Obtuvo la primera pista en el Arzobispado de
La Plata
El hermano de un desaparecido dijo que se entrevistó con el secretario de
monseñor Plaza. Una vez más, el nombre del arzobispo aparece ligado a la
desaparición de personas.
Por Lucas Miguel (Secretaría de Prensa)
LA PLATA (24sep03).-
El hermano de un desaparecido contó hoy ante la Cámara Federal que la primera
pista para buscar a su ser querido la obtuvo en el Arzobispado de La Plata, por
intermedio del secretario de monseñor Antonio José Plaza. "Está más cerca de los
que ustedes creen", les dijo a los familiares del desaparecido, y les indicó que
comenzaran la búsqueda por la comisaría 1°.
Víctor Hugo Suárez, oriundo de Juan José Paso, partido de Pehuajó, narró hoy
ante la Cámara Federal el periplo que realizaron su familia y él en La Plata, en
la búsqueda de su hermano Roberto Ricardo Suárez y su novia Marta Veiga. El
secuestro se produjo el 16 de diciembre de 1976 y la familia se enteró el 23,
por una carta que le escribieron el hermano de Marta, Raúl Veiga, y su esposa,
Marta Molinari. "Nos decían que un operativo del Ejército se había llevado a mi
hermano y a su novia", recordó Víctor Hugo.
En La Plata, los Suárez tomaron contacto con los Veiga. "Raúl nos contó que mi
hermano fue secuestrado junto a cinco amigos", dijo el testigo. Roberto
estudiaba arquitectura en la Universidad de La Plata y militaba en la Juventud
Universitaria Peronista.
Víctor Hugo relató que, de acuerdo con lo que le contó Raúl Veiga, los
represores secuestraron primero a su hermano en la casa en la que estaba junto a
cinco amigos y luego lo llevaron encapuchado a otra vivienda, en la que estaba
su novia junto a otras dos compañeras. "Ahí a mi hermano le sacan la capucha, la
reconoce (a su novia) y desde entonces se encuentran desaparecidos", señaló el
testigo.
De inmediato, continuó, su familia se contactó con el secretario de monseñor
Antonio José Plaza, quien le informó que los chicos "están más cerca de lo que
ustedes creen" y les dio a entender que se encontraban secuestrados en la
comisaría 1° de La Plata.
El nombre del secretario de Plaza -mencionado varias veces en este proceso- no
fue proporcionado por Víctor Hugo ni por ninguno de los familiares que
declararon en el Juicio por la Verdad y que se entrevistaron con él durante la
dictadura. "Si su hermano no sale hasta esa fecha, no lo busque más", le dijo,
por ejemplo, a Jorge Héctor Lucati.
Juana Asteinza, madre de dos desaparecidos, obtuvo una singular respuesta: "El
mismo secretario de monseñor Plaza nos dijo que, si teníamos alguna persona
(conocida) de algún oficio como carpintero, plomero, que visitaban los lugares
de detención, tal vez podríamos conseguir alguna información, pero que
oficialmente no íbamos a saber nada".
Los Suárez dejaron el Arzobispado y fueron a la comisaría 1°. En esa
dependencia, dijo Víctor Hugo, "nos dicen que no los tienen, pero que si habían
sido detenidos era porque algo habían hecho. Mi papá siguió insistiendo y le
respondieron: 'Dejen de joder porque van a terminar como ellos'".
Una noche en la que los Suárez cenaban en la casa de los Veiga, en La Plata,
alguien golpeó la ventana. "Raúl fue a ver: era un policía, ex compañero de la
escuela, que le traía datos. Lo había reconocido cuando estuvimos en la
comisaría. Le dice que Marta (Veiga) estaba detenida con un chico cuyas
características coinciden con las de mi hermano y que los detuvieron 'por
perejiles'", narró. Y añadió que nunca supo el nombre del policía, porque Veiga
no se lo quiso dar. Tampoco le dio los nombres de las personas que fueron
secuestradas junto a su hermano.
De acuerdo a las constancias que obran en la Cámara Federal, los únicos
secuestros que se produjeron en La Plata el 16 de diciembre de 1976 fueron los
de Roberto Suárez y Marta Veiga.
