Comisaría 8º: tres ex policías no se
enteraron que hubo un CCD
Tres ex efectivos que trabajaron en ese lugar durante la dictadura negaron
que hubiera detenidos ilegales alojados en la dependencia policial. Uno de los
policías había sido señalado por un sobreviviente como un cabo que atendía los
calabozos.
Por Vanina Wiman y Lucas Miguel (Secretaría de Prensa)
LA PLATA (11jun03).-
Tres ex policías que trabajaron en la comisaría 8º durante la dictadura
declararon hoy ante la Cámara Federal. Pese a que está comprobado que en la
dependencia funcionó un centro clandestino de detención, ninguno de los testigos
reconoció que se alojara a detenidos ilegales en los calabozos.
Hildemar Miceli prestó servicios en la comisaría entre julio de 1977 y abril de
1979. Bernardo Casey también ingresó a la dependencia en julio de 1977 y estuvo
allí hasta enero de 1980. El último en declarar, José Alberto Lucero, se
desempeñó en ese lugar entre 1963 y 1987.
Los tres ex oficiales coincidieron en su mala memoria a la hora de describir sus
funciones dentro de la comisaría. "Yo siempre hice tareas administrativas,
estaba siempre en el primer piso, así que nunca tuve contacto con detenidos", se
atajó Miceli. De la misma manera, Casey y Lucero dijeron encargarse sólo de
hacer citaciones y "hacer de imaginaria en la garita de afuera".
Los ex policías se valieron de ese argumento para afirmar que nunca tuvieron
contacto con los detenidos de la comisaría.
El caso más notorio es el de Lucero, que en noviembre de 2002 fue mencionado en
el Juicio por el sobreviviente Víctor Illodo como un cabo "que atendía los
calabozos" y que, incluso, "guardaba la ropa, el uniforme de él, en el calabozo
nuestro".
Hoy, Lucero negó todo. "Nunca tuve contacto directo (con los detenidos). A veces
les llevaba la comida, pero era muy esporádico, porque para eso estaba el cabo
de guardia". Y dijo que "nunca" guardó su uniforme en los calabozos. Los jueces
le preguntaron si existía la posibilidad de que en ese período hubiera otro
policía con su mismo apellido trabajando en la comisaría. "El único Lucero era
yo", indicó el testigo.
El ex policía tampoco admitió que los prisioneros alojados en las celdas de la
dependencia fueran ilegales, y en esto también coincidieron Miceli y Casey. Este
último, pese a haber dicho que "nunca jamás" ingresó a ese sector, aseguró que
los detenidos "eran todos contraventores; otros no había".
Los testigos también negaron haber visto prisioneros con señales de torturas o
malos tratos. Miceli dijo haber estado a cargo de hacer las fichas
dactilográficas de los detenidos que ingresaban a la dependencia, de manera que
tenía contacto con ellos apenas llegaban. El ex policía dijo que nunca recibió
personas deterioradas físicamente o en condiciones anormales. No obstante, según
el testimonio del sobreviviente Illodo, en la 8º "de noche entraban y salían
prisioneros tabicados".
El ex detenido también contó que en una oportunidad, estando detenido en la
comisaría, lo vio al por entonces jefe del Cuerpo I del Ejército, Carlos Suárez
Mason. Hoy, se interrogó a los ex policías sobre la presencia de militares en la
dependencia, pero los tres dijeron no haber visto a ninguno. También
coincidieron en que en la 8º no existía un área a la que el personal policial no
pudiera ingresar. "A nosotros nunca nos prohibieron nada y nunca nos dijeron
nada", manifestó Casey.
Con esta afirmación -que fue compartida por los otros dos testigos-, el ex
policía contradijo lo que en mayo de 1999 declaró el ex comisario de la 8º,
Rubén Sabich, quien afirmó que en la dependencia existía un "área restringida"
en la que se alojaba a prisioneros a disposición del Ejército. Según Sabich, los
militares "hacían y deshacían" dentro de la dependencia, a la que ingresaban
"sin pedir permiso a nadie". "Yo no controlaba ese sector, no tenía autoridad",
había dicho el ex comisario.
Hoy, los tres ex efectivos sostuvieron lo contrario: según ellos, en la 8º todos
los policías podían circular libremente. Y dijeron ignorar que la dependencia se
hallara en ese momento bajo un área operacional militar.
Hay otro punto en el que los testimonios de hoy se contradicen con otras
declaraciones de policías de la 8º. Este es el caso de Eleodoro Ferreira y
Nélida Beatriz Lloyd, que en abril de este año contaron que en el primer piso de
la comisaría estuvo un tiempo alojada una detenida ilegal que había dado a luz.
Hildemar Miceli, que al comienzo de su declaración repitió varias veces que
nunca había tenido contacto con detenidos porque "estaba siempre en el primer
piso", fue interrogado sobre esto. "No sé nada", fue la única respuesta del ex
policía. Tanto él como Casey y Lucero negaron además que hubiera habido
prisioneras en la comisaría.
"Con las manos arriba"
Hoy también declaró Isolina Corna, madre del desaparecido Daniel Oscar Munné. El
joven, empleado de un bazar en Quilmes, fue secuestrado el 4 de agosto de 1977
en la casa de su novia, en Ezpeleta.
La mujer no pudo aportar más datos sobre el secuestro de su hijo. Sólo que, por
comentarios, pudo saber que había estado en la Escuela de Mecánica de la Armada
(ESMA).
La noche del secuestro de Daniel, otro grupo de tareas se apareció en la casa de
los Munné, en Quilmes. Corna dijo que estaba durmiendo y que escuchó que en la
calle hablaban por un megáfono: "Todos los habitantes de Entre Ríos 827 salgan
con las manos arriba".
La mujer contó que todos salieron y que los represores revisaron la vivienda y
se llevaron a su otro hijo, Héctor Abel Munné, con los ojos vendados.
Héctor, sobreviviente, estuvo un día secuestrado en un centro clandestino de
Ezeiza que, por las referencias que dio la testigo, podría ser "El Vesubio".
Corna aseguró que cuando la CONADEP inició en 1984 la investigación sobre las
desapariciones en la dictadura, su presidente, el escritor Ernesto Sábato, se
acercó a la familia para brindarle los datos con los que contaba.
La testigo señaló que Sábato le dijo que Daniel había sido secuestrado tras la
desaparición Raúl Macarolo, amigo de los Munné y de profesión asistente médico.
El escritor le dijo que Macarolo había desaparecido junto a un médico del
Hospital Ferroviario, luego de haber ayudado a un muchacho herido acusado de
"guerrillero".
Participantes
De las audiencias de hoy participaron los jueces Antonio Pacilio y Julio
Reboredo; el fiscal Carlos Dulau Dumm; el defensor oficial ad hoc Carlos Cozzi;
y las abogadas Alicia Peralta y Marta Vedio, por la APDH La Plata.
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