido (con Ponti) una relación sentimental y que ella también militaba. La tienen que citar a ella, que sabe más que yo".

Russo, asimismo, remarcó que "jamás me preocupé por mi hija. Jamás hablé con nadie para que interviniera por ella", si es que era secuestrada.

Otra de las hijas de Russo era amiga de Diana Teruggi, esposa de Daniel Mariani y madre de la beba desaparecida Clara Anahí. Teruggi fue asesinada junto a tres compañeros de militancia el 24 de noviembre de 1976, en el mismo episodio en el que las fuerzas represivas secuestraron a su hija de cinco meses.

—¿Usted hizo algo en este caso? — lo interrogó la abogada de la APDH La Plata, Marta Vedio.

—No, si no se lo diría —contestó Russo, molesto.

El fiscal, por su parte, lo interrogó por su labor en el juzgado. Crous le preguntó si constataba la información de los radiogramas que recibía de las fuerzas armadas y de seguridad, cuando él, a raíz de los hábeas corpus, les enviaba oficios para saber si las personas por las que se averiguaba paradero estaban detenidas o eran buscadas. Esos radiogramas eran contestados en forma negativa, pese a que los desaparecidos estaban secuestrados en dependencias de esas fuerzas. Russo respondió: "No, los comunicados me llegaban rápido", con lo que dejó en claro que se conformaba con lo que le respondían oficialmente las fuerzas del Estado.

Sin embargo, las personas seguían desaparecidas y no se instruyeron investigaciones por su desaparición. Russo recibió en su juzgado más de 200 hábeas corpus en dos años y rechazó 78, algunos de ellos con la obligación del pago de costas para los familiares de las víctimas.

—¿Cómo llegó usted a la magistratura? —preguntó Crous.

—El Ministerio de Justicia quería un socialista. Yo había militado en el socialismo desde chico. En el Juzgado (Federal de La Plata) N°1 ponen a (Héctor) De la Serna, un militar abogado. Él se encarga de la cuestión electoral, por estar en el 1. A mí me preguntan si quería el (juzgado) 2 o el 3. "Denme el 2", les dije- contestó con naturalidad Russo.

Poco después, el fiscal estaba realizando una pregunta sobre las vinculaciones con el "gobierno usurpador del poder" cuando el ex juez lo interrumpió: "Eso (lo de gobierno usurpador) es discutible".

Luego remarcó: "Yo no tengo nada que esconder". Y relató que integraba un "grupo de amigos" que accedieron a cargos públicos tras Golpe de Estado. Mencionó al padre del camarista Alberto Durán, "que fue nombrado presidente del Tribunal de Cuentas" de la Provincia de Buenos Aires, sostuvo.

Durante la declaración Russo contó, sin que le preguntaran, que en una oportunidad indagó a un militar en la Brigada de Investigaciones de San Justo por su participación en un delito menor. Esta dependencia de la Policía bonaerense fue un centro clandestino por donde pasaron víctimas del Plan Cóndor. Por eso, el fiscal le preguntó "qué vio en la Brigada". "Nada fuera de lo normal", dijo Russo.

—¿No vio torturados o escuchó gritos?

—No.

Después, cuando Schiffrin le preguntó sus antecedentes antes de ingresar como juez federal, Russo dijo que había sido magistrado en lo laboral en el fuero provincial: "Fui designado juez del Tribunal Laboral N°1 de provincia con la 'Revolución Libertadora'", aseguró, en referencia al gobierno militar que usurpó el poder tras el golpe de Estado de 1955.



Otro juez

Por otro lado declaró Raúl Mingo por la desaparición de su hermano Eduardo Esteban. Ambos fueron secuestrados en la mañana del 24 de junio de 1977 e inmediatamente llevados a lo que Raúl supone que era la Comisaría 5° de esta ciudad, sede de un centro clandestino de detención.

Raúl recuperó la libertad esa misma noche, pero su hermano nunca apareció. Aquel día su hermana María Marta se reunió con el presidente de la Suprem a Corte de Justicia bonaerense, Raúl Alberto Granoni. Según relató la mujer el 17 de mayo de 2000 ante la Cámara, Granoni llamó al Regimiento de Infantería N°7 y preguntó por los Mingo. "Los tienen por averiguación de antecedentes. Uno va a salir, el otro no", le habría dicho el entonces magistrado a la mujer.

El testigo relató que del operativo participaron hombres de civil que se movían en dos automóviles y que el secuestro se produjo delante de toda la familia, en su domicilio de 58 entre 3 y 4 de esta ciudad. "El allanamiento a nuestra casa fue con total conocimiento. Sabían que no iban a encontrar armas, nada. Se movieron con mucha soltura", afirmó.