En ese entonces, todas las noticias que le llegaban a la familia Suárez eran por
medio de Raúl Veiga, su único contacto en La Plata. Veiga trabajaba en el Banco
Río y era dueño de una vinería, contó el testigo.
Víctor Hugo obtuvo más tarde otro dato: "Una joven, vecina de los padres de
Raúl, vio a mi hermano junto a cuatro personas arriba de un auto, a cuatro
cuadras de (la Facultad de) Arquitectura. Él le hizo una seña imperceptible para
que siga su camino. Esto fue en enero del '77".
El testigo también narró que su primo, estudiante de Arquitectura en los ochenta
e incansable buscador de cualquier dato sobre Roberto, tomó contacto con dos
parapsicólogas, "Gilde y Olguita", en Villa Domínico. "Le cuentan que mi hermano
fue secuestrado en La Plata, trasladado a Buenos Aires y torturado, y que luego
lo mataron junto a otros veinte compañeros con un tiro en la cabeza", aseguró el
testigo.
Según narró, las parapsicólogas también le habían referido a su primo el
encuentro que mantuvo la familia Suárez con el secretario de monseñor Plaza.
En el '99, Víctor Hugo decidió comprar una casa en su pueblo, Juan José Paso, y
se contactó con Norma Cardosi, madre de la dueña del inmueble. "Hablábamos de
cosas intrascendentes y, de pronto, me dijo: 'Te cuento, pero no digas nada: Mi
hermano (Jorge Cardosi) estuvo detenido con tu hermano".
Cardosi había sido policía en la provincia de La Pampa y lo habían expulsado.
Víctor Hugo trató infructuosamente conectarse con él. Norma Cardosi le negó la
dirección y el teléfono -alegó que Jorge tenía miedo- y finalmente le dijo que
su hermano "estaba en la droga" y que había cambiado de nombre.
Padre e hija
Hoy también declararon ante la Cámara Federal el ex juez en lo laboral José
Atilio Milanta y su hija Patricia, sobreviviente, en el marco de la causa en la
que se investiga la desaparición de Julia Pozzo y su marido, Roberto Castagnet.
Ninguno de los dos proporcionó datos sobre el secuestro. José Milanta dijo "no
los recuerdo" cuando le mencionaron los nombres. Patricia, a su turno, señaló
que Julia había sido su compañera en la escuela y que sabía que estaba
desaparecida, pero que no tenía datos para aportar.
La ex detenida Patricia Pozzo, hermana de Julia, presentó un escrito ante el
tribunal en el que señala que días antes del operativo "el señor José Milanta
había denunciado ante un coronel los nombres de varios jóvenes del barrio, en el
que estaba incluido el mío". Pero el juez Antonio Pacilio no interrogó ni dejó
interrogar a los testigos sobre este punto, porque consideró que aquel escrito
presentado por Patricia Pozzo no era un elemento de prueba.
José y Patricia Milanta sí se refirieron al secuestro que sufrió ésta el 1° de
abril de 1977. En la noche de aquel día, un grupo armado irrumpió en la casa de
los Milanta y se llevó a Patricia, quien fue liberada el 25 de abril de ese
mismo año, luego de haber pasado presuntamente por el centro clandestino "La
Cacha", en Olmos, y por la comisaría 8° de La Plata. "Me preguntaban cosas del
colegio, como nombres de compañeros", aseguró.
Juan Carlos Spina
Por último, declaró María Lujan Spina, quien dijo que no podía aportar datos a
la causa abierta por la desaparición de su hermano Juan Carlos, dado que su
familia no había realizado averiguaciones y "que trató de olvidarlo, porque fue
algo terrible". El secuestro se produjo el 21 de enero de 1977 en City Bell y el
desaparecido tenía 20 años.
Participantes
De las audiencias de hoy participaron los jueces Antonio Pacilio y Julio
Reboredo; el fiscal general Carlos Dulau Dumm; el defensor ad hoc Jorge Cozzi; y
las abogadas de la APDH La Plata Alicia Peralta y Marta Vedio.
Página Inicial del Juicio por la Verdad
|