Llevaban a un desaparecido para extorsionar
a su familia
El hermano de la víctima contó que los represores traían al desaparecido a
la casa de los padres, para pedirles dinero a cambio de una posible liberación.
También declaró el hombre que hoy vive en los terrenos en donde funcionó "El
Vesubio".
Por Vanina Wiman y Lucas Miguel (Secretaría de Prensa)
LA PLATA (25jun03).-
Aberto Scimia aseguró hoy que al menos dos represores sacaban a su hermano
desaparecido del centro clandestino en donde estaba alojado y lo llevaban con su
familia, a la que extorsionaban con la promesa de liberarlo. En una de las
visitas, uno de los secuestradores olvidó una cartera con dos armas, tickets de
nafta y recibos de sueldo a nombre del policía Miguel Ángel Cristóbal, hoy ya
fallecido, y del teniente coronel Carlos Roque Lorefice.
El testigo contó que desde la detención ilegal de su hermano Cayetano, ocurrida
el 3 de marzo de 1977, uno de los secuestradores visitó repetidamente el
domicilio de la familia. La primera vez, el 28 de diciembre de ese año, llevó
consigo al desaparecido, pero el encuentro duró sólo unos minutos. El 3 de enero
de 1978, el represor volvió a llevar a Cayetano. En esa oportunidad, el joven
mostró a su padre las cicatrices que tenía como consecuencia de las torturas con
picana eléctrica.
La tercer visita tuvo lugar tres días después. Pero en el cuarto encuentro, el 4
de marzo de 1978, el represor apareció solo y pidió a los padres del
desaparecido una suma de dinero con la promesa de gestionar los trámites para
liberar a Cayetano y sacarlo del país. "Lo traían (a mi hermano) para incentivar
que la extorsión se llevara a cabo", manifestó hoy Scimia.
El último encuentro se produjo pocos días después, el 13 de marzo. El
secuestrador se presentó solo nuevamente, y se llevó el dinero que la familia
había reunido. Fue en esa oportunidad que olvidó la cartera con dos armas cortas
y la documentación a nombre de Miguel Ángel Cristóbal y Carlos Roque Lorefice.
"Siempre vino la misma persona: Cristóbal", indicó Scimia. Según su legajo,
Cristóbal pertenecía a la policía de la provincia de Buenos Aires y falleció "en
un acto de servicio".
Hoy, Alberto Scimia contó que no estuvo presente en ninguno de los encuentros
con Cayetano y su secuestrador, pero narró lo que su padre le dijo al respecto:
"(A mi hermano) lo vio más delgado, con la esperanza de poder salir de esa
situación. Pero en ningún momento los dejaron solos".
El testigo relató las circunstancias de la detención ilegal de Cayetano: "Cerca
de las dos de la mañana sentimos golpes en la puerta y entró un grupo de hombres
de civil. No pudimos verles las caras porque estuvimos todo el tiempo contra la
pared", contó, y agregó que, antes de retirarse, los secuestradores saquearon la
casa. "Recuerdo que cuando entraron dijeron 'Fuerza Aérea, todos contra la
pared'", aseveró.
"Cuando se fueron me asomé al balcón y vi que había cuatro autos particulares
que se iban. Los vecinos después nos dijeron que la manzana estaba rodeada, así
que había más gente que la que entró a mi casa", señaló el hermano del
desaparecido. Scimia recordó que, desde un tiempo antes del secuestro, Cayetano
"estaba nervioso porque unos meses atrás habían detenido a la novia". De ella,
el testigo recordó que se llamaba Clara, que era docente en Berazategui y que
aparentemente está desaparecida.
Cayetano Scimia fue visto en "El Vesubio" por dos ex detenidas. Según sus
testimonios, habría estado allí hasta noviembre de 1977. "Eso yo no lo conocía",
dijo hoy su hermano, y expresó: "A nosotros nadie nos informó nada, nunca nos
citaron hasta ahora. Creo que esa información de alguna manera la tendríamos que
haber recibido".
Los terrenos de "El Vesubio"
Hoy también declaró
Pablo Alejandro Gerling, quien durante la dictadura vivió en las inmediaciones
del centro clandestino "El Vesubio", en La Matanza, y desde hace 12 años ocupa
ese predio.
El testimonio de Gerling no aportó datos de importancia a la causa. Fue citado
porque el 14 de mayo pasado, mientras los jueces recorrían el predio durante una
inspección ocular, dijo que sabía que allí había funcionado un centro
clandestino de detención entre 1976 y 1978 y que hacía 30 años que vivía en la
zona.
Según declaró hoy, vivió a "5 o 6 cuadras" del centro clandestino de detención.
Dijo que el predio estaba compuesto "por dos casas de estilo colonial", en las
que antes de la dictadura "vivían familias". Pero aclaró que después hubo
cambios: "En el 76 vi transformaciones de la casa. Los vecinos viejos no
estuvieron más, cambiaron. Y aparecieron dos garitas de chapa".
Gerling también agregó que el predio "se llenó de perros" y no añadió más datos.
"No puedo afirmar si hubo movimiento de vehículos", dijo ante una pregunta del
tribunal.
Aseguró que no podía dar más datos porque "en esa época trabajaba en un lugar al
que iba a las 5 de la mañana y volvía a casa a las 19. Llegaba y me acostaba,
así que no veía nada". Respondió "jamás" cuando le preguntaron si había visto
movimiento de tropas militares o de la Policía.
Asimismo, el testigo aseguró que "en el año del Mundial (de Fútbol, 1978) las
casas desaparecieron, fueron demolidas, y el terreno quedó abandonado hasta que
llegué yo", en 1991.
Afirmó además que en 1984 estuvieron jueces en el predio, que realizaron
excavaciones, y que en los años que siguieron a la dictadura fueron a ver el
lugar "miles de personas particulares". Y luego agregó: "Jamás noté cosa extraña
ni encontré nada. Mire que he hecho pozos, pero jamás encontré nada".
Participantes
De las audiencias de hoy participaron los jueces Leopoldo Schiffrin y Julio
Reboredo; el fiscal Carlos Dulau Dumm; el defensor oficial ad hoc Carlos Cozzi;
y la abogada Alicia Peralta, por la APDH La Plata.
Página Inicial del Juicio por la Verdad
|