"Los que no estamos vendados, de acá no
salimos"
Un testigo recordó lo que su cuñado desaparecido le dijo en el centro
clandestino al que fue llevado junto a su familia. Se trató de un múltiple
secuestro ocurrido en Témperley. También declaró el hermano de un obrero
desaparecido de SAIAR.
Por Francisco Martínez y Vanina Wiman (Secretaría de Prensa)
LA PLATA (28may03).-
La Cámara Federal recibió hoy el testimonio de tres familiares del desaparecido
Rodolfo Víctor Macek, quienes fueron secuestrados junto a él la noche del 21 de
julio de 1977 en la localidad de Témperley, en el Gran Buenos Aires.
Laura Cristina y Silvia Isabel Macek -hermanas de Rodolfo- y Jorge Aranda
-cuñado- relataron que toda la familia fue secuestrada de su casa por un grupo
de represores que estaban vestidos de civil y con ropa de fajina del Ejército.
El secuestro también incluyó a la madre de los hermanos Macek, ya fallecida.
Todos fueron llevados a un lugar que podría ser el centro clandestino "El
Vesubio", en Camino de Cintura y Avenida Ricchieri, La Matanza. Treinta horas
después, los represores liberaron a toda la familia menos a Rodolfo.
"Revisaron la casa como ellos quisieron y se llevaron todo lo que quisieron.
Robaron hasta cosas insólitas, como la pasta de dientes", recordó Laura Macek,
quien declaró en primer término.
Los integrantes del Grupo de Tareas decían que buscaban a un tal "Willy", amigo
de Rodolfo, quien era el abogado Guillermo Rigni (desaparecido). "En la presión
psicológica, decían entre ellos: '¿Los matamos o no los matamos?'", dijo, a su
turno, Jorge Aranda. Su esposa, Silvia Macek, que estaba con un embarazo
avanzado cuando fue detenida ilegalmente, recordó que pudo ver a uno de los
represores: "Él estaba revolviendo las cosas del bebé y me ordenó que me tapara
con la frazada".
En varios autos y camionetas los llevaron a un centro clandestino. Por las
descripciones, podría tratarse de "El Vesubio": Silvia Macek, a quien en un
momento se le bajó la venda, divisó un chalet y percibió una bajada cuando el
automóvil entraba al lugar.
No obstante, algunos detalles mencionados por los testigos -zona urbana, voces
de niños- pusieron en duda la cuestión. De hecho, el tema fue motivo de un
amplio intercambio de opiniones entre los jueces, el fiscal y los abogados de
los organismos de Derechos Humanos, sin que se llegue a una conclusión certera.
Laura Macek dijo que escuchó "gritos, tiros y llantos" y que en un momento
sintió "voces de mujeres" que no estaban secuestradas y que parecían estar en
una reunión de amigos en el centro clandestino.
También señaló que escuchó que armaban una boleta de Prode, y que mientras ella
estaba secuestrada un grupo de militares de uniforme fue a su lugar de trabajo,
una agencia de lotería, a entregar una boleta de ese juego de azar.
Sobre las condiciones de detención, Aranda señaló que "estuvimos atados y
vendados hasta el momento de la liberación". Pero Rodolfo Macek no llevaba venda
y Aranda recordó el momento en que su cuñado le transmitió la impresión de que
no sería liberado: "Los que no estamos vendados, de acá no salimos; cuidá a la
familia", le dijo.
Incluso Rodolfo fue el único de la familia que fue torturado. "Yo lo vi a mi
hermano, porque se me salía la venda. Me dijo que a mí no me iba a pasar nada.
Lo torturaron con picana, venía todo colorado", expresó Silvia Macek.
Aranda dijo que los secuestrados estaban identificados: "Nos hacían una marca en
la espalda. Entonces, cuando había cambio de guardia nos miraban y decían «éste
sí y éste no». Se los llevaban y volvían destrozados", declaró.
El ex detenido recordó que el momento de la liberación fue "traumático".
Pusieron a varios secuestrados en dos filas y a él lo hicieron cambiar de lugar
varias veces. Finalmente, cargaron a toda la familia y a otros detenidos en una
camioneta.
"En el camino decían que tenían a una persona que 'andaba en algo'. En un
momento, la camioneta se detuvo y bajaron a una chica. Se escucharon disparos
pero nunca supimos qué pasó. Al rato nos bajaron en un descampado y pensé que
nos iban a ejecutar", expresó Aranda, antes de quebrarse en llanto.
