Secuestrada, dio a luz en cautiverio y
perdió a una hija de 5 años
Rosa Angela Daniele contó que tuvo a su bebé en la Cárcel de Olmos. Pidieron
que se cite a los médicos que la atendieron en ese lugar. En tanto, declaró una
madre que tiene una hija y cuatro sobrinos desaparecidos.
Por Francisco Martínez y Lucas Miguel (Secretaría de Prensa)
LA PLATA (18ago04).-
Una mujer que estuvo secuestrada durante la dictadura contó que dio a luz en
cautiverio en la Cárcel de Olmos y que, mientras ella y su esposo estaban
detenidos ilegalmente, murió su hija de 5 años.
Rosa Angela Daniele, hoy una empleada provincial de 53 años, relató que el 25 de
julio de 1976 tuvo a su bebé en esa dependencia carcelaria, a la que había
llegado tras estar cautiva en el centro clandestino de 1 y 60.
"A la nena la tuve por cesárea. Me «durmieron» muy poco y yo sentí toda la
cesárea", recordó Daniele, sobre las circunstancias en las que trajo al mundo a
su hija. Allí la atendió un médico al que conocía: el pediatra Esteban Alejandro
Vera, de Ensenada. Era el mismo que atendió a la desaparecida María Rosa Tolosa
de Reggiardo, mamá de los mellizos apropiados Reggiardo-Tolosa.
"Él pediatra le avisó a mamá y le dijo que no podía recibir visitas", declaró la
testigo.
Daniele estuvo sólo cinco días con su beba, a quien llamó Romina Paola. Por
gestiones de conocidos en la Policía y el Ejército, la abuela de la niña pudo
rescatarla de esa maternidad semiclandestina, donde no había incubadora. "Tenés
un minuto para darle la nena a tu mamá y firmar un papel", le dijeron en la
cárcel.
La bebé, que tuvo la suerte que no tuvieron otros 500 chicos secuestrados en la
dictadura, se crió con la abuela. Pero otra hija de Daniele, de 5 años, murió
sin que su madre pudiera despedirla. "Pedí salir y no me dejaron", recordó la ex
detenida.
Durante su "estadía" en Olmos, que se prolongó hasta el 13 de septiembre de ese
año, Daniele también fue revisada por el ginecólogo Angel Díaz y el médico
clínico Alejandro Manggiora, todos pertenecientes al cuerpo médico del Servicio
Penitenciario.
El representante de la fiscalía, Hernán Schapiro, pidió que se cite a declarar a
los médicos. A su turno, la abogada de Abuelas de Plaza de Mayo, María Ester
Alonso Morales, precisó al Tribunal los domicilios para que envíe las
notificaciones.
Mientras estuvo en Olmos, Daniele se encontraba privada ilegalmente de su
libertad, ya que en su legajo del Servicio Penitenciario no consta ningún
decreto que disponga su puesta a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. "Esto
significa que el alcaide que la recibió en la cárcel se hizo cargo de la
privación ilegal de la libertad", acotó el juez Schiffrin, con el legajo de
Daniele en la mano.
En esa cárcel, si bien siempre estuvo sola en una sala e incomunicada, compartió
la internación con la abogada Mireya Rojo y una joven llamada Patricia Pacheco.
La mujer fue secuestrada en la casa de sus padres en Ensenada, el 28 de mayo de
1976, junto a su hoy ex esposo Horacio Teófilo Farías. En ese momento, Daniele
tenía un embarazo de seis meses y medio.
El matrimonio fue llevado al centro clandestino en donde todavía funciona el
Cuerpo de Infantería de la policía provincial. "Me vendaron los ojos y me
esposaron a las cama. Así estuve 17 días", reseñó. "Por debajo de las vendas
veía las botas (de los represores)", agregó. Ahí estaba de represor "el negro
Pacheco", recordó la testigo.
Después de pasar por Olmos, Daniele fue llevada a la comisaría 8° de La Plata.
Unos muchachos que estaban presos en la celda contigua y que recibían visitas
lograron avisarle a su mamá, quien a su vez notificó al cónsul italiano de La
Plata, que visitó ese centro clandestino.
