Miércoles 12 de Mayo de 2004

Informe de Prensa de la APDH La Plata - Juicio por la Verdad

 

 

Involucran a Luis Genoud en la desaparición de un trabajador de SEGBA
Las hermanas de un desaparecido dijeron que no las ayudó a buscarlo y que, incluso, a una de ellas la interrogó en una comisaría. "Colaboraba con la policía", aseguró María Nélida Bartucci, que expresó que desea que la Cámara Federal cite al juez de la Corte a declarar.


Por Lucas Miguel y Francisco Martínez (Secretaría de Prensa) 

 

LA PLATA (12may04).- María Nélida Ester Bartucci dijo en el Juicio por la Verdad que el actual ministro de la Suprema Corte de Justicia bonaerense, Luis Genoud, se negó a ayudarla en la búsqueda de su hermano desaparecido —compañero de militancia— y que la interrogó en la comisaría 1° de Florencio Varela delante de policías, durante la última dictadura cívico-militar.

Luego, la mujer señaló ante la prensa que desea que Genoud sea convocado a declarar en la causa "para ver qué tiene que decir. No sé si en el caso de mi hermano o en el de muchos otros desaparecidos de Florencio Varela. Pero bueno, que declare". No obstante, por ser un alto miembro del Poder Judicial, Genoud está beneficiado por el artículo 250 del Código Procesal Penal que indica que no está obligado a comparecer ante los Tribunales.

Bartucci aseguró a los jueces de la Cámara Federal de La Plata que el 31 de julio de 1976, dos días después de la desaparición de su hermano Francisco, fue a la casa de Genoud, en Varela, a pedirle ayuda. "Francisco nos decía siempre: 'si me pasa algo, hablá con Luis, que te va ayudar'", señaló la testigo.

Según dijo, el hoy ministro de la Corte —que por entonces era abogado y compañero de militancia de Francisco en la Juventud Peronista— le respondió: "Como están las cosas, no puedo hacer nada". "Yo le expliqué que mi hermano me había dicho que le pidiera ayuda, por cualquier cosa, porque ellos eran amigos. Entonces me dijo que hiciera una exposición en la comisaría", relató Bartucci.

Y continuó: "Fui directamente para la comisaría y, no sé cómo hizo (Genoud), pero llegó antes que yo y lo encontré hablando con un policía. Me dijo: 'él te toma la declaración'".

La testigo señaló que, tras finalizar la denuncia, Genoud la interrogó "delante de la policía". El diálogo siguiente es textual del relato de Bartucci ante los jueces:

—¿Dónde dormía tu hermano?- inquirió Genoud.
—Mi hermano dormía en mi casa.

—No, no, él tenía otro lugar donde dormía- insistió el entonces abogado.
—No, Luis, mi hermano venía todos los días a dormir a casa. No tenía otro lugar donde dormir.

—No, no, no. Vos sabés muy bien que tenía otro lugar donde dormía.
—Mirá Luis: mi hermano no tenía otro lugar para dormir, y si lo hubiera tenido no te lo voy a decir a vos.

"Esa fue la actitud que tuvo este señor con mi hermano y mi familia. Eran muy amigos y tenían una militancia en común. A partir de ese momento corté toda relación con él, nunca más le hablé en 25 años. Y eso que vivimos ahí en Varela y me lo cruzo siempre", dijo Bartucci.

En diálogo con la prensa al término de su declaración, la testigo dijo que atribuía la actitud de Genoud a "un poco de colaboración que tenía con la Policía, aunque eso no me consta. Pero qué le importaba a él dónde dormía mi hermano".

Otra de las hermanas de Bartucci, Graciela Leonor, también declaró ante los jueces. Dijo que una vez lo enfrentó a Genoud en un acto peronista. "Ya era senador. Lo felicité porque había llegado a costa de la sangre de sus compañeros, incluído mi hermano. No me dijo nada. No me lo negó", recordó.

Francisco Bartucci, trabajador de la empresa estatal de energía eléctrica SEGBA y militante de la JP, fue secuestrado el 29 de julio de 1976, alrededor de las 17.30, en la "curva de Berraymundo", una conocida esquina del centro de Florencio Varela.

Allí iba a encontrarse con Daniel Demaestri, quien fue secuestrado en febrero del '77 y permanece desaparecido. Demaestri zafó de aquella detención —que vio desde la esquina de enfrente— y pudo contarle a Nélida lo ocurrido con Francisco: un grupo de hombres armados y uniformados, a bordo de Ford Falcon, lo detuvo poniéndole un arma en la cabeza.

Desde entonces, la familia no paró de hacer gestiones. Los hermanos Bartucci son todos italianos e hicieron denuncias en el consulado y la embajada de ese país en la Argentina, en la ONU y en la OEA.

