Por Francisco Martínez (Secretaría de Prensa)
Un ex policía desconoció la existencia del
centro clandestino Pozo de Quilmes
A raíz de eso, la Cámara Federal dispuso que se lleve a cabo un careo entre
el testigo y el ex comisario Belich, quien reconoció el alojamiento de detenidos
ilegales y la injerencia de las FF.AA en ese lugar. El ex policía también negó
haber ayudado a una detenida a recuperar la libertad.
Por Francisco Martínez (Secretaría de Prensa)
LA PLATA (15sep04).- Un ex policía que revistó durante la última dictadura en la Brigada de Investigaciones de Quilmes desconoció hoy ante la Cámara Federal la existencia del centro clandestino de detención que funcionó en la dependencia y el tribunal ordenó que se caree con el ex comisario Lucas Belich, quien el mes pasado explicó en este juicio cómo funcionó aquel centro ilegal.
Luis María Coliva, ex sargento de la bonaerense, fue citado porque la sobreviviente Liliana Méndez de Cédola, su prima, había afirmado que la ayudó a recuperar la libertad. Coliva también negó enfáticamente esto. "Ojalá hubiera ocurrido algo así; así podía haber hecho algo bien" (sic), afirmó para sorpresa del público y el tribunal.
Por eso, la Cámara Federal ordenó además el careo de Coliva con Beatriz Ángela Gómez, madre de Liliana. Gómez fue quien le dijo a su hija que el ex sargento y su hermano Miguel Ángel Coliva, también ex policía, hicieron gestiones para que la liberaran. En la misma resolución, dada a conocer en el final de la audiencia, el tribunal ordenó la citación del hermano del testigo.
"Desconozco totalmente ese tipo de cosas", dijo ante los jueces, cuando le preguntaron por los operativos de la represión ilegal, las torturas y los centros clandestinos. El presidente del tribunal, Leopoldo Schiffrin, lo exhortó entonces a "sacudir la memoria".
El policía indicó que durante su desempeño en la Brigada de Quilmes, del 16 de diciembre de 1975 al 4 de marzo de 1977, "se trabajó normalmente". Y enfatizó: "desconozco si pasaban hechos ilegales; si lo hubiera conocido, lo hubiera denunciado".
"No vi ni personal
militar, ni detenidos ilegales, ni nada", se encaprichó. Schiffrin, por eso, le
dijo que para hacer esa afirmación "tenía que ser ciego, sordo y mudo. Usted
está haciendo afirmaciones absurdas, diga lo que sabe, remueva sus recuerdos".
El juez le indicó que varios policías que revistaron en aquella dependencia
reconocieron el funcionamiento del centro clandestino.
El secretario de la Fiscalía, Hernán Schapiro, recordó durante la audiencia que
el 25 de agosto pasado el ex titular de la Brigada, Lucas Gumersindo Belich,
había explicado ante el tribunal cómo comenzó a funcionar el centro clandestino
de detención a partir de septiembre de 1976.
Coliva también negó haber sido subordinado de Belich. "Siempre estuve a las órdenes del comisario Bruno Trevisán", dijo. "A Trevisán después lo trasladan a la Brigada de Lanús (sede de otro centro clandestino) y yo me voy con él", añadió. Coliva también negó la presencia de detenidos ilegales en esta última brigada, conocida en la jerga represiva como "El infierno".
Trevisán es uno de los comisarios más comprometidos con la represión ilegal en el sur del Gran Buenos Aires. Estuvo en la dependencia después que Belich. En 1986, los fiscales pidieron el procesamiento de ambos durante el juicio en la causa Camps.
La actitud de Coliva llevó a Schiffrin a afirmar: "O el testigo es reticente o tiene un problema psicológico". El juez, que comprobó en el legajo del ex policía que entre 1979 y 1982 —año de su retiro— tuvo reiteradas licencias laborales por problemas de úlcera y depresión, le preguntó entonces: "¿Esto le afectó la memoria?" La respuesta de Coliva fue un escueto "no".
De las audiencias de
hoy participaron los jueces Leopoldo Schiffrin y Julio Reboredo; el
representante del Ministerio Público, Hernán Schapiro; el defensor ad hoc Jorge
Cozzi; y los abogados de la APDH La Plata, Jaime Glüzmann y Alicia Peralta.
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