Mingo contó que conocía al policía Carlos Gervasio, que era agente y prestaba funciones en la comisaría 5°. "Lo fui a ver por si podía averiguar algo, pero me dijo que no supo nada", sostuvo el testigo



Careo entre policías de la 4º

En el marco de la causa que investiga la desaparición del policía Daniel Omar Martinicorena, se realizó un careo entre dos ex efectivos que prestaron servicios con él en la comisaría 4º de esta ciudad.

José Antonio Cabanas y Osvaldo Argentino Maseroni debieron enfrentarse en la sala de audiencias a raíz de una serie de contradicciones entre sus respectivos testimonios en el Juicio por la Verdad.

Martinicorena fue secuestrado el 8 de julio de 1977, después de una cena organizada por personal de la 4º para despedir al comisario Rodolfo Quartucci, que pasaba a retiro. Según Maseroni, quien declaró el 12 de junio pasado, "los compañeros fueron los que se lo llevaron (a Daniel), eso no me lo saca nadie de la cabeza. Lo hizo desaparecer el comisario Quartucci".

Un rato después, señaló a José Cabanas como uno de los policías que tenían "mayor vinculación" con el comisario, y dijo que el efectivo había estado presente en la cena de despedida.

Cabanas fue citado a declarar el 25 de septiembre y se lo interrogó por estas dos cuestiones.

El ex policía dijo no saber por qué se lo vinculaba a Quartucci y sostuvo que no recordaba si había concurrido a la reunión del 8 de julio. Cuando se le preguntó qué sabía sobre la desaparición de su compañero de trabajo, respondió: "Ahí sí que no sé. Hay cosas que no recuerdo".

También tuvo mala memoria a la hora de decir quiénes conformaban el círculo de policías que rodeaba al comisario -según Maseroni, estos efectivos formaban parte de un grupo de tareas que, bajo el comando de Quartucci, participaron de la represión ilegal. "Ahí sí que de eso no me voy a acordar" , contestó Cabanas en ese momento.

Hoy, este policía fue careado con Maseroni con la intención de resolver estas contradicciones. Maseroni ratificó lo que dijo en su primer declaración: "La gente que más lo conocía (a Quartucci) era la gente que yo nombré. Inclusive Cabanas", insistió. Y agregó: "(El comisario) necesitaba a alguien para hacer algo, mandados personales, y llamaba a esas personas".

En cambio, el otro careado se mostró tan reticente como en septiembre. Sólo atinó a reconocer que era una "persona de confianza" de Quartucci, pero que "(el comisario) tenía un valet que le hacía las cosas, los mandados. Yo sólo le iba a comprar cigarrillos". No se lo interrogó sobre su presencia en la reunión de despedida del comisario.



Hijo de un desaparecido

Por último, Santiago Andrés Sobral prestó testimonio por la desaparición de su padre, Guillermo Ramón Sobral, ocurrida el 1 de diciembre de 1976 en su estudio de arquitectura, ubicado en 17 y 55.

Sobral fue secuestrado al mediodía, junto a sus dos socios, Pacífico Francisco Díaz y José Miguel Lanzilotta (este último fue el único sobreviviente y declaró en el Juicio hace dos semanas). Horas después, fue secuestrada la esposa de Sobral, Elsa Lilia Cicero, que estaba embarazada de cuatro meses.

El hijo del desaparecido contó que llegó al estudio a las once de la noche, después de verificar que no había nadie en el domicilio de la familia. "Justo en el momento en que llegué se la estaban llevando a Elsa", recordó Santiago, que en ese momento tenía catorce años.

En el piso superior del estudio se encontraban la otra hija de Sobral y la madre de Díaz. El testigo contó que los tres pasaron la noche allí, paralizados por el miedo. "Yo pensaba que en algún momento mi padre iba a volver a aparecer. Esa noche, no habló nadie", expresó.

El joven reconstruyó el secuestro de su padre gracias a los relatos de los vecinos. "Lo vinieron a buscar en un Peugeot 404 claro. Eran todos hombres de civil", señaló, y añadió: "Después de eso, nos fuimos a Chivilcoy, donde estaba la familia de Elsa, y no volvimos a La Plata por dos o tres meses".

Santiago contó que, cuando regresaron al domicilio familiar, lo encontraron destrozado. "Habían entrado rompiendo la puerta y habían saqueado todo. Los vecinos nos dijeron que vinieron con un camión a llevarse todo", indicó.

"Varios años después, un estudiante de apodo «Pulgar» me dijo que lo vio a mi padre en una comisaría", dijo hoy Santiago Sobral.

El ex detenido Carlos Alberto De Francesco indicó que en diciembre de 1976 estuvo detenido junto al matrimonio Sobral en uno de los centros clandestinos de detención de Arana. La abogada de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, Mónica González Vivero, agregó que la pareja fue luego trasladada a la comisaría 5º de La Plata, en donde estuvo "hasta el 21 de diciembre de 1976. Después, se les pierde el rastro".
 


  

 

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