Miguel Bartucci, otro hermano de Francisco, recordó el encuentro que la familia tuvo con el secretario del Vicariato Castrense de la Armada, monseñor Emilio Graselli: "Hay un 99% de que su hermano no exista más", les dijo el prelado.

El hermano del desaparecido relató que él lo ayudó a entrar a trabajar a SEGBA, a partir de la muerte de su padre. "Estaba en la Juventud Peronista, él quería hacer las cosas bien", dijo Miguel, y comenzó a llorar.

"Quiero recalcar la búsqueda aún a riesgo de vida de mis hermanos y de mi mamá", dijo, a su turno, Graciela Leonor Bartucci. También indicó que fueron recibidos por un militar de apellido Minicucci, en el regimiento de La Tablada. Les dijo que no tenía ninguna noticia.

"Mi mamá fue sola al penal de Rawson. Le dieron un té, y le dijeron que ahí no estaba", agregó la testigo.

Al poco tiempo de la desaparición, las autoridades de SEGBA despidieron a Francisco Bartucci "por abandono de trabajo".

"Con una comisión de familiares de desaparecidos fuimos a ver al secretario general de Luz y Fuerza, José Luis Tacone, para pedirle ayuda para publicar una solicitada. Nos dijo que estaba bien que estuvieran desaparecidos y que, si hubieran vuelto, él los haría desaparecer", narró María Nélida Bartucci.



"Yo no andaba en el chusmerío"

En tanto, una ex policía de la comisaría 8° declaró que no sabía que allí había detenidos ilegales mientras ella trabajaba, porque no andaba "en el chusmerío".

Dora Irene Duffau estuvo en la comisaría que funcionó como centro clandestino entre enero de 1976 y julio de 1977, según constancias de su legajo. Cuando el juez Antonio Pacilio le preguntó si ratificaba esos datos, la mujer contestó: "No me acuerdo el año ni cuánto tiempo".

La ex policía señaló que trabajaba en la oficina de expedientes y afirmó que nunca tuvo contactos con detenidos políticos. "Eso lo manejaban abajo", aseguró, sin dar más precisiones. También dijo que nunca vio personal no policial o militar.

El juez Pacilio le preguntó si aunque sea por comentarios se había enterado de esos hechos. "Yo era una mujer grande (...) A esa edad no chusmeaba", declaró.

El otro juez, Julio Reboredo, le nombró a algunos de sus compañeros de trabajo que ya declararon en el Juicio por la Verdad. Duffau no recordó a ninguno, salvo al peluquero, Eleodoro Ferreyra. Y a un subcomisario de apellido Sasone.

La ex policía, que hoy tiene 76 años, dijo que "nunca" bajaba a la planta baja de la dependencia, y que no concurría ni a los calabozos ni a la cocina.

Por su parte, la ex policía Guillermina Celeste Machado, de 65 años, también declaró en esta causa. La mujer se retiró con el grado de sargento ayudante en 1992, luego de estar once meses con carpeta médica por problemas psiquiátricos.

Antes de comenzar a responder las preguntas de los jueces, advirtió que era probable que no recordara hechos y personas de su época en la 8°, debido a su afección.

Machado admitió que se desempeñó en aquella dependencia entre enero de 1976 y 1978. Dijo que trabajó en la guardia y en la oficina de personal y que, por eso, no tuvo contacto con los calabozos.

Aseguró también que no vio movimiento de personal del Ejército y que sólo se enteró "por comentarios" de que en su lugar de trabajo funcionó un centro clandestino de detención. "Por comentarios me enteré que funcionaba uno ahí y en otras comisarías también", dijo.

"En esa etapa me enfermé. Tuve mucha carpeta médica", justificó su pérdida de memoria. No recordó tampoco a ninguno de sus compañeros de trabajo pero dijo estar segura que en la comisaría no había ningún cartel con la leyenda "área restringida", contradiciendo así a otros policías



Sin datos

Hoy también declaró Olga Ana Liforena, la madre del desaparecido Carlos Alberto González. La mujer dijo que no podía aportar más datos que los del hábeas corpus de 1977: que a fines de enero de ese año, Carlos había ido a un baile, en un boliche llamado "Rancho de Goma", cercano al bosque de nuestra ciudad, y que no había vuelto.
 


Participantes

De las audiencias de hoy participaron los jueces Antonio Pacilio y Julio Reboredo; el fiscal de Cámara, Carlos Dulau Dumm; los abogados de la APDH La Plata Jaime Glüzmann y Alicia Peralta; y el defensor oficial ad hoc, Jorge Cozzi. 


  

 

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