Miércoles 25 de Agosto de 2004

Informe de Prensa de la APDH La Plata - Juicio por la Verdad

 

 

Belich: "Cuando vinieron los militares, la Brigada se desintegró"
El represor del "Pozo de Quilmes" separó a la Policía del Ejército en el accionar represivo de la dictadura. Dijo que Etchecolatz le ordenó en 1976 desalojar a los detenidos comunes de la Brigada para alojar a los "subversivos".


Por Francisco Martínez (Secretaría de Prensa) 

 

LA PLATA (25ago04).- El represor Lucas Gumersindo Belich se desligó de la represión ilegal de la dictadura, al afirmar que la Brigada de Quilmes quedó al mando de los militares cuando él era comisario de esa dependencia en 1976.

"La Brigada no existía más", sentenció Belich durante su declaración sin juramento, a la hora de intentar explicar que la Policía no tenía participación en el cautiverio de las personas alojadas en ese centro clandestino.

El comisario retirado, de 69 años, señaló que mientras él estaba a cargo de la Brigada, el Director de Investigaciones de la Policía, Miguel Etchecolatz, lo citó en su despacho de La Plata. "Me dijo que la Brigada se levantaba porque los cinco pisos (sic) de calabozos iban a ser para detenidos subversivos. Yo tuve 8 días para reacomodar a los detenidos (comunes) en comisarías y vino el Ejército y se hizo cargo".

Belich remarcó que el jefe policial pasó a ser el comisario Carrizo (podría llamarse Ramón César), e insistió en que él no tuvo relación con los detenidos ilegales. "Yo no era un funcionario que pudiera hacer tareas que no eran de la Policía", describió el represor.

La Cámara tomó la declaración dentro de la causa por el secuestro de Rubén Ares, un ex agente de Policía, ayudante del propio Belich, que estuvo secuestrado tres meses tras haber sido tildado de "comunista" por una prisionera. Una noche de octubre de 1976, un grupo de compañeros de la Brigada lo fue a buscar a su casa. "Fuimos a la Brigada y el subcomisario Aguirre me preguntó si estaba en un partido político, si era comunista o guerrillero", relató Ares, quebrado por el llanto. En el interrogatorio, declaró el ex policía, estaba el comisario Belich, "y un señor de traje gris, bajo, canoso; nunca supe el nombre, sé que venía de otro lado".

Ares, que recién entraba a trabajar a la Fuerza, pasó por un centro clandestino de La Plata y por el "Pozo de Banfield". Lo liberaron en enero de 1977, intimándole a que dejara la Policía, y se fue a vivir a San Luis.

Hoy, Belich contó otra historia. Dijo que envió a Ares a la Dirección de Investigaciones a pedido de un superior, al que no identificó, y que entonces fue detenido. "Era un agente joven, muy buen chico, muy educado. Excelente persona", señaló, cayendo en el lugar común. Y agregó: "Era sólo un asistente. Me llama la atención que lo hayan denunciado. (...) Traté de defenderlo y dije que me parecía una barbaridad".

Al comienzo de la declaración, el Tribunal le leyó al represor algunos de los testimonios de ex detenidos del "Pozo de Quilmes". La secretaria repasó el testimonio de Pablo Díaz —que relató traslados de detenidos a ese centro clandestino y el "egreso" de Víctor Treviño, en condiciones de ser víctima de un enfrentamiento "armado"—, el de Nora Úngaro —que habló de la división por pisos de los calabozos de hombres y mujeres—, y el de Emilce Moller.

"Fui recibida a los golpes. Les molestó que yo fuera una persona tan chiquita. Decían que yo era de jardín de infantes, porque no me podían ajustar las esposas", declaró Moller.

Estos detenidos-desaparecidos llegaron a Quilmes a fines de septiembre de 1976. No obstante, en el Juicio por la Verdad declararon al menos otros dos sobrevivientes que estuvieron allí en agosto del mismo año: Patricia Pozzo y Mario Colonna.

Belich dijo que se hizo cargo de Quilmes en junio de 1976 y que estuvo "dos o tres meses como brigada normal". Después vino la orden de Etchecolatz y, en palabras del represor, "la Brigada se desintegró".

"No había oficiales, sólo para abrir y cerrar los calabozos. Todo era del Ejército", añadió el comisario retirado. Dijo que a él le pidieron "cuatro hombres para las llaves de los calabozos", aunque aseguró que no recordaba nombres.

Y graficó: "Era un depósito. Los traían y los llevaban. No interrogaban".

 


Participantes

De la única audiencia de hoy participaron los jueces Leopoldo Schiffrin y Julio Reboredo; en representación del Ministerio Público Fiscal, Hernán Schapiro; el defensor ad hoc Jorge Cozzi; y los abogados de la APDH La Plata Jaime Glüzmann y Alicia Peralta. 


  

 

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