Fuera de la audiencia, Laura Macek recordó que cuando fue a hacer la denuncia de
lo que había pasado en la comisaría de Témperley se encontró con uno de los
secuestradores. Los jueces reabrieron la audiencia y la hermana del desaparecido
precisó: "Era un hombre petiso, canoso, de bigotes. Tenía un gorrito de lana con
pompón. Él se dio cuenta que lo reconocí".
Los testigos recordaron que la misma noche del secuestro, esa comisaría habría
dado "zona liberada" para que actuaran los represores. Laura Macek enfatizó que
hubo una "matanza" de personas en el puente de ferrocarril de esa localidad.
Y Silvia Macek denunció que cuando declaró en una comisaría por una causa
abierta en los tribunales de Lomas de Zamora, un oficial de policía le dijo que
no hablara sobre la persona que había visto en su casa revolviendo las cosas del
bebé, "porque te puede pasar algo".
Jorge Aranda, en un momento de su declaración, le dijo a los jueces que no podía
recordar algunos detalles: "Si ustedes lo hubieran preguntado en su momento,
hubiese sido menos difícil recordar", criticó.
Desaparecido de SAIAR
"Creo que la fábrica no era ajena (a las desapariciones), puesto que esa noche
son tres los obreros secuestrados". Con esta frase, el hermano del desaparecido
operario de SAIAR Héctor Alberto Pérez, definió lo que cree fueron los motivos
del secuestro.
Luis Angel Pérez declaró que su hermano fue secuestrado en la casa de sus
padres, a las 23.30 del 29 de noviembre de 1976. "Mis padres no estaban. Los
vecinos dijeron que llevaban armas largas y que les ordenaron apagar las luces
de sus casas. Partieron la puerta de su casa y se lo llevaron encapuchado",
declaró.
El hermano del desaparecido recordó que el 12 de diciembre de ese año, una
persona que dijo llamarse Nicolás señaló que tenía un primo que estuvo
secuestrado con Héctor Pérez, con Juan Carlos Carrizo y Luis Jaramillo, también
obreros de SAIAR secuestrados la misma noche.
"Mi padre tiene la impresión de que ese Nicolás era el propio liberado", declaró
Pérez. Y agregó: "En 1977 aparece el propio Carrizo y dice que supone que estuvo
con ellos en la Brigada de Avellaneda. Él suponía que Jaramillo y mi hermano
iban a ser liberados también".
Carrizo fue citado para declarar hoy ante el Tribunal, pero no se pudo encontrar
su domicilio. Se cree que vive en Mar del Plata aunque en el padrón electoral
hay tres personas con ese nombre y ninguna resultó ser él.
Luis Pérez señaló también que la familia recibió una carta, presuntamente
firmada por su hermano, en la que decía que estaba en "Serrana Chica", por el
penal de Sierra Chica. "La letra no era de mi hermano y la firma tampoco. Cosas
muy raras han sucedido siempre", afirmó. Entre otras cosas, llamados telefónicos
en los que alguien les decía que "iba a aparecer".
La familia también se contactó con el secretario del Vicario castrense, Monseñor
Emilio Graselli. El juez Schiffrin leyó hoy la tarjeta correspondiente a Héctor
Pérez que estaba en el fichero secuestrado por la Cámara.
Allí, el religioso indicó que fue visitado el 3 de marzo de 1977. Después, hizo
dos inscripciones: "S/D", que el juez identificó como "sin datos", y "N/O", que
no se sabe qué significa aún cuando Graselli fue citado hace dos años para que
explicara esas anotaciones.
"A mí me dio la impresión de que sacaba más datos de los que daba. Pedía todas
las circunstancias del hecho. Cuando le di las de mi hermano, dijo: 'Es la
bonaerense con el Ejército'", recordó el testigo.
En la Conadep, un familiar de Pérez declaró que Graselli dijo "tener noticias y
conocer el lugar donde estaba Héctor Alberto, pero no podía decirnos el lugar
por razones de seguridad personal".
Participantes
De las audiencias de hoy participaron los jueces Leopoldo Schiffrin y Julio
Reboredo; el fiscal ad hoc Félix Crous; el defensor oficial ad hoc Carlos Cozzi;
y las abogadas Alicia Peralta y Mónica González Vivero, por la APDH La Plata la
Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, respectivamente.
Página Inicial del Juicio por la Verdad
|