Miércoles 17 de Noviembre de 2004

Informe de Prensa de la APDH La Plata - Juicio por la Verdad

La esposa del represor Pacheco negó haber tenido a Clara Anahí Mariani
La abuela de la niña había dicho la semana pasada que la familia del comisario había tenido en su poder a la beba, después del ataque a la casa de la calle 30. Declararon, además, dos sobrevivientes de "El Olimpo" y los familiares de dos desaparecidos.

Por V. Wiman, F. Martínez y L. Miguel (Secretaría de Prensa) 

LA PLATA (17nov04).- La esposa del represor Mario Pacheco negó hoy haber tenido en su poder a Clara Anahí Mariani en 1976. La abuela de la bebé desaparecida, María Isabel Chorobik de Mariani, había indicado durante las audiencias de la semana pasada que supo que el matrimonio Pacheco tuvo a la nena durante una semana o diez días poco después del ataque a la casa de calle 30, y que la esposa del policía se había asustado y la había devuelto.

“Nosotros no recibimos a esa niña, no sé de dónde puede haber salido esa versión”, sostuvo hoy en el Juicio por la Verdad Nazarena Cofini, esposa del policía represor Mario Pacheco, fallecido en 2001. Según un dato que le llegó a la Abuela “Chicha” Mariani, el matrimonio había recibido a la bebé poco tiempo después del operativo del 24 de noviembre de 1976 en el que fue asesinada su mamá, Diana Teruggi, junto a otros tres amigos. “La mujer se asustó y la devolvió”, contó Mariani la semana pasada ante el Tribunal.

La esposa del policía —que fue jefe del centro clandestino que funcionó en el Cuerpo de Infantería de la Policía provincial, en 1 y 60— quiso desligarse del caso. “Yo tengo una trayectoria horizontal en la docencia”, se atajó, y ante la insistencia del abogado de Mariani, Juan Ramos Padilla, añadió: “Jamás negaría una cosa así. Yo sé lo que es perder a un hijo o a un familiar muy allegado. Ni por convicción cristiana ni por ética podría negar una cosa de este tipo”.

Sobre las actividades de su esposo, Mario Pacheco, Cofini dijo que “no le puedo decir nada ni afirmar con seguridad, porque yo trabajaba, estaba abocada a otras actividades”. Cuando se le preguntó si Pacheco participó del operativo de calle 30, la mujer manifestó que en ese entonces “ya estaba revistando en el Cuerpo de Camineros de La Plata”. Pacheco se retiró de la Policía provincial en 1977.



Detenidos de "El Olimpo"

También declararon dos sobrevivientes de la represión ilegal, que habrían estado detenidos en el centro clandestino "El Olimpo", que funcionó en la División Automotores de la Policía Federal, en la zona norte de la Capital.

Juan Enzo Licheri y Juan José Wuilz fueron secuestrados en un mismo operativo en la noche del 23 de octubre de 1978, en Gerli, en la zona sur del Gran Buenos Aires.

En primer término declaró Licheri, hoy periodista del diario Crónica. Contó que fue detenido ilegalmente de su casa de Avellaneda y que en esa oportunidad los represores "rompieron todo, robaron todo y no se llevaron el auto porque no lo habrán podido arrancar".

El testigo relató que en un primer término lo llevaron a él, a Wuilz y a Marcelo Arana —quien declaró hace dos semanas (ver 031104)— a la comisaría 6° de Sarandí. Y luego a un lugar que podría ser "El OIimpo", ya que Licheri reconoció años después unos vidrios tipo vitrouex que había allí.

En ese lugar sufrió torturas de todo tipo: interrogatorio con picana eléctrica, golpes, cadenazos y la práctica de colgar a los detenidos de las manos, como si fuesen reses.

"Había un personaje borracho, que en las noches venía a golpear a mi compañero" de celda, apodado "El Mormón", declaró el sobreviviente, e identificó a aquel represor con el apodo "Alacrán". De acuerdo a un Trabajo de Recopilación de Datos de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos ese pseudónimo era utilizado por el ex oficial de la Policía Federal, Ricardo Scifo Módica.

También dijo que compartió el cautiverio con el desaparecido Oscar Alfredo Fernández, a quien conocía como vendedor de artículos para el hogar. Esta persona, dijo el testigo, estaba vinculada a "El Mormón" ya que le alquilaba un departamento.

Licheri señaló que en la puerta de su celda los guardias colocaron la inscripción "T64", código con el que se lo identificaba como prisionero.

La liberación de Licheri, junto a la de Arana y Wuilz, se produjo a los 20 días de estar cautivos en ese lugar. "Un tal «Turco Julián» nos dice que ellos estaban en una guerra y que tenían que proceder así. Nos dio un papelito con un número de teléfono y dijo que llamáramos ahí si sabíamos algo", declaró el ex detenido. Licheri añadió que años después "lo ví por TV y era él".

También recordó a una detenida del lugar, apodada "Pato", de quien dijo que estaba embarazada y secuestrada junto a su marido. "Había personas que deambulaban y que tenían más libertad" en el centro clandestino, agregó.

Por su parte, Juan José Wuilz, añadió que del operativo de secuestro participaron 13 autos y personal uniformado del Ejército. También en su casa de Gerli los represores produjeron robos y destrozos, antes de cargarlo en un Ford Falcon al que minutos después fue subido Juan Licheri.