Tras un nuevo y breve paso por la Unidad 8 de Olmos, Daniele fue puesta a
disposición del Poder Ejecutivo Nacional y llevada a la cárcel de Devoto.
Recuperó la libertad a fines de 1979.
Los Rodríguez
La otra testigo que declaró hoy fue Bartola Elsa Rodríguez, madre de Rosa Ester
Gutiérrez y tía de Jorge, Ricardo, Manuel y Justo Rodríguez, todos desaparecidos
en enero de 1977 en City Bell, en el norte de La Plata.
Rosa fue secuestrada en su casa el 12 de aquél mes. "Fue a las 4.30 de la
mañana. Dijeron que eran 'la policía'. Nos sacaron a todos y nos pusieron con
las manos contra la pared y requisaron la casa", recordó Gutiérrez.
La mujer, una ama de casa de 71 años, narró que los represores, que según dijo
estaban vestidos con ropa del Ejército, aseguraron: "Ya que estamos, la
llevamos". Y cargaron a Rosa en un camión. "La llevamos para que reconozca a una
persona y se la devolvemos", le dijeron.
Esa fue la última noticia que la testigo tuvo de su hija. A una cuadra y media
de ahí vivían los hermanos Manuel y Justo Rodríguez, que fueron secuestrados
instantes después. El 8 de enero, cuatro días antes, se habían llevado a Jorge
Daniel y Ricardo Andrés Rodríguez. Los cuatro eran primos de Rosa.
La madrugada del 12 los represores también secuestraron del barrio a Silvia
Ronda y a su primo Víctor Gómez.
La testigo también señaló que entre el 8 y el 12 de enero también fueron
secuestrados en la zona otros nueve jóvenes, entre los que identificó a un
muchacho de apellido Lavallén, a Juan Suárez y a otro joven llamado Roti.
Un hijo de la testigo, Norberto Andrés Gutiérrez, y un hermano, Andrés Pablo
Rodríguez, eran policías de la comisaría 10° de City Bell en aquel entonces,
pero no pudieron averiguar nada sobre el destino de sus familiares, explicó la
mujer.
Además, señaló que hizo innumerables gestiones ante el Ministerio del Interior y
que nunca obtuvo respuestas. También le escribió a Monseñor Teodoro Graselli,
párroco de la Iglesia Stella Maris de la Capital Federal y capellán de la
Armada, y dejó una carta pidiendo por su hija en el Regimiento 7 de La Plata.
La causa en la que se investigan estos secuestros carece de elementos. Y en el
Juicio por la Verdad los sobrevivientes que declararon no aportaron datos sobre
las víctimas.
La escasez de información llevó al juez Leopoldo Schiffrin a pedirle "disculpas"
a la mujer "en nombre de la administración de justicia, por no poderle dar más
datos". El presidente de la Cámara Federal reflexionó: "¡Cómo va creciendo la
lista de desaparecidos en La Plata, teniendo en cuenta nuestro número inicial de
habeas corpus!". La afirmación se debe a que se estima que en La Plata hubo
alrededor de 2000 desaparecidos dado que esa es la cantidad de habeas corpus con
que cuenta la Cámara. Cada habeas corpus generó la apertura de un expediente.
Pero sólo en esta causa se investiga el destino de cinco víctimas.
La mujer, que declaró en el '84 ante la CONADEP, compareció por primera vez hoy
ante un tribunal por el caso de sus familiares desaparecidos. Su hija Rosa era
empleada doméstica y sus sobrinos trabajan en talleres mecánicos del barrio.
Participantes
De las audiencias de hoy participaron los jueces Leopoldo Schiffrin y Julio
Reboredo; en representación del Ministerio Público Fiscal, Hernán Schapiro; el
defensor ad hoc Jorge Cozzi; los abogados de la APDH La Plata Alicia Peralta y
Marta Vedio; y la letrada de la Asociación Abuelas Plaza de Mayo, María Ester
Alonso Morales.
Página Inicial del Juicio por la Verdad
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