Wuilz dijo que en "El Olimpo" los guardias eran "todos provincianos". "Una persona a la madrugada nos colgó tipo res y nos pegaba con una cadena en la espalda", contó.

También recordó a la detenida "Pato", a quien describió como una chica "de 1,65 ó 1,70 metros de altura, blanca, muy linda". "Fue la chica que me mojó los labios después de la picana", agregó.

El testigo afirmó que compartió el cautiverio con un joven apodado "Charly", que estaba enyesado en ese momento. Añadió que María Moreira, esposa de Oscar Fernández, también está desaparecida.



En la ESMA

Por otra parte, declaró Julia Alarcón, prima del desaparecido Hernán Daniel Fernández. El joven fue secuestrado el 26 de junio de 1977 y militaba en la Juventud Peronista. Alarcón supone que Fernández estuvo detenido en la Escuela de Mecánica de la Armada, a partir del relato de una familia que militaba con él y que habría estado secuestrada con la víctima en ese centro clandestino de detención.

La familia recibió tres llamados telefónicos del joven mientras éste estaba detenido ilegalmente. “Yo recibí los llamados —relató hoy Alarcón—. Primero habló una persona, que me dijo que si me callaba la boca y no decía nada mi primo iba a hablar conmigo. Hablamos como una hora”. En una segunda oportunidad, Fernández habló con su tía, y en el tercer llamado pudo hablar con sus padres.

Luego de esa comunicación, la familia no tuvo más datos de él. “Otra persona, a través de mi tío, nos dijo que lo habían llevado a Pico Truncado (Santa Cruz) y que no podía hacer más nada”, contó la testigo.

La familia de Fernández hizo todo tipo de gestiones para dar con el paradero del joven desaparecido. A lo largo de 1977, su madre se entrevistó en seis oportunidades con Monseñor Emilio Teodoro Graselli.

La testigo narró que estuvo presente en uno de esos encuentros: “Fue muy desagradable la reunión con él. Incluso preguntó si mi primo padecía de alguna enfermedad y cuando le dijeron que sufría de los bronquios dijo ‘uy, ya debe estar del otro lado entonces, porque si tenía problemas de bronquios, en esa situación...’. Ese era el trato de Graselli”. Cuando se enteró de que la víctima estudiaba Historia, el capellán de la Armada le espetó: “También, señora, mire a qué facultad lo manda”.

En 1978, un tiempo después del campeonato mundial de futbol, Alarcón fue secuestrada por unas horas, en la ciudad de Buenos Aires. “Yo justificaba a mi primo, y ellos me dijeron ‘no, a tu primo no lo podés justificar y nosotros ya lo matamos’”, recordó la testigo, que supone que estuvo detenida en la Superintendencia de Seguridad Federal (ex Coordinación Federal), en Buenos Aires.

Al finalizar la audiencia, el Tribunal ordenó que el testimonio de Julia Alarcón sea remitido al juez federal Sergio Torres, que instruye la causa penal en la que se investigan los delitos ocurridos dentro de la Escuela de Mecánica de la Armada.



Del Regimiento 7

Por otro lado, declaró René Antonio Gómez, hermano del desaparecido Juan Carlos, secuestrado el 4 de mayo de 1976 en su casa de Florencio Varela, sur del Gran Buenos Aires.

"Ya estábamos acostados. Entraron personas armadas, algunas vestidas de militar, diciendo que eran del Regimiento (7) de La Plata. Nos sacaron de la cama y se lo llevaron. Se llevaron todo lo que encontraron de valor: las escopetas de caza, una cámara de fotos, plata de la venta de una propiedad, una plancha, un tocadiscos", recordó el testigo, que por entonces tenía 20 años.

Gómez narró que su hermano, que trabajaba en el frigorífico SUBPGA, estaba "saliendo" en esa época con una joven militante del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). "Ella le daba papeles, folletos. Cuando se los daba, nosotros en casa los quemábamos. Se ve que los militares buscaban algo de eso, porque revolvieron todo", señaló.

El testigo también contó que, tras el secuestro, se dirigió al Regimiento 7 de La Plata. "En la guardia me dijeron que no lo tenían. Cuando me iba, un guardia me llamó aparte y me dijo que en la madrugada habían entrado a un muchacho que, por lo que me dijo, era igual a mi hermano", contó.

Días después del secuestro, René Gómez fue convocado al Servicio Militar Obligatorio en la Armada. Tuvo que revistar en la Base Naval de Punta Indio y en la Escuela de Mecánica de la Armada. "A un teniente de apellido Visari le pregunté si podía averiguar algo sobre mi hermano, pero nunca me dio información", dijo.

Y agregó en referencia a su ignorancia sobre el centro clandestino de detención más grande de la última dictadura: "En la ESMA estuve 15 meses, entre 1976 y 1977. Me tocó estar en la cocina y nunca me enteré de nada".



Participantes

De las audiencias de hoy participaron los jueces Leopoldo Schiffrin y Julio Reboredo; en representación del Ministerio Público Fiscal, Carlos Dulau Dumm y Hernán Schapiro; el defensor ad hoc Jorge Cozzi; los abogados de la APDH La Plata Jaime Glüzmann y Alicia Peralta; y los letrados Juan María y Alejo Ramos Padilla, en representación de la Abuela María Isabel Chorobik de Mariani.